Deslegitimizado, vapuleado y amordazado, pero El Fanzine (el blog, chamacos, el blog) sigue sumando entradas, meses y lectores; y aún con la bota represora en el cuello, seguimos contando nuestra "veldá" -je-.
Ya Las Tres y un Cuarto, vestidas de adelitas, se aprestan con los globos llenos de agua y harina, para defendernos si, masiosare un extraño enemigo profanar con su planta mi fuero. Marichuy con el rostro pintado para la guerra, prepara sus más abyectos insultos, de esos inentendibles que dejan patidifuso al contrario, sin saber si contestarlo o agradecerlo. Presto para aprovechar esa confusión, JP, con sus iniciales cada vez más mayúsculas, intimidará al contrincante con miradas cargadas de coquetería y lasciva malintención, con lo que seguro saldrá huyendo. Y si esto no fuera suficiente, Cassiopeia enarbolará una copia del Pequeño Larousse Ilustrado, del cual extraerá los más siniestros sinónimos, y si el ataque lo amerita, hasta reglas gramaticales con que abatir el embate contrario y poder celebrar nuestro aniversario y medio.
Pero antes que otra cosa pase, permítanme un breve pero necesario aviso parroquial:
Señor, señora, señorita...chiquillo y chiquilla... si usted llegó a este sitio buscando el periódico cultural El Fanzine, el más único y más primero dedicado a la música, moda, fotografía y arte, hagáme usted el favor de devolverse por donde vino porque llegó al sitio equivocado: este es un blog. Un blog que tuvo la mala fortuna de llamarse igual, y el pésimo mal gusto de no registrar el nombre antes de que otro más vivo lo hiciera. Si esto no fuera suficiente para clarificar que este no es un periódico dedicado a la cultura y al arte, asegúrese de verificar la ortografía, si no encuentra usted más de dos faltas graves en un párrafo, es que no fue escrito por el Director de Arte de aquella publicación.
Aclarado lo anterior, pasemos a lo siguiente:
Había una vez una niña que no tenía con quien hablar, su amigo imaginario le aplicaba la ley del hielo desde dos años antes, sus padres no le prestaban atención y sus hermanas le arrebatan el collar de perlas y las telas de su vestido de fiesta antes de interrumpirla cada que comenzaba a contar su día, el espejo mágico la juzgaba persona non grata y las hadas madrinas le habían cancelado el crédito de su teléfono celular... lo único que tenía a la mano era la conexión a una red inalámbrica, por lo que decidió abrir un blog. Y así nació El Fanzine (el blog, aclaremos, el blog). Dieciocho meses, 609 entradas y un mail de intención coaccionante después, El Fanzine (el blog, chingao, el blog) festeja su año y medio de supervivencia. Y ni la influenza, ni Telmex, ni ningún director de arte han podido acallarlo.
Hace un año celebramos con un concurso de microcuentos, hoy la convocatoria es para renombrar al blog, las propuestas más populares son las siguientes:
El Fanzine espurio
Das Fanzine
y la más votada es que se quede con el que tiene ya, aunque acabemos tras las rejas -je, je-, oséase:
El Fanzine.
No sean tímidos y voten.