Pues tenía que pasar que este blog se volviera -aunque sea por un ratito- estrictamente personal. Y resulta que hoy no tengo con quien hablar... peor aún: no tengo cómo hablar. Desperté sin voz. No sé cómo pasó, sí me había dado cuenta de que en la mañana de ayer mi voz era un poco más grave que otros días, pero en la tarde me empezó a molestar la garganta y a cerrárseme gradualmente, en el transcurso de una hora mi voz se había reducido lo suficiente para que no fuera muy audible y por la noche ya era una proeza hacerme escuchar toda una frase. Pero hoy amanecí sin voz. Parte de mi familia se fue a Cuernavaca, una amiga de mi hermana le prestó su casa allá, vive en un desarrollo inmobiliario medio lujosito, donde hay una alberca comunitaria para que la usen las -pocas- familias que habitan en él. Ya llevábamos un par de meses retrasando el aceptar su invitación y justo hoy que decidimos irnos, yo amanezco con un resfriado monumental, que viene incubándose desde la noche infernal en que acampamos bajo la lluvia en una casa de campaña de tela tan desgastada, que había perdido su impermeabilidad -justo encima de mi cara-. Nuestra casa de campaña es ventajosamente amplia, tiene tres habitaciones y un hall -je-, pero resulta que alguien guardó parte de los tubos aparte, así que cuando se quiso armar no fue posible; nadie ha admitido el error de no incluir todos los tubos en su mochila habitual, así que es uno de esos crímenes sin resolver, que se tuvo que solucionar con un poco de improvisación. Así, mientras unos maldormían en la camioneta, otros nos apilamos en una casa rentada no muy grande, y hubo incluso quien se quedó sólo protegiéndose con nuestra casa de campaña convertida en carpa... aparentemente él fue quien más sufrió, pero no, a la larga fui yo la única que no tenía a dónde hacerse de lado cuando la casa de campaña rentada empezó a llorar, encima de mí; a esa otra víctima, humanitariamente, se le destinaron la mayor parte de las cobijas, y como se supone que yo estaría mejor guarecida sólo me quedé con una, que compartí con otra hermana mucho más friolenta, y que, ya en la inconsciencia del sueño, me arrebató a mitad de la noche, así que sólo una chamarra gruesa fue mi cobijo... y aunque no tenía verdadero frío -y por eso no peleé mi parte de abrigo- al parecer si fui vulnerable a él. La última parte de la madrugada la pasé sentada, en una posición incómoda, al no querer acostarme en un suelo humedecido, esperando a que llegara el momento en que pudiera meterme a las fositas de aguas termales, lo cual fue a las cinco y media de la mañana, en plena oscuridad pero ya con un cielo escampado. Tal vez también me afectaron esos cambios de temperatura entre una y otra alberca, en medio de un vientecillo fresco y por ratos muy fuerte, como sea, estuve días incubando el virus que hoy me deja muda (y que hoy provoca que tome este blog por asalto para narrar mis desventuras).
Ayer disfruté el desayuno con una niña encantadora y de personalidad deliciosa, una de esas cosas felices que traspasan de la vida virtual a la vida 1.0, para tan especial ocasión sugerí unos huevos benedictinos con salmón, con la vista de la Catedral Mayor al frente, ahí fue cuando pagué caro mi adicción a la coca-cola, que al no estar lo suficientemente fría pedí se me sirviera con hielos; un segundo vaso, con su respectiva dotación de hielos parece que contribuyó a que mi garganta se pusiera en huelga hoy, como sea, agradezco que ayer me dejara platicar a gustito (esa niña bella no sólo pagó el desayuno sino hasta me regaló el libro La elegancia del erizo, cuya versión cinematográfica me he tardado en ver al no querer conocerla antes que el libro, así que la coincidencia fue otra de las cosas felices que me pasaron ayer). Llegué a mi casa a media tarde, como una noche antes llegué muy tarde y en la mañana salí muy temprano, tuve que convencer a algunos de que sí había pernoctado en la casa, cosa curiosa de aclarar cuando ya se pasan de los cuarenta años, y que da pie a enemil bromas sobre mi sempiterna soltería, así como también es motivo de burlas mi mudez, pues nadie cree que no fue producto de una borrachera. Pero efectivamente, antier pedí un mojito y fue tan mal preparado que estaba intomable de tan amargo, lo que me hizo desistir de seguir consumiendo.
