El papiro 7Q5 (quinto documento de la séptima cueva de Qumran), que aparentemente coincide con el Evangelio según Mateo, cap. 6, vers. 56 y 57. La referencia escrita sobre Jesús de Nazareth más antigua.
Literatura Cristiana.
Escritos canónicos.
En el Nuevo Testamento, desde los Evangelios a las Epístolas, se encuentran datos que coinciden con hechos históricos que es posible confirmar, algunos de ellos seculares. Las descripciones más extensas y detalladas se encuentran en los evangelios de Mateo, Marco, Lucas y San Juan.
Se relaciona el inicio de la predicación de Jesús con Juan el Bautista, de quien se tiene referencia por Flavio Josefo, historiador romano. Lucas lo sitúa de forma más específica: "El año quintodécimo del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, Tetrarca de Galilea Herodes, y Filipo su hermano, Tetrarca de Iturea y de la Traconitide, y Lisania Tetrarca de Abilene, bajo el pontificado de Anás y Caifás ..." (Lc 3, 1-2). Estos personajes son conocidos históricamente por fuentes seculares.
La situación sociopolítica y religiosa en las narraciones evangélicas, es la de los tiempos inmediatos a la rebelión contra los romanos en el año 67 d.C., coincidiendo con los datos narrados por Flavio Josefo y Filón. Así como las expresiones evangélicas utilizadas (que cayeron en desuso en épocas posteriores). Las epístolas de San Pablo fueron escritas en un rango entre 20 o 40 años después de la muerte de Jesús, lo que se considera un tiempo muy cercano.
Escritos extracanónicos.
De padres que estuvieron en contacto con los apóstoles (Apostólicos), que defendieron la creencia cristiana en el siglo II (Apologetas), y padres cristianos y ecuménicos.
Libros apócrifos.
Conocidos también como Evangelios apócrifos o perdidos, de autores desconocidos y que narran hechos relacionados con la vida de Jesús, hallados en el Alto Egipto en 1945 por unos campesinos de la población Nag Hammadi. No son reconocidos como sagrados por la Iglesia Católica. Reciéntemente se dieron a conocer los documentos del Evangelio según Judas, encontrado hace treinta años por unos campesinos en el desierto de Mynia, Egipto.
Literatura rabínica.
El Talmud
Libro hebreo que pertenece a la legítima tradición judía y que comprende dos partes: Mishná o ley oral, y Guemsara. En ambas contínuamente se habla y se cita a Jesús de Nazareth. En el Talmud Babilónico se encuentra la cita "El día señalado para la ejecución, antes de la fiesta de la Pascua, se suspendió en un patíbulo a Jesús de Nazaret por haber seducido y engañado a Israel con sus encantamientos".
En el Diálogo de San Justino de mediados del siglo II, con autoría de Trifón: "Jesús, el galileo, suscitó una secta impía y enemiga de la ley. Nosotros lo crucificamos. Sus discípulos robaron su cadáver del sepulcro durante la noche. Y engañan y seducen a los hombres diciendo que resucitó y subió a los cielos".
Historiadores.
Algunos autores contemporáneos, cristianos, judíos y romanos proveen información adicional sobre los sistemas judíos y romanos del siglo 1°, así como detalles de flagelación y crucifixión. Séneca, Livy, Plutarco y otros se refieren a las prácticas de crucifixión en sus trabajos. Específicamente Jesús es mencionado por los historiadores romanos Cornelius Tácitus, Plinio el Menor y Suetonio; por los historiadores no romanos Thallus y Phlegon, por el sátiro Luciano de Samosata y por el historiador judío Flavio Josefo (detalles en el muy completo artículo Textos históricos sobre Jesús de Nazareth).
Puntos a debatir.
Las menciones de Flavio Josefo tienen poca credibilidad ante los especialistas pues, al contrario del prolífico estilo habitual del escritor, son muy breves, además de que una parece una interpolación y la otra es muy sospechosa (se especula que fueron alterados los textos originales para incluirlas y que fueron revisados por autoridades eclesiásticas antes de que salieran a luz).
La práctica de la "pseudoepigrafía" (escribir algo y atribuírselo a otro autor) era usual en el siglo I, lo que dificulta verificar la autoría de los libros del Nuevo Testamento. Se tiene particular duda sobre las epístolas paulinas.
Hay contradicciones entre los evangelios de los diferentes autores. Y se sabe que la información era de segunda o tercera mano. Además no hay coincidencias históricas para algunos de los hechos bíblicos, como la matanza de los primogénitos por orden de Herodes o el censo que hizo volver a la gente a su lugar de origen; siendo los romanos muy meticulosos en cuanto a la historia escrita, esto es de resaltar.
Está la teoría de que la figura de Jesucristo está basada en Juan de Gamala, judío que se opuso a la ocupación romana en Palestina durante el primer siglo de la era moderna.
