Hace un año les compartí
mi visión de Acapulco a través de lo que vi en mi viaje de vacaciones, hoy lo hago también, pero a través de las fotografías que pude captar (y que pude subir al blog, porque algunas no pudieron verse). No son postales para vender, no estuve siempre por los rumbos más turísticos ni tengo el don para instantáneas de estética perfecta (ni una cámara decente, siquiera), pero son también imágenes de un Acapulco vivo y pujante:
Algo que me ha llamado la atención son las particularidades en el transporte. En la zona Acapulco Diamante, los que no se desplazan en vehículos particulares lo hacen, además de las camionetas Urvan y camiones, en estas camionetas pick up adaptadas con toldos y banquillos. No parecen muy cómodas. Incluso llegué a ver algunas en las que los hombres iban parados y colgándose:
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La base frente al Chedraui recibe el nombre de Crucero-Gallinero, según esta propaganda electoral. Parece sarcasmo pero así es el nombre |
Ya
el año anterior les describí mi impresión de los autobuses que van por la costera (Blvd. Miguel Alemán). Valdría la pena un fotorreportaje de su adorno interior porque son muy originales, especialmente ahora que al parecer serán una especie en extinción pues se anuncia el "Acabús", que supongo será similar al Metrobús del D. F. Tomé un par de fotografías de los que vi circulando pero por alguna extraña razón no se grabaron, sólo quedó esta:
El único autobús al que me subí esta vez tenía estos grafitis:
En las calles conviven músicos en plena batucada con policías armados hasta los dientes (es fuerte el operativo de seguridad, hay puntos de revisión en las calles y se hace habitual el patrullaje en las playas por medio de helicópteros):
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No se ve muy bien, pero en la camioneta blanca van músicos con instrumentos de percusión encabezando una batucada. Los "instrumentos" de los de al lado eran metralletas. |
Así lucían las playas en los días de guardar:
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La tranquila playa Majahua desde el muelle que se está construyendo, a un costado de Puerto Marquez |
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Playa Papagayo en Sábado de Gloria, frente a los hoteles ya es La Condesa |
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Otro aspecto del Sábado de Gloria en la Playa Papagayo, esta parte cercana a las rocas también es conocida como "la playa de los viejitos" por su tranquilo oleaje |
Así se veía la gente:
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En las fuentes bailarinas frente al Parque Papagayo, bailando al ritmo de reggaeton, merengue y bossa nova |
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Una familia muerta de risa salvando de morir ahogado al niño que momentos antes enterraban en la arena, una sorpresiva ola cubrió el hoyo en que lo metieron |
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La banana inicia su recorrido en Playa Majahua |
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Niños lanzándose desde un rústico trampolín en la Laguna de Coyuca, uno de los lugares más mágicos de Acapulco (se come riquísimo, créanme) |
Y de toda la gente, la que más llamó mi atención fueron los vendedores lugareños, de ellos tomé muchas fotos, les dejo estas:
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Jóvenes vendedoras de pescadillas hacen un alto para admirar y elegir collares |
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Vendedores de donas y flanes paran para bromear y platicar un rato antes de seguir con su labor, detrás de ellos una vendedora sostiene su mercancía en equilibrio sobre la cabeza |
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Esta morena me mira sonriente al ver que le tomo una foto, me admira el control que tienen las vendedoras de pescadillas al equilibrar su charola con quesadillas y salsas |
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Guapa vendedora de frutas |
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La misma vendedora junto a una amiga, intercambiando saludos. Al fondo un navío militar |
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Vendedor de pescados frescos en la Playa Hornitos |
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Lugareños barriendo las plantas de lirio frente a sus palapas-restaurantes en la Laguna de Coyuca |
Así se veía el mar:
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Perfiles de Puerto Marquez (desde mi palapa) |
