Dos de las pocas acciones que no se sienten tan inútiles en esta conmemoración del Centenario de la Revolución Mexicana, está el remozamiento de dos obras emblemáticas de la Ciudad de México: el Palacio de Bellas Artes y el Monumento a la Revolución, que fueron reinaugurados el sábado pasado, que se festejaron los cien años del inicio de la gesta revolucionaria.
El Palacio de Bellas Artes, el recinto cultural más importante del país, es también ahora uno de los mejores teatros del mundo (como se tenía planeado desde su construcción), siendo la optimización de su acústica uno de los principales objetivos de estas obras de remodelación.
Y el Monumento a la Revolución y la Plaza de la República (donde se encuentra ubicado, y que es ahora la plaza pública más grande de la ciudad, superando a la del Zócalo), son ahora más funcionales para su visita y contemplación. Tanto el mausoleo y el museo que al interior del monumento se encuentran, fueron renovados y ampliados, y un mirador fue acondicionado para permitir la vista panorámica de la zona alrededor (provocando polémicas por el elevador que lleva a él, pues rompe con la estética del monumento).
El Monumento a la Revolución, con esa iluminación nocturna se ve muy posmoderno, o por lo menos muy POP. deben ser las luces que parecen de Neón. No digo que se vea mal, nomás POP.
ResponderBorrarBellas Artes se ve bien. El fin de semana vi unas tomas del interior del Gran Teatro y lucía esplendoroso, me recordó un poco a la Ópera Garnier de París.
Saludos
PS Si no lo suelto me hace daño. Se ve que a FECAL y sus personeros, la Revolución les da urticaria: muy pobres sus festejos, en comparación con la desmesura del Festejo Bicentenario (dizque) Independentista.
Perla calderónica (de Jelipillo, no de Calderón de la Barca): “Quizá si en aquel 1910 hubiese habido democracia, probablemente no hubiese estallado la revolución".
ResponderBorrarja, ja... la revolución pop... muy ad-hoc con esas perlas de sabiduría al más puro estilo de "si juárez no hubiera muerto... todavía viviría"
ResponderBorrarayer pasé por bellas artes y la alameda y por lo menos sí se notan más limpiecitas, se me ha frustrado desde el domingo darme una vuelta por el monumento de la revolución, pero un amigo que vive en la colonia cuauhtémoc, por río tíber, anda muy contento de que caminando puede llegar hasta el zócalo pues se formó un corredor del monumento a la madre con la nueva plaza de la república
muy embellecida nuestra ciudad, en estos días, vestida de fiesta