Esa noche había ido a la inauguración de una exposición en homenaje a Luis Granda, cuyo manejo del color y técnica me llaman mucho la atención, esto fue en el ExPalacio del Arzobispado, donde también hay una muestra colectiva de creadores varios (entre los que se encontraban Nahum B. Zazir, Daniel Lezama, Javier Marín, Rafael Cauduro, Héctor Xavier y Rocío Maldonado por mencionar sólo a algunos) teniendo al dibujo como hilo conductor, y en esta última exhibición el mayor mérito es del curador, que logró un resultado muy interesante, y en la que me perdí tanto que cuando bajé al patio central se estaba acabando el vinito de honor, y apenas alcancé la última copa de vino blanco, a la mitad de las otras.
Sobre todos, Luis Granda
Y si siguen el blog se habrán dado cuenta de que últimamente regreso mucho a este espacio cultural y es que me parece muy interesante el trabajo que están haciendo al difundir la plástica contemporánea, especialmente de artistas nacionales. La entrada es gratuita todos los días, lo cual es una gran ventaja (hace dos semanas fui a la exposición de Tutankamón en el Palacio de la Autonomía y la entrada costó 80 pesos, éramos dos personas y el pago total ya fue un pequeño golpe al bolsillo, además sólo fue válido para esa exposición, había otra más sobre los monstruos y el miedo, pero tenía su propio costo). Otra cosa buena del ex-arzobispado es que hay actividades culturales programadas a lo largo de todo el mes, tan sólo el martes anterior fui a una puesta en escena de la obra La verdad sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón, aunque quedé un tanto a disgusto ya que no es el recinto adecuado para disfrutar teatro, no voy a criticar el desempeño actoral pues no pude apreciarlo, al no ser un escenario teatral se improvisaron sillas plegables en el patio central del edificio, con lo que sólo las primeras filas tenían una visión integral de los cuerpos de los actores, y estos se auxiliaron de marionetas, las cuales quedaron invisibles para los que ocupaban las filas posteriores (en las que yo me encontraba), la acústica no ayudaba y las voces se perdían; al no poder disfrutar la obra decidí salirme pero entonces una empleadita (y perdón el diminutivo, pero de verdad era una persona muy ínfima) me impidió salir, quesque por respeto a la obra, resulta que cuando entré la ignoré en su labor de proporcionar el programa, no lo hice a propósito, realmente no la vi (entré con afán para alcanzar lugar, pues el acceso es limitado), ella explicó -con un resentimiento evidente- que en la entrada se explicaba que no se permitiría la salida hasta que acabara la obra, pero como yo no la dejé ni darme el programa no me lo pudo decir. Nuevamente la ignoré -pero ahora sí con toda intencionalidad- sin dejarla terminar su perorata inútil, pues me di perfecta cuenta de que no había una razón válida para negarme la salida, más que su necesidad de reafirmar su autoridad sobre mí, y la interrumpí para decirle "Ok, espero" y me di la vuelta, escuchando como se quejaba con la policía, todavía sin superar su pueril encono. Pude ver antes y después como había personas que se levantaban y salían, sin que se les impidiera, pero en lugar de discutir preferí situarme donde pudiera apreciar algo del trabajo actoral, pero al no tener ya seguimiento de la obra no logré interesarme, aunque creo que el recurso de las marionetas sería interesante, si tan sólo las condiciones del escenario hubieran permitido que se apreciaran, como no fue así resultaba incluso tedioso cuando las utilizaban. Al término de la obra me dirigí con las primeras personas que también iban a la salida, y me divirtió ver como la policía todavía hizo un injustificado e inútil intento de negármela -seguramente siguiendo las indignadas órdenes de la mujercilla acomplejada y resentida-, y su superior le aclaró, con fastidio ante su inoperancia, que no había motivos para no abrir la puerta de una vez.
