viernes, 30 de octubre de 2009

Calaveras y Diablitos


Estaba sentada en la sala oyendo lo discos de Gloria Trevi al revés, en mi búsqueda de algo que provocara verdadero terror, ya había visto las películas de Freddy vs. Jason y toda la serie de Crepúsculo, pero al diablito sentado en mi hombro ni los guiones malos le daban miedo.

Mi angelito se me cayó una vez que corrí para entrar al metro antes de que se cerraran las puertas del vagón; por consejo del diablillo no regresé a recogerlo y se quedó en la estación Chabacano, pensé que nos alcanzaría en la casa, pero tanta gente y tanto trasbordo lo han de haber confundido.

Curiosamente, el más afectado resultó ser el diablito. Nomás por fregar, a veces me da buenos consejos, como casi siempre hago lo contrario de lo que me dice, esas veces actúo mal sin querer, entonces se ataca de la risa y me hace burla, pero fuera de eso se aburre mucho; además ya lo regañaron por andar de bienhechor, del coraje, ese día estaba más rojo que nunca. La verdad es que extraña al angelito, dice que porque ya no tiene con quien pelear, pero sé que ya se había encariñado con él. Volví varias veces al metro y hasta le pregunté al policía, se me quedó viendo tan raro que hasta desistí, me senté en el suelo sin saber que hacer. Entonces ví que el diablito estaba igual de desolado.

Por eso lo quiero distraer, para que se le vaya la tristeza. Aunque para eso tenga que ver malas películas o escuchar todo el día a Los Fabulosos Cadillacs. Lo bueno es que es roquero, lo más fresa que oye es Fobia y Zoe, lo malo que cuando baila ská sus pezuñas me lastiman el hombre. La canción que más le gusta es la de Calaveras y Diablitos, dice que le recuerda a su amiga La Parca. “¿Qué?, ¿casi no habla?”, le pregunto con toda intención de impacientarlo, pero sin notar el sentido de mi mala broma me explica con total calma que es otra forma de nombrar a La Muerte.

-Quería conmigo –me cuenta, vanidoso.

No le creo, la verdad. No nada más es feo y con un carácter de los mil demonios, entre todos sus horrores está el estar pulgoso, siempre me pide que le rasque debajo de las alas, donde no se alcanza; por más que le insisto se niega a lavarse como si lo mandara a bañar con agua bendita, mejor se empapa en loción de azufre; eso y los gases que todo el tiempo se echa, hacen que la gente se pregunte de de dónde diablos viene ese olor.

Pero cuando está contento es bien chistoso. Se pone enfrente de las ráfagas de insecticida para embriagarse, ya intoxicado se abraza fraternalmente a las conexiones de electricidad ilegales diciendo que son sus primos; me jura amor y lealtad eternos, para comprobármelo se va con los otros diablitos de la oficina y regresa a chismearme los pecados en que han caído mis compañeros, y los pueda chantajear. Una vez a la semana le hago caso, para que no se me vaya a sentir, eligiendo las decisiones que no afecten mucho a terceros.

Afortunadamente tengo bastante sentido común. Incluso a veces me tocó corregir al angelito, que era muy prejuicioso para mi gusto. Sus consejos eran del tipo: “el mejor conceptivo es la abstinencia” o “así seas barrendero, busca ser el mejor barrendero del mundo”; tenía una filosofía que parecía haber sacado de libros de autoayuda o de manuales de motivación para vendedores. Eso sí, sus recomendaciones sobre dónde ir a comer sí eran muy buenas, en eso hasta el diablito me decía que le hiciera caso. Conocía dónde daban las mejores botanas, dónde despachaban mejor los tacos de barbacoa y dónde vendían los tamales más ricos y baratos; se ubicaba muy bien por toda la ciudad y me dirigía por atajos que ayudaron a quitarme la fama de impuntual; con amabilidad solícita aleteaba para refrescarme en los días más calurosos y me tranquilizaba tocando el arpa durante los embotellamientos y los días de corte. Y era divertidísimo oír cómo se peleaban entre ellos. Uno a otro se echaban en cara los errores de su currículum, enterándome de anécdotas que los ridiculizaban. Así supe que el diablito había ayudado a dar a luz a una parturienta y que el angelito había convencido a una viejecita de matar a sus nietos antes de suicidarse, para no dejarlos solos. Al principio me resentí con el cielo y el infierno por haberme mandado a sus representantes más incompetentes, pero luego me resigné al constante zumbido en los oídos de cuando hablaban con faltas de ortografía.

Pero ahora sin el ángel nos sentíamos perdidos, acalorados y malcomidos; esa orfandad nos unió más y se creó un lazo especial. Él se volteaba para no eructarme en la cara y yo le prometí que lo levaría a pedir calaverita, uno de sus pecados es el malichismo y lo emociona más el Halloween que el Día de Muertos.

Bueno, pero les estaba diciendo que trataba de atemorizarlo con las canciones de la Trevi al revés, cuando él me decía que le daban más miedo las versiones normales, tocaron a la puerta. Nos miramos con un signo de interrogación en la frente, nadie nos visita nunca. Abrí la puerta encontrándome frente a frente con La Muerte. Sin saludar, tartamudeé con torpeza: “A poco ya me toca”.

Pero no iba por mí. Iba por el diablito para invitarlo a salir esa noche de Todos los Santos. Nos contó que acababa de ver al angelito, quien había cambiado el arpa por un güiro y cantaba con un grupo musical, no recordaba exactamente el nombre, era algo de ángeles azules o negros, pero ahora sus consejos eran de soltar el listón de tu pelo. Ella le había preguntado por el diablito y él le dijo dónde podía encontrarlo. Con eso nos dejó en claro que el angelito no sentía el mismo apego que nosotros por él.