Escritos canónicos.
En el Nuevo Testamento, desde los Evangelios a las Epístolas, se encuentran datos que coinciden con hechos históricos que es posible confirmar, algunos de ellos seculares. Las descripciones más extensas y detalladas se encuentran en los evangelios de Mateo, Marco, Lucas y San Juan.
Se relaciona el inicio de la predicación de Jesús con Juan el Bautista, de quien se tiene referencia por Flavio Josefo, historiador romano. Lucas lo sitúa de forma más específica: "El año quintodécimo del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, Tetrarca de Galilea Herodes, y Filipo su hermano, Tetrarca de Iturea y de la Traconitide, y Lisania Tetrarca de Abilene, bajo el pontificado de Anás y Caifás ..." (Lc 3, 1-2). Estos personajes son conocidos históricamente por fuentes seculares.
La situación sociopolítica y religiosa en las narraciones evangélicas, es la de los tiempos inmediatos a la rebelión contra los romanos en el año 67 d.C., coincidiendo con los datos narrados por Flavio Josefo y Filón. Así como las expresiones evangélicas utilizadas (que cayeron en desuso en épocas posteriores). Las epístolas de San Pablo fueron escritas en un rango entre 20 o 40 años después de la muerte de Jesús, lo que se considera un tiempo muy cercano.
Escritos extracanónicos.
De padres que estuvieron en contacto con los apóstoles (Apostólicos), que defendieron la creencia cristiana en el siglo II (Apologetas), y padres cristianos y ecuménicos.
Libros apócrifos.
Conocidos también como Evangelios apócrifos o perdidos, de autores desconocidos y que narran hechos relacionados con la vida de Jesús, hallados en el Alto Egipto en 1945 por unos campesinos de la población Nag Hammadi. No son reconocidos como sagrados por la Iglesia Católica. Reciéntemente se dieron a conocer los documentos del Evangelio según Judas, encontrado hace treinta años por unos campesinos en el desierto de Mynia, Egipto.
Manuscrito. Detalle de uno de los antiguos papiros que constituyen la única copia que existe del Evangelio según Judas, que ha sido autentificada, restaurada y traducida después de que se creyó perdida durante 1,700 años.
Literatura rabínica.
El Talmud
Libro hebreo que pertenece a la legítima tradición judía y que comprende dos partes: Mishná o ley oral, y Guemsara. En ambas contínuamente se habla y se cita a Jesús de Nazareth. En el Talmud Babilónico se encuentra la cita "El día señalado para la ejecución, antes de la fiesta de la Pascua, se suspendió en un patíbulo a Jesús de Nazaret por haber seducido y engañado a Israel con sus encantamientos".
En el Diálogo de San Justino de mediados del siglo II, con autoría de Trifón: "Jesús, el galileo, suscitó una secta impía y enemiga de la ley. Nosotros lo crucificamos. Sus discípulos robaron su cadáver del sepulcro durante la noche. Y engañan y seducen a los hombres diciendo que resucitó y subió a los cielos".
Historiadores.
Algunos autores contemporáneos, cristianos, judíos y romanos proveen información adicional sobre los sistemas judíos y romanos del siglo 1°, así como detalles de flagelación y crucifixión. Séneca, Livy, Plutarco y otros se refieren a las prácticas de crucifixión en sus trabajos. Específicamente Jesús es mencionado por los historiadores romanos Cornelius Tácitus, Plinio el Menor y Suetonio; por los historiadores no romanos Thallus y Phlegon, por el sátiro Luciano de Samosata y por el historiador judío Flavio Josefo (detalles en el muy completo artículo Textos históricos sobre Jesús de Nazareth).
Puntos a debatir.
Las menciones de Flavio Josefo tienen poca credibilidad ante los especialistas pues, al contrario del prolífico estilo habitual del escritor, son muy breves, además de que una parece una interpolación y la otra es muy sospechosa (se especula que fueron alterados los textos originales para incluirlas y que fueron revisados por autoridades eclesiásticas antes de que salieran a luz).
La práctica de la "pseudoepigrafía" (escribir algo y atribuírselo a otro autor) era usual en el siglo I, lo que dificulta verificar la autoría de los libros del Nuevo Testamento. Se tiene particular duda sobre las epístolas paulinas.
Hay contradicciones entre los evangelios de los diferentes autores. Y se sabe que la información era de segunda o tercera mano. Además no hay coincidencias históricas para algunos de los hechos bíblicos, como la matanza de los primogénitos por orden de Herodes o el censo que hizo volver a la gente a su lugar de origen; siendo los romanos muy meticulosos en cuanto a la historia escrita, esto es de resaltar.
Está la teoría de que la figura de Jesucristo está basada en Juan de Gamala, judío que se opuso a la ocupación romana en Palestina durante el primer siglo de la era moderna.
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