sábado, 3 de abril de 2010

Sábado de Gloria

Crecí cuando la tradición de empaparnos de pies a cabeza todavía no era mal vista, cuando caminar por una calle popular era una osadía, pues de las casas -y más si eran vecindades- salía todo un tsunami arrasando con la dignidad del que recibía el baño. No importaba si eran colonias que no tenían gran abasto de agua, las llaves se quedaban abiertas toda la noche hasta llenar los tambos que eran arrastrados hasta la puerta de las casas, para corresponder al fuego cruzado -y húmedo- de las casas vecinas.

En casa mis hermanos mayores hacían lo posible para que mis recuerdos del sábado de Gloria fueran divertidos; mi hermana mayor proponía guerritas con globos de agua, mi hermanos sacaban sus pistolas de agua, uno de ellos se cubría con botas, impermeable y paraguas, contrastando hilarantemente con los torsos semidescubiertos de las flacas de mis hermanas, que salían en shorts y corpiño exhibiendo nítidamente las costillas cual víctimas de hambruna, mientras huían del chorro inclemente que salía de la manguera manejada por mi papá, que se divertía más que todos.

La fiesta se completaba con el regreso al menú carnívoro después de los días de vigilia. Un banquete de bisteces, costillas, cecina, chicharrón y chorizo asados en el jardín nos esperaba mientras nos tendíamos a secarnos sobre el pasto. Y todavía faltaba el pastel. Porque mi mamá no olvidaba celebrar el santo de mi hermana Gloria, cual si fuera su cumpleaños.

Gloria hace honor a su nombre. Iluminaba desde siempre la casa con su sonrisa de dientes chuecos, que le formaba dos hoyuelos profundos en las mejillas, y que son tan risueños como sus mismos ojos. Siempre fue la más bonita de la casa. La más alegre, la más alocada y la más ruidosa. Desde niña sus carcajadas rompen la solemnidad y el silencio. Canta, baila, bromea y grita sin parar. Es dueña de un carisma fulminante: no te deja escapatoria, tienes que amarla, seguirla, admirarla.

Gloria le heredó su luminosidad a sus tres hijos, la menor, una criatura deliciosa de tres años, cuya cabecita profusamente rizada y largas pestañas levantan tantos piropos como la mirada risueña de Gloria a su misma edad. Hoy esa niña improvisa cantos, ondea las faldas de sus vaporosos vestidos y conquista con su risa; también habla con Jolo, su amigo imaginario, a quen nunca podemos ubicar para ayudar a sentar o dar de comer, con el consiguiente reclamo de Azul, que es el nombre de ella (La Blue, le decíamos los primeros meses, cuando todavía nos mostrábamos reacios a aceptar su nombre). Azul es endemoniadamente lista y graciosa, y es famosa desde los tiempos en que todavía vivía en la barriguita de su mamá, pues cuando Gloria parecía tener un embarazo de trece meses y aún con eso se metía a nadar en un balneario inundado de paparazzis, le tomaron fotos para ilustrar a los vacacionistas de Semana Santa, debido a lo linda que lucía en traje de baño. Un año después, fue Azul la elegida por los de las cámaras, esta vez de televisión, y su imagen de mejillas coloradas y rulitos llenos de arena fue transmitida por cadena nacional (aunque, claro, esto es memorable sólo para nosotros -je-).

Y bueno, todo esto viene a cuento porque gracias a Gloria y a Azul, hoy que leen esto, y que en casi toda la ciudad está escasa el agua, y terminantemente prohibido su desperdicio, nosotros podemos seguir la tradición de chapotear y jugar guerritas de agua; el año pasado nos fuimos al mar y ahora será a una laguna... y todo porque mi cuñado no les sabe negar nada a la de mirada risueña y a la de caireles bailarines.