Todavía sorprendida ante la estulticia de la gente que no se resigna a su opacidad, y lo fácil que es vulnerar el ego inmenso de personas mínimas, caminé hacia la plaza del Zócalo y abordé un transporte, ahí iba recordando un altercado entre dos ancianas por uno de los lugares disponibles, una de ellas había apartado un lugar y la otra insistía en sentarse en él, habiendo más lugares libres, reclamando la falta de solidaridad de la otra anciana, la cual le respondió que ella no abusaba de su condición de mujer ni de su edad para mover la lástima y aprovecharse, incongruentemente la que exigía que no se apartaran lugares, posteriormente ocupó dos, garantizando su comodidad y mejor visión, y ante la petición de que desocupara uno se resistió con argumentos absurdos (encima exigió que se sentara en él una persona chaparra, para que no le obstruyera la vista); iba instalada en ese recuerdo cuando una mujer solicitó la generosidad del chofer para que la dejara abordar gratis, ante la negativa de éste su insistencia se volvió exigente y grosera, y luego se volvió hacia los pasajeros preguntando si alguno le podía regalar cuatro pesos pues el "pinche ojete" del chofer se iba a quedar pobre sin su pasaje, un hombre cedió y proporcionó las cuatro monedas, las cuales fueron lanzadas al suelo, con ademán beligerante y provocador, la tensión en el ambiente era similar a cuando las ancianas intercambiaban descalificaciones, y a la que había cuando la mujercilla de la entrada temblaba de indignación por mi intención de "irrespetar" la obra, saliéndome (se le estremecía toda la cara a la pobrecita, mientras le preguntaba a la policía "¿verdad?", después de que me dijo que no la dejé ni entregarme el programa). ¿Qué le pasa a la gente?, pensé, aunque no sin reconocer que yo también tengo reacciones intolerantes y estúpidamente agresivas, por lo que luego cambié mi pregunta mental a ¿Qué nos está pasando?, ¿qué despierta nuestra ira primitiva?
Duré un rato en mi introspección pero la música me sacó de ella, era la estupenda salsa No le pegue a la negra, como ilustración reflexiva sobre cuándo es necesaria la ira para mover a la rebelión.
Pero eso fue el martes, el jueves después de que no alcanzamos vinito de honor, nos quisimos contentar con un mojito en uno de los barecitos de la calle de Filomeno Mata (aunque como les dije no estuvo bien preparado, así que esta afonía no se la debo a los tragos, y tristemente tampoco su remedio, pues en lugar de tomarme un caballito de tequila, como dictan las buenas costumbres y los remedios caseros, tomé un medicamente alópata). En el simpático bar, un guapo cantante venezolano complacía las peticiones de una animada mesa de jóvenes oficinistas, que celebraban el cumpleaños de una de ellas. Entre las complacencias se coló la canción que Pablo Milanés compuso en mi honor (y que la odiosa Guadalupe Pineda canta suprimiendo mi nombre). Traigo esto a colación porque ya aquí he dicho como me llamo, así que no es una revelación, pero ayer comprobé que hay amigos del blog que todavía no saben cuál es mi nick allá afuera: me dicen Yola.
Y el gusto es mío.
y si todavía no tengo voz, y como no puedo contestar ni el teléfono, y como los que me quitan la compu hoy están encuer...navaca gozando del sol...
ResponderBorrar...pues tal vez mañana venga con otro "monologue"
Pues tuviste una semana movidita, así que es justificable esa afonía. Yo, la verdad, me habría enojado muuucho más con la personita de la entrada, pero bueno, tengo q trabajar en mi tolerancia.
ResponderBorrarTe hubieses venido a Cuernavaca, aquí todo el mundo se compone... espero no descomponerme el lunes que regresé a chilangolandia.
Sabías que mi mejor amiga se llama Yolanda?? Pero muchos le llaman por su segundo nombre: Raquel.
Espero que te recuperes pronto, y si no, tú ven y escribe, al fin que pa eso es el blog, ¿qué no?
Abrazo!
Mucho gusto!!
ResponderBorrarNo tenía el placer de conocer tu nombre...pero...es raro como nunca tuve la inquietud por saberlo. Al leerte, creo que con conocerte en el plano "bloggero" nunca sentí esa necesidad y tu nombre pasó a un nivel subjetivo (espero no te ofendas) :)
Podrás perder la voz, pero la lucidez de tus ideas : Nooooo por favor!!!!
