Sofía quiere ser médico. Tiene veinticinco años y dos hijos pequeños. Cuando tenía once años pisó una mina personal mientras ella y su hermana recogían leña, su hermana murió mes y medio después por una infección de las heridas que le provocaron las esquirlas, y Sofía quedó con sus piernas cercenadas. Su capacidad de resistencia y fortaleza sorprendieron incluso a los médicos filantrópicos que le ayudaron con el cambio de su quinta prótesis, para lo que viajó desde Mozambique a España.
Su historia llamó la atención del fotógrafo, reportero y bloguero español Gervasio Sánchez, quien recibió el Premio Ortega y Gasset Periodismo 2008 -por la foto de Sofía y su pequeña Ana- con un discurso de honesta emotividad.
HOmbre qué fantástica foto!!
ResponderBorrarme resulta terriblemente indignante eso de las minas antipersona. rayos, en qué cabeza cabe semenjante estupidez?
lo verdaderamente criminal es que los gobiernos conserven las zonas minadas, ésa en particular había sido mantenida pese a las peticiones de organismos internacionales
ResponderBorrarindignante, como dices
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ResponderBorrarLa capacidad del ser humano de no rendirse ante la adversidad es increible.
ResponderBorrarBien merecido el premio otorgado al fotógrafo
sip, lo dijiste muy bien, curiosamente también hay quien se derrota ante la nada
ResponderBorraresos extremos en los humanos