Ahora que, si quieren leer un verdadero cuento de Sábado de Gloria, lean este de Mario Benedetti (y por cierto, la tradición de mojarse en Sábado Santo, al parecer surge de la renovación de las promesas bautismales, en las que parece que también se hacían a las casas o posesiones, con abundante agua como significado de purificación, por lo que los fieles se llevaban suficiente agua bendita; también se dice que los bautizos se hacían masivos, por lo que los párrocos arrojaban agua al gentío, que luego ya no necesitó de misas o de párrocos, y se arrojaba el agua entre sí)

8 comentarios:

  1. Wow! me transporté de pronto :D

    Nunca habia oido hablar de eso... Suena divertido

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  2. aun recuerdo eso de andar a las vivas por los cubetazos igual si viajabas en las carreteras te aventaban agua (esto en Michoacan) o si habia feria eran huevos de harina, la vigilia aca en los yunaites no la llevamos como es; una hamburguesa se atravieza en cualquier momento y los baños de pureza se reducen a cero, eso si los golpes son muchos en la iglesia pero todos comiendo carne y fornicando sin decoro y harta gracia, en fin q se la pasen chido , aca tengo dos cumpleaños.
    Saludos Malbichita

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  3. Tampoco por España se hace eso (al menos ,no por donde yo vivo) y sí que suena divertido.

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  4. Bichi

    De verdad que ahora es cuando aprecio aquellos días de mi infancia, cuando uno iba por la calle rogando a los cielos que ningún gracioso me fuera a aventar agua... y ahora que ya casi no queda agua para aventar.

    Saludos frescos

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  5. Huuuuy!!! que tiempo aquellos!! yo tmb jugaba con globos con agua, me encantaba el sábado de gloria!!! tengo muy buenos recuerdo, ahora justo me llegó el reuerdo del olor a tierra mojada y la piel mojada, junto con el sonido de las risas de mis hermanos y primos.

    Por cierto, me gustó lo de Mario Benedetti.. gracias!

    Saludos!

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  6. -- a cubetadas! Era divertidisimo!!! Que ondas Malbis, se nos petatea la Monsi. Queremos post!!! Queremos post!!!

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  7. @Jiménez6c
    es divertidísimo, pero claro, en la actualidad es imperdonable desperdiciar el agua en juegos como estos, por más que se antoje con el calor primaveral de estos días

    =)

    @PAYAXO
    qué padre que te haya hecho recordar tu niñez y tu país, sólo aclaro que cuando dices "si habia feria" te refieres a si había dinero, es que alguien se podría confundir y pensar en una feria de juegos mecánicos, o algo así

    te mando un abraxo con bexo incluido

    @Javier
    qué bueno que te pareció interesante

    saludos!! (me da gusto seguirte leyendo en el tuiter)

    @mariajesusparadela
    me acabo de enterar que en un estado (provincia) de acá todavía se celebra tal cual, que el mismo gobierno pone contenedores de agua y la gente camina en las calles ligera de ropa -en traje de baño incluso- a sabiendas de que terminará empapada, pues hasta de los automóviles y camiones hechan cubetadas de agua a los peatones

    todo esto para no dejar morir la tradición (aunque en internet no encontré nada de esto), creo que también en Guatemala y algunos países centroaméricanos se celebra(ba) de forma similar

    @marichuy
    cierto, se extrañan esos días de inconciencia, ni hablar, los tiempos nos obligan a cambiar y a portarnos de acuerdo a las circunstancias, el problema del agua es tan grave que ahora me arrepiento del desperdicio que hacíamos en el pasado, por más divertido que haya sido

    @Cuetzpallin
    sí, el cuento de benedetti es tan fresco como el recuerdo de esos días de juegos con hermanos y primos, verdad?

    =)

    @jota pe
    a cubetadas, a jicarazos y a manguerazos! -je-

    monsi ya está estable, ojalá se recupere, tal como cantaba mecano: queremos genios en vida

    en tuiter ya inicié una cadena de frases dignas de recordar de monsiváis, a ver si alguien la sigue, a manera de transmitirle fuerza para su pronta recuperación, iba a interrumpir la programación habitual en El Fanzine para hacer tu post, pero al leer la buena noticia de que se está mejorando y ya quizá lo dan de alta mañana, lo dejo también para mañanita -ya que este paseo dominical también fue una exigencia tuya... ay, como te malcrio jota pe!!-

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