Manual para Porristas: La Fuerza del "Sí Se Puede" ("Yes, We Can")

San Agustín cuenta la historia de un pirata capturado por Alejandro Magno, quien le preguntó: "¿Cómo osas molestar al mar?". -¿Cómo osas tú molestar al mundo entero? -replicó el pirata-. Yo tengo un pequeño barco, por eso me llaman ladrón. Tú tienes toda una flota, por eso te llaman emperador.

Así comienza el libro de Piratas y Emperadores, de Noam Chomsky, en el que analiza el terrorismo internacional en el mundo de hoy, analizando las reacciones que la política exterior de Estados Unidos de América ha provocado; y en el que sostiene que ese país califica de terrorismo únicamente a las acciones de los países o grupos que no son sus aliados, a pesar de que emprende acciones similares -o incluso más destructivas- justificandolas como parte de una lucha en favor de la democracia.

Randy Bish, Pittsburgh Tribune

En su discurso al recibir el Nobel de la Paz, Barack Obama afirma que "los instrumentos de guerra tienen un papel para mantener la paz", justificando la acción del envío de 30 000 soldados más a Afganistán. La "guerra justa" fue defendida en un emotivo discurso que arrancó los aplausos de los asistentes a la ceremonia de la entrega de los premios Nobel (creados por el inventor de la dinamita, que además de su uso en la minería, ha tenido siempre una participación notable en la guerra).

Precisamente su discurso es una de sus mejores armas para ganar adeptos, votos y aplausos. Desde su campaña electoral llamó la atención su discurso tan elegante como imaginativo, pleno en metáforas y figuras literarias; tanto que la misma Hillary Clinton trató de restarle puntos diciendo que se hace campaña con poesía pero se gobierna en prosa (parafraseando a Mario Cuomo, ex-gobernador de Nueva York). Y es que desde el "No preguntes lo que tu país puede hacer por ti..." de John F. Kennedy, el "Tengo un sueño" de Luther King o el "Sólo hay que tenerle miedo al miedo mismo" de Roosevelt, los discursos tan incendiarios como poéticos consiguen exhaltar los ánimos de sus receptores, logrando su beneplácito y aceptación.

Jon Favreau y Barack Obama

Pese a que gustaba de escribir sus discursos él mismo, la candidatura presidencial de Obama lo obligó a pedir ayuda en ese aspecto, y al elegir a su equipo recordó a un jovencito becado para trabajar con el senador John Kerry, el cual un día se acercó para pedirle que cambiara una línea de su discurso porque se parecía demasiado a la que pronunciaría su jefe, la línea decía que el país no debía dividirse entre estados rojos o azules, y que él veía una América rojo, blanco y azul; Obama aceptó a regañadientes cambiar la línea. Dos años después, ese chico impertinente ya estaba tomando nota de sus palabras para darles forma y lanzar el mensaje de la esperanza de un cambio positivo. Jon Favreau tiene 27 años, dice inspirarse en los Kennedy y en Luther King, justamente los líderes que parece emular Obama. Y no en Ghandi, al parecer.

Cualquier coincidencia del mensaje de Obama y del Teletón, no es mera coincidencia, realmente. El mexicanísimo "¡Sí se puede!" tuvo origen en el grito del movimiento de inmigrantes que trabajaban en granjas estadounidenses, durante 1972; aunque se comenzó a usar para animar y dar aliciente durante el inspirador desempeño del equipo juvenil de beisbol de Monterrey en 1996, cuando se coronaron campeones mundiales.