Dalí Atómico

"Todo pintor pinta la cosmogonía de sí mismo: Rafael pinta la cosmogonía del Renacimiento y Dalí pinta la era atómica y la era freudiana". Salvador Dalí, 1950.

Continuando con el tema de la bomba atómica, y ejemplificando el efecto que tuvo aún en los aspectos y personalidades más disímbolos, está la etapa mística y nuclear de Dalí, que aterrorizado por el impacto de las bombas atómicas en 1945, lanza su Manifiesto místico y realiza obras como Idilio atómico y uránico melancólico. Dalí siempre tuvo un interés profundo con la ciencia, no sólo con la joven ciencia del psicoanálisis desde sus juveniles años de estudiante, sino también con la novedosa teoría de la Relatividad, posteriormente se mantendría al tanto de las teorías de la Física-cuántica, la Cuarta dimensión y la investigación sobre el ADN, manteniendo amistad y colaboración con científicos reconocidos. Uno de ellos, Mathyla Guika, matemático rumano que colaboró con él para la creación del cuadro "Leda atómica".

Boceto de Leda atómica

A la par, también colaboraba con otros artistas visuales, como Philippe Halsman, reconocido fotógrafo que trabajaba para la revista Life y que innovaba al retratar la suspensión del movimiento, captando a figuras públicas mientras saltaban e inmortalizaba ese momento en que, concentrados en esa acción, esas personalidades se quitaban sus caretas. Uniendo sus creatividades, Dalí y Halsman realizaron varios trabajos juntos, como los que se recogen en el libro El bigote de Dalí, pero la imagen emblemática de esa combinación del genio de ambos, es precisamente la fotografía que recoge un momento de suspensión en el aire, como en estado atómico.

Dalí atómico

La historia de esta fotografía está repleta de anécdotas, desde el uso de agua en lugar de leche para no parecer indolentes en esa época de escasez de alimentos, al igual que el respeto por las leyes norteamericanas contra el maltrato animal; y por supuesto, la réplica de la pintura "Leda atómica", que se aprecia a la izquierda y que tuvo mucho que ver con el título que se le dió a la fotografía. Halsman cuenta como sus cinco asistentes y su esposa contribuyeron al efecto: su esposa sostuvo la silla fuera de cámara, los gatos y el agua fueron arrojados a la cuenta de tres y Dalí saltó al contar cuatro. Y después de 28 intentos y seis horas, el mismo Halsman cuenta: "Mis ayudantes y yo estábamos agotados, mojados y sucios, Solamente los gatos parecían como nuevos".

Plus: Un par de excelentes artículos sobre la relación de Dalí con la ciencia:

Dalí, el Universo en su reverso (blog Ciencia y Arte, La Fórmula del Lápiz)

La obsesión de Dalí por la ciencia