Hojeó las páginas del aviso oportuno sin encontrar algo que le llamara la atención, le urgía encontrar trabajo, pero en esta temporada sólo se ofrecían los trabajillos horribles que odiaba: venta de ollas de presión casa por casa o tarjetas de descuento por telemarketing. Además de que la sola idea de llenar una solicitud y suplicar por que la emplearan le parecía agobiante, y ya estaba harta de remendar el pantalón del único traje sastre con que se veía presentable. Desvió la mirada hacia el reloj colgado en la pared.
La pensión que su ex le enviaba no le alcanzaba más que para el teléfono y cigarros. Su madre no podía prestarle más dinero y su odiosa cantaleta de "sí no me das no me quites " la tenía tan cansada, como la sopa instantánea que casi se había vuelto su única comida. Volteó a ver nuevamente el reloj.
Encendió el tercer cigarro de la mañana mientras hojeaba la sección de estilo de vida. Un test de la sexualidad a los treintaytantos la dejó pensando... ¿cuánto hace que no tenía un orgasmo?, lo mas cerca que estuvo fue cuando hizo spinning con esa cortesía del nuevo gym, al que no pudo inscribirse pues no tenía para la mensualidad. Había decidido entonces, que mejor caminaría todas las mañanas en el parque cercano. Pero los tenis se quedaron un mes remojándose en cloro hasta que tuvo que tirarlos porque la tela se había podrido. Como no tenía para comprarse otros, el único deporte que practicaba era subir las escaleras a la azotea cuando tenía que revisar cuanto quedaba de gas en el tanque estacionario, a ver si podía esperar a cargarlo hasta principios de mes, cuando le llegara el exiguo cheque que el imbécil de su ex-marido le hacía llegar. El imbécil de su ex-marido. El infeliz imbécil de su ex-marido. El infeliz, desgraciado, maldito, sátiro, rabo verde, impotente, infiel y eyaculador precoz de su ex-marido, que le robaba la vitalidad a una escuincla vestida de Bratz para sentirse quince años más joven (paradójicamente, los mismos que le habían aumentado a ella frente al espejo). De nueva cuenta miró el reloj, faltaban sólo cinco minutos.
La mirada también advirtió el sobre cerrado con el recibo telefónico dentro, que aguardaba a ser abierto tras colarse por debajo de la puerta desde hace dos días. Cerró los ojos por un bostezo que le deformó la cara. Se había desvelado viendo una de las películas nominadas al Oscar. No era tan buena; esos gringos son tan autocomplacientes que basta con una dosis de patrioterismo para que digan que es una maravilla. Y bueno, ya que no pudo salir mejor aprovecha y se apura en la casa, que ya está imposible.
Pero los cinco minutos ya casi habían pasado y sólo le quedaba tiempo para calentar agua en el microondas y prepararse un café, acercarse los cigarros, buscar el control remoto y arrebujarse en el silloncito junto al teléfono, hasta donde llegaban los amigables saludos de los conductores de la revista matutina que seguía día con día y que la animaban a participar en un concurso contestando una sencilla pregunta. "Llame ya", insistían. Podía ganar una camioneta y doscientos mil pesos en efectivo sólo con invertir veinticinco pesos en una llamada telefónica, que no aparecería en su recibo sino hasta dos meses después.
Una sonrisa se dibujó en su rostro: sabía la respuesta. La sonrisa se hizo más amplia mientras oprimía las teclas del número aprendido de memoria, al imaginarse la cara de imbécil del imbécil de su ex-marido cuando la viera bajar de su camioneta nueva.
je ni me quiero imaginar a la pobre este año en México(pero ahí está, reflejando la realidad), con un puerquito que no es valiente en economía y un enano que aún creé en la desección como comandante Suplemo de las fuelzas digo Prejidente.
ResponderBorrarSaludos buen post
gracias jinshi0
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Ash, méndiga historia me recordó a una tipa que conozco... no más que esta se sentía dama de la high
ResponderBorrarmi historia te pareció méndiga?
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Noooooooooooooo no le doy ese calificativo porque esté mal hecha, sino por lo que me hizo recordar. Lo siento
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ResponderBorrar-- malbi, tarde pero seguro! que paso no andes contando mis intimidades! jejeje! ta chido! loquisimo! matador! pocamaiz! gracias gracias gracias!
ResponderBorrarja, ja... y que te queda el saco y que te lo pones!, ja, ja...
ResponderBorrargracias a tí jota pe, me halagas
Patética la vida de la personaje (así de explicito, no te me vayas a sentir) y es que iba a a comenzar poniendo " patética historia".
ResponderBorrarme generan angustias estas narraciones, sobre todo por el hecho de saber que existen muchas personas así, sobreviviendo misería y soñando quimeras ( y no es pleonasmo)
si yo te contara mi jaspo!, no le vayas a decir a naiden pero es una página de mi diario -je-
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