Esta soy yo, hace unas horas, señalando el momento de iniciar el festejo. |
Es el cumpleaños de este blogcito, que dejó ya de ser un bebé... de hecho, tal vez los años-blog son como los años-perro y es un blog adulto casi pasándose de maduro.
Debe ser porque ya casi huele a podrido -je-.
Este blog casi cadáver, que muere lento de inanición y desatención, sigue sin estirar del todo la pata. La verdad no quiero cerrarlo ni abandonarlo, siempre está en mi mente escribir algo aquí, pero soy pésima organizándome y fuera del blog laboral ya no sé hacer nada más (bueno, también manejo sus redes sociales y la comunicación oficial, que es mucha, además de corregir entuertos ajenos, lo cual lleva casi la mitad del tiempo que le dedico a la chamba).
Justo cuando El Fanzín iba bien encarrerado se me cumplió el deseo de que me pagaran por bloguear, pero se me olvidó especificar que se me pagara por bloguear aquí. Je. Ironías de la vida. Tengo un trabajo que me permite muchas cosas, pero no saberme organizar hace que me dificulte las que más me gustan.
Me hace falta este blog, me hace falta el intercambio de ideas que me trae, la retroalimentación, la complicidad. También me hace falta la malbicho, tanto que la llevo conmigo siempre en las redes sociales, provocando confusión con los que sí me conocen con el nick de la vida no virtual, y que no me reconocen con esta máscara de metálica tristeza (¿o es amargura?).
Pasé la cena más feliz ayer, conviví casi con toda mi familia, en una cena intimista e interiorista. Después de recibir en casa toda una multitud en Navidad (y sentirme bendecida por ello), celebrar en mi núcleo fue hermoso. Y me sentí mayormente bendecida.
Y hoy esta celebración del blog también la quiero íntima. Sé que son pocos los que vendrán. También sé que son los menos ruidosos, que el tiempo de pachanga se quedó en los primeros años. Me toca recuperar lectores, conquistarlos nuevamente, pero de alguna manera ya tampoco quiero apapacharlos y comprarlos como antes, con mimos y regalos, con tal de conservarlos. Tampoco me es prioritario conseguir que llenen de comentarios mis entradas, con unos cuantos comentarios significativos me complazco.
Los tiempos cambian y yo también, ahora valoro más esos lectores silentes, que salen sólo cuando la entrada realmente les provoca, o que sólo comparten, haciendo eco. O los que se llevan la conversación a otra parte. Es en redes donde ahora la encuentro más seguido.
Pero, claro. La conversación aquí es lo que más me alimenta. Así que si dejan un comentario, tengan por seguro que me hacen la más feliz y satisfecha. Sólo que ya no me preocupa como antes, hace un par de años, cuando el no ver conversaciones prolíficas me hizo pensar incluso en dejar el blog.
Pasa, también, que este blog, en este año, se volvió más introspectivo. Se me volvió un blog personal. Era (es) mi necesidad. Desahogarme un poco. Levantarme un poco.
Y si me permiten, quiero festejar este año continúandolo así, contándoles un poco de mí. Quizá les guste conocer un poco más a la mujer detrás de la máscara herida, aunque se parezca menos a la malbicho que pensaron:
Tengo un duelo interno que no ha concluido. Mi historia no es común, ni sencilla de explicar (no voy a poder hacerlo aquí, con todas sus aristas). Pero me tocó vivir un amor interrumpido, inconcluso. Y la búsqueda de ese cierre se llevó casi veinte años. En este año que concluyó me enteré que el objeto de ese amor había muerto, que llevaba muerto todo este tiempo que pensé era un abandono. Y que no dejó de amarme, como yo creí (como sufrí todo este tiempo).
Yo tampoco dejé de amarlo nunca, pero cargaba ese amor como un lastre, como una culpa. Una traición a mí misma. ¿Cómo seguía amando a quien se olvidó de mí? ¿Cómo podía ser tan incapaz de dejar de hacerlo, pese al tiempo cayendo sobre mis espaldas, aumentando el peso de esa carga?
Descubrirme no abandonada, no olvidada, no víctima del desamor, me alivió un poco, sólo para entristecerme por la serie de circunstancias que nos impidieron estar juntos. Fue tan injusto. Y tan fuera de tiempo. Esta historia de Romeo y Julieta no venía en mi agenda, no compré un boleto para ella. Yo no quería vivir una telenovela, desempeñar ese rol tampoco me vino bien. Menos cuando, por fin, parecía que recuperaba algo de esa alegría por vivir que se fue por tantos años.
La mente es extraña, juega con uno. Las reacciones nunca son lógicas y uno se tarda demasiado en entender. Me invadió la culpa. La culpa de seguir viva, sin él. De haber logrado seguir viviendo sin él. De haber tenido que exorcizar su nombre de mis labios para poder sobrevivir. Ahora sentía que mi traición era hacia él.