Me tuve que tragar mis palabras al ver la coquetería con que ella le hablaba, quedaron de verse apenas terminara su jornada y se despidió de mí con un travieso: “nos vemos”.

-¿Cómo la ves?, sí quiere todo conmigo –presumió fanfarrón, pegándose juguetonamente en la barbilla con su puño-; lo bueno que estos días deja la guadaña y el manto negro, y se pone bien catrina –dijo, mientras se vaciaba encima todo el frasco de su loción de azufre.

12 comentarios:

  1. Querida Bichi

    Me encantó tu historia. Será que yo soy bien aburrida, pero nunca he tenido un encuentro (del tercer tipo) así de interesante y divertido.

    Yo diría que nomás por ir contra la corriente y no ser un borreguito más (en este país de borregos anestesiados), le hicieras caso al Diablo… aunque sea de vez en cuando. Sobre todo, si, como dices, te da buenos consejos.

    Y de La Parca, era de esperarse. Yo sí le creo al Diablo que la Flaca le tiraba los canes; eso es seguro... hasta yo lo haría, sobre todo si su apariencia fuera como la de Thierry Neuvic (http://img70.imageshack.us/i/thierryneuvic06em8.jpg/)

    De Fobia, me gusta el vocalista; qué tipo más guapo. En cuanto a la Trevi, ni para una noche de brujas se me antoja escucharla;, no la soporto. Esa, junto con Arjona, seguro amenizarán con sus gritos… el infierno.

    Beso

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  2. Jajajaja. Sin duda la historia es fenomenal..
    Pero de donde sacas tantos relatos eh!!!
    O sera ya eres un escritora escondida bajo las piedras de este blog???.
    Jjejejejeje
    Por lo demas yo bien me ligaba, al diablito si fuera tan lindo como uno de mis modelos preferidos...Alex Gilbert

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  3. como dice Marichuy, te vas a divertir mas con el diablito, eso que ni que, recuerden que satanas tambien fue angel, solo que descubrio la pornografio y cayo de la gracia de chuchito.

    malbichito te extranyaba un restorant, el sabado pasado fui a ver al alex lora a San Jose, chido el desmother!
    besos.

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  4. Mi estimada Malbicho:

    Me ausento una semana y me encuentro con muchos post tuyos, lo cual me alegra la mañana, ya voy por mi café para leerlos con toda calma.

    Yo aún conservo a mi ángel y es bieeen efectivo, me cae bastante bien porque no es nada mocho, conmigo tiene mucha chamba el pobre, porque soy muy distraida. Mi demonio está bajo control, o al menos eso me hace pensar, aunque muchas veces se sale con la suya.

    En cuanto a la muerte, la mejor imagen que tengo de ella, es la muerte enamorada del cellista que nos contó Saramago.

    Te mando un fuerte abrazo, y sigo leyendote.

    Ana

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  5. A que tus angelitos y demonios internos, si sigues platicando demasiado con ellos por andenes y avenidas; te van a confundir con psicotica de múltiple personalidad.
    Encatadora y refrescante historia, muy en tu estilo tan sabrosón. Aunque por ahí se desato un tercer ente entre tus letras y fué el duende del corrector ortográfico automatizado, primo hermano del de los errores de dedo; que te cambio un hombro por hombre y un llevaría por levarías, poca cosa, pero así como zumban los oidos, también chillan los ojitos.

    Un abrazote y sigo celebrando tu reincorporación a tu blog.

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  6. jjjejejeje. Aunque creo que el duende de los errores de dedo ya se encariñó conmigo; porque de plano no me abandona.

    Ahí tan la n la ó ó ó que faltaron, quitas la s y las muchas ,,, que sobren. jejejeje

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  7. Siempre es un placer leerte pero hoy en especial fue un deleite para mis ojos y mi mente leer e imaginar cada palabra de tu texto.

    Simplemente genial.

    Bueno, con decirte que veía al diablito y al angelito peleando en tus hombros, a la parca y a la muerte coqueteando, muy sexis ellas, con el pícaro diablito.

    Y el angelito, no pude dejar de reir con lo de las canciones que anda tocando con los ángeles azules o negros.

    Felicidades.

    Un fuerte abrazo.

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  8. No inventes, Malbichito, yo no aguanté ni una página del mentado crepúsculo...tirarse toda la serie requiere capacidad zombie.

    Ehm. Bueno. Todo lo que aprendí de Twlight fue gracias a las parodias del tutubo.

    Las "consejas" del angelito están con madre.

    Yep, un texto para treparse en un fabuloso Cadillac y seguir la luna...

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  9. Hola malbicho!
    tu relato esta de lo más entretenido, todo me lo imagine tal cual, malvada! me imagino el sentonazo que se dió el angelito al caerse de tu hombro... no te chillaron las orejas de casualidad?
    tanto tiempo junto al diablito alguna plegaria te tuvo que haber rezado...

    un abrazote y que tengas un excelente fin de semana...
    =D

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  10. HOLA HOLA PRIMERA VES QUE ESCRIBO EN TU BLOG Y NETA POR LOS DEMAS COMENTARIOS ME DOY CUENTA QUE AL LEEER TU BLOG QUEDAN ADMIRADOS PERO NETA YO NO LO LEI POR QUE VI MUCHASLETRAS JEJE SALUDOS PROMETO LEER TU BLOG LA SIGUIENTE VEZ

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  11. Un ángel caído en desgracia y en el metro ¿se cayó por agacharse?. Ese diablo siempre que aconseja se le sigue bien. Hoy la muerte tuvo menos suerte, Maclovio la quería por democrática a la condenada. Reventones y decires, bonito paraíso de los guardianes del Señor.

    Se te extraña, se te extraña.

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