Desnuda sobre el musgo, con la piel todavía húmeda por el refrescante baño en una cascada, pero sin el alivio al ardor dentro de su cuerpo, Fiura espera.
Mientras espera, desenreda sus cabellos con peines de plata o cristal. O baila. Gira sobre la débil alfombra que cubre la superficie de un pantano, mientras sus enormes pechos rebotan en el aire. Su danza es febril... como su piel, como su carne, como las paredes de su sexo. Porque lo que Fiura espera es la virilidad de un hombre o de una bestia.
Fiura gime, llora de hambre. Pero no de comida, se ha saciado de chauras, esos frutos protegidos de espinas que cuelgan de los árboles del bosque de Chiloé. Fiura tiene hambre de placer. Es su sexo el que está hambriento.
Fiura gruñe amenazante, su apetito sexual la vuelve impaciente. El gesto temible de su rostro lo deforma aún más. Porque Fiura es fea, su rostro es grotesco, es el rostro de la maldad y la locura, es la representación de la perversidad heredada de su madre, quien también muestra en su rostro la deformidad de su alma por los vicios de su cuerpo. Pero La Condená fue hermosa y refinada en un tiempo (incluso conserva algo de la belleza del placer en sus rasgos), Fiura siempre ha tenido ese cuerpo enjuto, esos brillantes ojos diminutos, esa nariz descomunal y esas extremidades deformes, como ramas de árbol. Sólo asco puede provocar verla, repulsión. Y miedo, pues su aliento vengativo puede quebrar una pierna o un brazo de aquel que la mira. Sin embargo espera.
Cuando se acerque su víctima, hombre o animal, su cuerpo recordará el placer legado por los pecados de su madre, y su sola lujuria será su arma. Bastará para seducir al macho que atrape el olor de su sexo en el aire, que se arrastrará hasta ella para suplicar tenerla. Fiura los atrapará con su fuerza descomunal y les prohibirá verle el rostro ahora deformado por el placer, mientras su sexo los devora, hasta saciar su hambre.
Los devolverá después al bosque, pero habiéndoles extraído la cordura. Vestirá su falda roja e irá al encuentro de su padre y esposo, de quien engendrará nuevos hijos que contengan también, la semilla de la maldad y la perversión que obtuvo de La Condená.
Y volverá al bosque, a sentar su desnudez en el musgo o a hacerla danzar sobre la ciénaga mientras espera un nuevo miembro viril que apacigüe su lujuria.
La Fiura es una ser de la mitología chilota, del Archipiélago de Chiloé, al sur de Chile; con características de demonio sucubo que, sin embargo, no espera el sueño de sus víctimas para seducirlos, ni para raptar a los niños de las aldeas y corromperlos.
Gracias por la lección.
ResponderBorrarY bello relato.
Lo bueno es que ya se extinguió!!!!
2046
@Champy
ResponderBorrarno según las leyendas chilotas, pues ella y sus padres siguen acechando en el bosque para seducir y abusar de los que se internan en él, de hecho, las doncellas que quedan embarazadas por el padre de fiura (el trauco) son perdonadas pues el contacto con él se considera mágico
astutas, no?
=)
caracolillos o.0
ResponderBorrargenial post!
Bichito: Gran relato. Y aunque Fiura sea sólo una figura mitológica, las cosas no son muy diferentes en nuestro mundo: el deseo, la pasión, nos arrebatan la cordura. Con o sin Fiura.
ResponderBorrarMe gusta la idea de la falda roja, digamos de una tela suave y envolvente que se mueva al compás del caminar y sea elevada suavemente por el viento de la noche.
@jinshiO
ResponderBorrarqué bueno que te gustó, perfectirijillo
-je-
@marichuy
muy cierto, la lujuria es de las cosas más delirantes y enloquecedoras, más cuando es insaciable
los chilotas la visten de rojo y no creo que sea casualidad que sea el color de la pasión y la furia... me gusta esa similitud entre ésta última palabra y el nombre de esa sucubo: fiura-furia (varias veces me corregí al escribir el texto pues ponía una en vez de la otra)
el nombre de la madre Condená... no sé, despues de vivir entre tanto placer... no se puede eliminar tan facilmente tantos vicios
ResponderBorrares condena cuando se vive encadenados a ellos...
muy buen relato...
abrazos
=)
y que tengas un buen fin de semana
@Ana
ResponderBorrarlo has dicho muy bien: cómo evitar el llamado del placer?, cómo volver a la normalidad después de vivir en el éxtasis?... alguien me contó que en tras el carnaval de Río de Janeiro se presentan casos de suicidio, pues volver a la rutina les resulta intolerable a algunos después de los días de excesos (no sé si sea cierto)
tú también pásate un rico fin de semana
@Javier
qué bien!
=)
excelente relato
ResponderBorrarsaludos malbichito
La verdad, pobre Fiuria.. eso de la líbido es cosa seria.
ResponderBorrarQue bueno que nomás está en los bosques de Chile, ¿no?
El relato me encantó!!
@bertrosa
ResponderBorrargracias, qué bueno que te gustó
saludos =)
@Cuetzpallin
pues mira, así como que pobre, pobre... pues no sé, creo que ella está cómoda con su forma de vida, no se preocupa más que de su placer, le encanta corromper y enloquecer tipos perdidos en el bosque, y cría hijos que repiten sus mismo pasos... creo que para ella esa es la vida ideal
imagínate una sucubo así en una urbe!