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El horizonte de Puerto Marquez desde el muelle que construyen |
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El horizonte desde el mirador de la glorieta frente al Tianguis de artesanías Papagayo |
Finalmente me vi "obligada" a quedarme un día más de lo previsto, aproveché para bajar a la playa una vez más, a diferencia de un par de días antes, así lucía la misma playa Papagayo:
Y así el mar con una capa de bruma que no se fue sino hasta cerca del medio día:
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Este fue el último mar que vi |
Las fotos que no salieron: el cielo estrellado entre Chilpancingo y Acapulco, de madrugada y sin nada de frío pudimos estacionarnos para admirar el cielo, sólo en un planetario había podido verlo así: plagado de estrellas de todos tamaños; una calandria adornada con flores y globos, tirada por un caballo blanco y una mujer alta, obesa, sonriente y majestuosa, parecía una reina saludando a su pueblo; el equipo de staff del concierto de Café Tacuba en playa Tamarindos, mi lugar era preferencial, no tenía a nadie enfrente... pero las fotos se han perdido en otra dimensión; las edecanes bailando frente a la tienda de Mr. Frogs, no precisamente las contratadas sino las espontáneas: niñas de cinco o diez años que se subieron a la tarima a bailar la
canción brasileña que pusieron de moda los jugadores del Real Madrid; la estatua viviente plateada y adornada con penacho azteca que contrastaba con su inmovilidad con el baile de las niñas; el salto del
bungee de un moreno de cuerpo perfecto; el helicóptero volando bajo con los soldados armados y en posición para saltar en caso de ataque; el paraíso que son las palapas frente a la Laguna de Coyuca, simplemente ni el smurfon ni blogger me dan permiso de subirlas.
Las fotos que no tomé: (muchos momentos de) la actuación de Café Tacuba en la playa Tamarindos, mi celular se quedó sin pila y no capturé ni la luna llena sobre el mar, ni los adolescentes rolándose un porro, ni al chico que se subió a las rejas y se lanzó desde ahí hacia el público, ni el escenario estallando en una erupción de luz, ni la multitud abandonando la playa; el despliegue de un paracaídas al remontar el vuelo; la cometa (de mi sobrino) compitiendo con ese mismo paracaídas; dos gaviotas lanzándose al mar en picada, en lo que parecía un rito de apareamiento; el mar embravecido de Pie de la Cuesta (mi celular se quedó sin pila, otra vez); la vista de la exhuberante vegetación en la Laguna de Coyuca desde el rústico trampolín del que me obligaron a lanzarme... el celular seguía sin pila; una muy joven y muy sensual vendedora de pescadillas que equilibraba su mercancía en la cabeza y sus curvas sobre la arena mojada (era una sinfonía de color y sensualidad esa chica, parecía una sirena demostrando que también sabía caminar con donaire).
Y este fue el recuerdo que me traje:
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Un lirio que vivirá en mi tina |
*Dale a cada imagen para agrandarla
Las Urvan son las que se dirigen a los pueblos o lugares donde no puede pasar un urbano..
ResponderBorrarHa antes los urbanos tenían calzones colgados como adornos
No la playa Papagayo es la que esta enfrente del parque y el Asta Bandera y la playa Hornitos es donde se encuentra un pequeño muelle (donde hay muchos pescadores) y una roca de tamaño medio con la escultura de una mujer encima, al menos es lo que yo sé
Saludos y que se la haya pasado chido
ah, entonces la playa Hornitos es donde tomé la foto del vendedor de pescados, pensé que era la Tamarindos todavía, corrijo ya eso en el post
ResponderBorrarsí me la pasé chido, conocí aspectos que no había visto de un Acapulco que creo conocer y que siempre me sorprende (hace décadas mi papá iba a comprar en punta diamante, cuando todavía no se sabía lo cotizado que iba a ser después, y ahora es una hermana la que se anda animando por una de las casitas de los fraccionamientos que ya pululan por allá... fíjate, igual y nos volvemos vecinos, je)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarBichito
ResponderBorrarTe fuiste a mi tierra. Hace tanto que no voy. Creo que desde antes de que empezaran las matazones tan feo.
Espero ir antes de que finalice el año.
Gracias por las fotos y los recuerdos.
Abrazo
PS Odio Blogger: ahora no me dejaba comentar y la nueva interfaz es horrible. ¿Será una señal para que cerremos nuestros blogs? :P
Definitivamente 100% ambiente payero ¡ups! perdón quise decir playero.
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