jueves, 18 de agosto de 2011

Posada y la Nota Roja


Visitando la estupenda exposición con que se rinde homenaje a José Guadalupe Posada -y al mismo Monsiváis- en el Museo El Estanquillo, me sorprende enormemente conocer la faceta del popular y admirado grabador, a quien se identifica principalmente por sus calaveras, de ilustrador de nota roja en hojas volantes que narraban hechos sensacionalistas: sucesos y crímenes que rompían la cotidianeidad de la ciudad en esos primeros años del siglo XX, recopilados en el apartado Los vicios y los errores de las pasiones.


Madres desnaturalizadas, hijos parricidas, amantes despechados que protagonizaban crímenes pasionales, bandidos ejecutados (que incluían al mismísimo Tigre de Santa Julia), galanes violadores y asesinos que no se conformaban con romper el corazón de jovencitas ingenuas, sino las hacían víctimas de sus bajos y criminales instintos, fueron inmortalizados en las placas de Posada y en los relatos moralizantes de los pasquines editados en la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, con los que se mantenía informada y entretenida a la población.


Antecesores de la revista Alarma!, que en los años 60 nació y tuvo su mayor momento de gloria al detallar el caso de Las Poquianchis, convirtiéndose en ícono de la prensa sensacionalista que abreva principalmente de la nota roja; de las páginas centrales y contraportada del diario La Prensa, que también supo convertir a la nota criminal en protagonista literaria, con relatos del género de la novela negra, y especialmente, de los periodiquitos que todavía recogen las notas de crímenes locales, y que van recorriendo las calles aledañas con gramófono en mano, notificando la localización de un cadáver o la aprehensión de los victimarios, estas hojas volantes que amalgaman la literatura popular y la caricatura crítica, dan muestra de que la prensa amarillista no es degeneración del periodismo actual.


La exposición José Guadalupe Posada en las colecciones Carlos Monsiváis, muestra también sus grabados para ilustrar cuadernillos de oración, carteles de teatro, juegos de mesa (que copiaban la moda europea: la lotería, el juego de la oca, serpientes y escaleras, barajas, etc.), cancioneros populares, santorales, corridos populares, críticas políticas, reseñas de eventos y espectáculos populares (como fiestas patronales y corridas de toros), e incluso de catástrofes como inundaciones o incendios. Por algo Monsiváis lo consideraba uno de los más grandes cronistas gráficos de la Ciudad de México.


Plus:


Y, fotonovelas de los años 70 recreando algunos casos publicados en Alarma, con artistas como Enrique Rocha, Guillermo Murray, Elizabeth Dupeyrón, Gloriella y algunas otras figuritas falanduleras.

2 comentarios:

  1. Qué gran artista José Guadalupe Posada. Esa colección del Monsi es un pedazo de historia, pero admito que el pasquín "Alarma" me parece terrorífico.

    Hace rato que no me paro en el Centro Histórico, pero esa exposición se me antoja mucho.

    Abrazos Malbi

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  2. no me había dejdo mi smurfon subir mi comentario, pero te decía que ojalá vayas pues seguro te va a encantar, hay otra del fascismo visto a través de la caricatura política en la que incluso encuentras dibujos de paul klee y picasso, pero la de posada es una maravilla, igual que la vista desde la terraza (lástima que no sea cafetería porque se antoja quedarse platicando ahí)

    el alarma! fue una verdadera agresión visual, pero algo de razón hay en los que justifican la nota roja al decir que la violencia ya está ahí, que ellos sólo la muestran, además de la reflexión -otra vez- de qué tanto contribuye el público consumidor, el mismo ibargüengoitia tiene hace una defensa de la nota roja diciendo que es el parámetro para ver la evolución de la moral social (bueno, mejor te lo busco porque esas no son las palabras y tal vez ni el sentido, je... dame chance y lo busco, no sé por qué se me barrió ponerlo de epígrafe como pensé al leerlo)

    yo también te mando abrazos, hoy más que nunca agradezco tus visitas, tus comentarios y tu buena vibra

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