Y me quise morir de nuevo. Porque ya había sucedido un rechazo por la vida al no poder vivirla a su lado. Pero el sufrimiento no estaba ya, y así esta sensación fue temporal.
Lo malo que coincidió con algo realmente perturbador. Me enteré (y aquí abro un paréntesis para disculparme por no podérselos contar) de un crimen escalofriante contra la humanidad, contra nuestro país, y contra nuestra historia. Pero sobretodo contra nuestra gente. Esto vino acompañado de una conciencia cabal de cómo funciona el sistema, y cómo nada de lo que hagamos va a lograr que lo transformemos. El poder que tienen sobre nosotros es inmenso. Inconmesurable. Y ninguno de nuestros esfuerzos es suficiente.
Lo que está debajo de nosotros, sobre lo que estamos parados, es un basurero. Y un cementerio.
Nada logrará resarcir el daño, ni siquiera paliarlo un poco. Aunque nos toca seguir resistiendo, pero sólo para conseguir no perder nuestra propia humanidad. Eso es lo único que podremos rescatar. Nuestra dignidad (hoy, por cierto, también es aniversario de la salida a escena del EZLN, otro esfuerzo por la justicia y la dignidad, y sabemos que han logrado muy poco y a la vez han logrado mucho, ejemplo de lo poco y lo mucho que se logra contra este sistema que nos tiene maniatados, vendados y amordazados).
Pero luchar sin esperanza, con la única conciencia de que tu lucha es personal, para rescatarte a ti pretendiendo que estás ayudando a otros, es difícil.
También supe que eso fue lo que lo mató a él. Porque vivir egoístamente es el único camino que queda, y algunos no estamos preparados para eso. La desesperanza es aniquilante, fulminante.
Puede parecer estúpido o ingenuo lo que estoy diciendo, pero créanme que es así: algunos sentimos que tenemos una misión, una responsabilidad con los demás, con lo que recibimos, y cuando te quitan eso te quitan todo.
Porque el egoísmo, el individualismo, es justo lo que nos ha llevado hasta aquí, a como son las cosas ahora, a este mundo de mierda, a esta realidad de injusticia. Volverte uno de ellos no es una opción que se tenía contemplada. Resignarte a serlo es algo que va contra la naturaleza de quienes buscamos formar un mundo mejor. Seguir luchando se vuelve un sinsentido. Porque ahora sabemos que la lucha (por más solidaria que sea) es sólo por uno mismo, y que eso nos vuelve, necesariamente, egoístas.
Cómo seguir, después de saberlo.
Pues así: admitiéndolo, conformándote con sólo luchar por paliativos pequeños, pegando tiritas de cinta adhesiva en las grietas de las casas que amenazan derrumbarse, apagando incendios con gotas de lluvia recolectada en conos de papel.
Tratando de que la culpa te deje dormir... y sintiéndote culpable cuando por fin logras hacerlo.
Vivir, vivir, vivir... es apenas un sueño. Sobrevivir es lo que nos toca. Supervivir lo que hacemos. Tomar conciencia de esto es llorar la vida. extrañarla, reclamarla... anhelarla, abrazarla, desnudarla como a una amante perdida... porque la vida es eso que se pasa cuando intentas asirte a ella y no te queda más que correr detrás para no perderla mientras el viento te la desdibuja.
Aferrarte a la vida, y celebrarla. Otro sinsentido de cuando te sabes muerto.
Feliz inicio de año. Gocen, es el consejo. Ustedes que pueden, que todavía pueden. Yo también lo hago en cada oportunidad. No nos queda más que celebrar la vida que se nos va.
Adendum: y nada mejor que celebrar con música, y para iniciar el Año Nuevo, nuestra tradición de brindar al ritmo de La Traviata, y aplaudir con la Marcha Radetzky del tradicional Concierto de Año Nuevo en Viena:
la vida que nos arrebatan
ResponderBorrarpero que no se malentienda... esta es una entrada feliz ;)
ResponderBorrarFelicidades! 5 años! Vaya y de verdad que buen blog, quiero decirte que me traes buenos recuerdos,eres grande EL FANZINE eres grande!
ResponderBorrarAsí es, celebremos la vida que se nos va. Y sí, es una entrada feliz. Abrazos.
ResponderBorrarY sí, soy real :) abrazos again.
ResponderBorrarchingao!, no hay "me gusta" en blogger
ResponderBorrar=D
y es que sí me gusta recibir comentarios, y sí me gustan los que estoy leyendo
Gracias Iván!!!, qué gusto este reencuentro, también a mí me trae lindos recuerdos leer tu nombre, qué buena iniciativa la del festival bloguero, oportuna e idónea en su momento, como guante para la dinámica de los blogs en esos ayeres
feliz año!!!
