Vanalidades (Suplemento Dominical, Edición Mundialista)

Moda Poligámica

¿Sufres por que no logras distinguir a tus mujeres? Invertir 1.6 millones de euros puede resolver tus problemas que provoca tu adicción a coleccionar esposas (especialmente cuando sigues preñando a las hijas de tus amigos pese a ser casi un septuagenario). Jacob Zuma, que en los ratos libres de su principal ocupación de esposo, lidera el gobierno del país del que hoy sabemos más gracias a las cápsulas de Televisa y TV Azteca, da un claro ejemplo de que no porque su país tenga el mayor número de seropositivos del mundo, o porque haya serios problemas de criminalidad en el país, las esposas del presidente deben lucir sin glamour y sin distinción. Para ello la inversión en diseñar un outfit acorde a la personalidad de cada una, y así el presidente -que, consciente de la situación del país, ha reducido su clan de ocho mujeres a sólo cinco... aunque tres son las catedrales oficiales, las demás sólo son capillitas-, puede dejar de confundir los nombres de sus mujeres y guiarse por el color preferido de cada una de ellas (buen tip, ¿no creen?... por lo mientras, yo ya ordené el discreto modelito de la derecha en esa misma talla). Por cierto, el presidente sudafricano no sólo colecciona consortes, también lo hace con denuncias de violaciones y corrupción (783); y una de sus perlas filosóficas fue cuando dijo que, tras el coito con una "amiga", había evitado contagiarse del SIDA tomando una ducha. Actualmente, la epidemia del SIDA se propaga en Sudáfrica especialmente por la ignorancia y la verguuenza (perdón, no tengo diéresis hoy) que hace negar se sufra la enfermedad. El anterior gobierno fue acusado también de contribuir a que se agravara la situación al negar la magnitud y la seriedad de esta epidemia.

Los más "yosíledables".

Cristiano Ronaldo, anterior rey de la lista de los fubolistas más guapos, ha cedido su cetro a Van der Vaart -según Vanity Fair-... aunque si le preguntaran a marichuy seguro les daba otro nombre en perfecto acento francés. Para esta edición, la revista convocó a nueve futbolistas y a una fotógrafa. No cualquiera, sino la muy afamada y reconocida Annie Leibovitz. Pero la nota la dió Kaká, el volante brasileño, que por sus creencias religiosas no accedió a bajarse los pantalones. Yo todavía le sigo siendo fiel a Figo, no le´aunque se haya vuelto televiso, pero ustedes, señoritas (y señoritos, claro, no crean que los voy a reprimir), ¿por cuál dicen yo sí le doy?

Las vuvuzelas.

Una de nuestras verguuenzas (yep, ...ches diéresis) nacionales, Facundo, mediocre -y avejentado- "entretenedor" de Televisa, instalado en su gastado papel de "chavo reventado e irreverente", tocó una vuvuzela en bibliotecas sudafricanas por largo rato, como parte de la "comicidad" que neciamente se esfuerzan en hilar las televisoras mexicanas con el análisis y comentarios de los partidos del mundial. Justo un día después de que anunciaran que las prohibían en espacios cerrados, pues el sonido de estos instrumentos, que imitan el barritar de un elefante o el zumbido de una abeja, alcanza los 127 decibeles (tres menos que el despegar de un avión y similar a los de una motosierra), lo que puede ocasionar daños severos al aparato auditivo humano, e incluso hay un caso de lesión de garganta por tocarla durante un largo rato. Estas cornetas son parte de la cultura africana y por esto la FIFA no cedió ante la presión por prohibir su uso en los partidos, pues lo consideró tan emblemático como los bombos y los cánticos. Junto con los asaltos y los vacíos en los estadios a causa de la mala logística del transporte para los hinchas, es lo que más ha deslucido el innegable esfuerzo de los anfitriones. Acá en México ya existe nuestra alternativa inofensiva: las vuvuchelas, son menos ruidosas -hasta que llegue el erupto, por lo menos- y el daño al oído está descartado, aunque la garganta puede resentir el frío si están como deben ser: bien "muertas".

Berlusconi y el fútbol.

Aunque indirectamente, Berlusconi estuvo presente en el clásico italiano Internazzionale-Milán A.C. Aunque nadie lo tiene que invitar, pues es el presidente honorifico del Milán, en esta ocasión Il Cavalieri fue traído a escena, bueno, más bien a la cancha, por el futbolista Materazzi, aquél que en la final del mundial anterior recibiera un cabezaso del muy querido Zizou, después de que dijera algo muy desagradable sobre su hermana. Zidane fue expulsado antes de que concluyera el partido en el que su selección perdió el encuentro y la copa. Según Materazzi, sigue esperando la disculpa del francés. Que espere sentado, es más fácil que sea él quien tenga que disculparse con el primer ministro italiano al usar una máscara con su cara, al celebrar el triunfo sobre su equipo, a manera de burla.

Famosos mundialeros.

La lista sigue creciendo. No sólo las estrellas del fútbol (tanto vigentes como caducas en su nueva modalidad de comentaristas televisivos) ni las de la música durante el concierto de inauguración y la ceremonia de apertura (por cierto, yo eché de menos la presencia de Youssou N´dour, la mayor superstar de la música africana), también celebridades como John Travolta y Naomi Campbell, políticos como nuestro amado Jelipillo Calderón y Bill Clinton, y miembros de la realeza como los príncipes de Inglaterra, William y Harry, y los de España, Don Felipe y Doña Letizia han asistido para brindar apoyo a sus selecciones. Pero sin duda, los reflectores han enfocado más una ausencia que una presencia, Mandela (Moneydela, pa´ los cuates) sigue ausente, y la pregunta es si se asomará a la clausura del torneo.