La Alcaldía de la Ciudad de Guanajuato (capital del mismo estado mexicano) dio marcha atrás al Bando de Policía y Buen Gobierno que se hizo famoso la semana pasada por pretender prohibir los besos en los espacios públicos.
Eduardo Romero, alcalde de Guanajuato, explicó que en ningún momento se trató de prohibir los besos en público, sino de tener un Bando de Policía y Buen Gobierno acorde con los que se tienen en el resto de la República Mexicana, en defensa de la moral.
Aún no me entero de una prohibición similar en otras ciudades o estados del país. Aún no sé de alguien con daños ocasionados por la vista de una pareja besarse.
No es la primera vez que hay una propuesta semejante con la intención de salvagualdar las buenas costumbres del pueblo. En otros tiempos y lugares de administración panícola existieron las ideas de prohibir escotes, minifaldas y palabras altisonantes.
Quiero ver a uno sólo de esos modernos inquisidores carreñeros reclamarle al que recomendó a los votantes: “No se apejendejen”. A ver si uno de esos mismos es capaz de atar la lengua floja del gobernador al que le vale madres.
Amén de esas y otras incoherencias, el falso pudor que exhibe el gobierno actual no tiene el menor recato en afianzarse en el poder mediante un absoluto nepotismo.
Inmoral es la corrupción que promueve, el desempleo galopante, los sueldazos y bonos de los legisladores y la improductividad del aparato de gobierno. Inmoral es la inseguridad en que vivimos. Inmoral es la tramitología elefantiásica, esclerótica y anquilosante.
De forma cínica, desvergonzada y conveniente para ellos, prefieren evadirse de la solución a estos problemas (que son su responsabilidad en más de un sentido) y convertirse en una entidad shakireska – bruta, ciega y sordomuda – que pretende controlar lo que pensamos, lo que decimos, nuestra vestimenta y nuestro comportamiento.
Ya es suficiente para la Santa Fe llevar un velo sobre los ojos, pero al paso que vamos querrán vestirla con una burqa.
apenas en noviembre prohibieron en un colegio de Austria besarse dentro del plantel, con la consiguiente protesta del estudiantado; en beijing, durante los juegos olímpicos también habían zonas de intolerancia oscular protegidos por cámaras de vigilancia (o seeaaa, nada de besos "de olimpíada", eh?, ni siquiera por allá -je-); en indonesia la misma población apoyó una legislación antiporno que incluía la prohibición de los besos públicos (púbicos también, claro)
ResponderBorrary dicen las malas lenguas que en el tiempo de la revolución industrial también estaba prohibido besarse en público
yo apoyaba la moción: así no se me antojan -je-