Angeek!!... mira qué lujo tu visita y tu comentario... deja saco el mantel nuevo (tiene una manchita de adobo, pero tú perdonarás, ayer fue un día ajetreadito)
abrazos!!!, gracias por este año de amistad, por lo que compartes y por lo que añades siempre, feliz 2014!!!
que buena entrada... principalmente la primera mitad donde contás cosas muy interesantes a pesar de ser muy personales... como a uno el amor lo cambia, para bien y para mal y se transforma en la única búsqueda posible...
ResponderBorrarfelicitaciones por los 5 años y bueno, acá estamos... salu2!!!
salu2!!
ResponderBorrary abrazos!!!!
qué gusto leerte JLO, gracias por seguir aquí, siempre es una sorpresa leerte y compartir a distancia, gracias, feliz año!!!
Estimada amiga... siempre es un gusto escuchar tus palabras escritas.
ResponderBorrarDe hecho comparto contigo que la vida hay que gozarla con todas sus desesperanzas y esperanzas.
Temo que los grandes amores nunca mueren, pero siempre es mejor amar que nunca haberlo hecho. Aunque en un principio parezca que poco tenga que ver.... esa es la misma razón por la que mantienes este blog.
Pareciera que fue ayer cuando comente una entrada por estos lados... Puedes creerme que yo estoy casi siempre por acá.
Recibe un sincero abrazo a la distancia, y que este 2014 esté plagado de alegría, éxitos y felicidad.
Felicidades y un abrazo de oso gigante!!!
"escuchar tus palabras escritas", ¡Qué poesía!, ¿verdad?
ResponderBorrarTodo: tu frase, la tecnología que te permite leerme, que nos acercó desde un inicio... la vida... ¡qué poesía la vida!, ¿verdad?
Feliz Año Educavent, no hay festejo completo si tú no llegas por aquí, eres de los entrañables, de los consentidos. Me conmovió tu comentario, te agradezco tus palabras una a una.
Feliz 2014!
Querida Bichito
ResponderBorrarQué bellas palabras. Nosotros también extrañamos tus post.
Te deseo que en 2014 tu trabajo siga haciéndote feliz. Que el trabajo que hacemos para vivir nos haga felices es menos común de lo que quisiéramos. Tristemente.
Pero como no todo es trabajo, también te deseo que este año te pasen, de preferencia, sólo cosas buenas; que tengas grandes momentos de dicha y que no pierdas la fe, la esperanza, ambas cada vez más escasas.
Un abrazo muy grande
gracias marichuy, que dejes un comentario tiene un significado extra, gracias por ser parte del blog y de este mundo virtual que nos hemos creado, para extender el otro y hacerlo más tolerable, tú logras eso, no sé si lo sabes cabalmente, pero es así: desde la virtualidad haces un mundo mejor para vivir en él
ResponderBorrarQue el proximo año no olvides este lugar, somos muchos a los que nos gusta lo que piensas y escribes
ResponderBorrargracias Hugo!!, ya no prometo ser más constante porque cada que lo hago menos aterricé por aquí, ahora me dedicaré a serlo, gracias otra vez, es muy reconfortante saber que lo que una hace, gusta
ResponderBorrarfeliz año!
"Pero me tocó vivir un amor interrumpido, inconcluso" de los peores... he de formar parte de los "lectores silentes" y es un gusto.
ResponderBorrarBtheBlog: gracias por dejar un comentario, me da mucho gusto que dejen un testimonio de que se leyó la entrada, bueno, más que darme gusto, me emociona!
ResponderBorrargracias!!!, qué bueno que rompiste el silencio
=)
«Lo que está debajo de nosotros, sobre lo que estamos parados, es un basurero. Y un cementerio.»
ResponderBorrar"Ya no estamos solos para esperar la noche. Para esperar a Godot. Para esperar... para esperar. Hemos luchado toda la tarde con nuestros propios medios. Ahora se acabó. Ya es mañana."
a escribir de nuevo! vamos!
ResponderBorrarsalu2 desde el sur...
Que post mas belllo. Me ha gustado mucho. Emocionante
ResponderBorrarUlisses:
ResponderBorrar❤
JLO:
ya viene un post metidito en el horno... se está cocinando ;)
musicapachangueraparafiestas:
gracias!!, me alegra... no, no nada más me alegra que te guste, me entusiasma, qué chido que haya transmitido algo y que hayas querido dejármelo saber, gracias por tu visita y tu comentario, bienvenido al blog!
=)
Malbicho, después de tan sublime respuesta tuya, ahora sí puedo decir con todo el pecho henchido de orgullo: COMAN MAMEY!. :)
ResponderBorrarAunque me alejé un poco de mi blog y de mis blogs favoritos como el tuyo, hoy vengo a escribirte estas felicitaciones atrasadas y a expresarte que soy fan tuya. Siempre. Un abrazo y larga vida a este blog. :)
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