Te echaría de menos demasiado :(
Recuperate pronto!!!
Taniux
@Cuetzpallin
ResponderBorrarfíjate Cuetz que la tipa esa más que enojo me provocó lástima, quizá por eso no me molesté tanto, me sorprendió que se sintiera de esa forma porque no le recibí el programa, ignoro si la dejé con la mano extendida o qué fue exactamente lo que le hice, pero cuando me dirigía a la salida y pregunté a los policías de la entrada si podían abrirme la pesada puerta de madera del edificio colonial, la vi de reojo acercarse apresurada, haciéndole señas a los polis, supongo que vio la oportunidad de "vengarse" de mi desaire y no la desaprovechó, la sorpresa fue tanta que no reaccioné mal, además soy muy correcta con las formas teatrales -je-, y no supe si el abrir la puerta provocaría mucho ruido (después comprobé que no) y si realmente afectaría al disfrute de los demás por la obra, como a mí sí me molesta cuando suenan los celulares (o incluso cuando se rompe la oscuridad con la luz de las pantallitas) o cuando hablan o hacen ruido y no dejan disfrutar la obra, no quise ser la que provocara una distracción, ya fue después cuando comprobé que no había ningún problema en que se abandonara el recinto y no se lo impidieron a otros, además... supongo que lo que la tipa quería era que le pidiera disculpas y le suplicara que me dejara salir, como no lo hice se quedó trabada y encima reafirmó la orden, lo supongo por lo que la policía hizo al final, torpemente, pues en realidad la salida no me la negó a mí sino a los que iban delante mío, y al preguntar si ya podía dejar salir sólo se ganó un regaño por su falta de lucidez, quizá por eso no me enojé, su actitud tan infantiloide ya era en sí suficiente castigo para ellas
lindo nombre el de tu amiga ;)
@Taniux
ResponderBorrarja, ja... no, no me ofende, se me hace muy lógica esa reacción, y de hecho cuando descubrí mi identidad secreta -je- hubo quien me dijo que prefería que no lo hubiera hecho pues prefería el misterio, sin embargo lo hice contestando la petición de algunos, que por mail y por formspring me pedían que les diera un poco más de datos pues era muy impersonal el nick (además de que siempre ha sido motivo de confusión que sea masculino)
yo espero no perder la voz, hace mucha falta (aunque por aquí nadie parece extrañar todavía mi alegre y habitual canto, je), gracias por decirme lúcida, me levantas la moral
un gustote leerte y saludarte aquí también
=)
Hola Malbi! vaya que le diste duro al teclado...=)
ResponderBorrarentre y vi 0.o
pero valió la pena....me encantan los recorridos que haces y como nos transmites esos sentimientos de ira, asombro y goce
a la persona del bus yo le habría dado un zape...
aunque lo que peleara era poco (4 pesos) te imaginas? si asi le hace cada vez que se sube al transporte... upss!
un abrazo y que te recuperes pronto
@Ana
ResponderBorrarmejor que sobre y no que falte! -je- (y no te creas, me medí)
-je, je-
yo también me desesperé con su necedad, hasta por orgullo debió dejar de insistir ante tan reiterativas negativas, pero cuando ya dejó de pedir para exigir groseramente de verdad me dejó sorprendida, sí se veía que vive así, exigiendo caridad... aunque un zape no me animé a darle porque se veía que me lo regresaba al triple -je-, y pa´que me quieres aparte de muda, moreteada
=D
Hola Malbicho- San
ResponderBorrarno más paso a desearte una pronta recuperación y a recomendarte unos graneodín, unos tés de miel con limón y de manzanilla, pero cuando empieces a sacar mocos verdes, mejor ve al doc.
Hasta pronto
@Signo
ResponderBorrarentendido y anotado espadiux
nos seguimos viendo aquí y allá
=)
Malbicho, yo pensaba que no había peor cosa para una mujer que quedarse sin voz...eso de no poder hablar, hablar y hablar...es terrible, pero, por suerte para nosotros que te leemos hoy te has lucido...y te quedo muy padre tu entrada.
ResponderBorrarMe alegra saber del encuentro, del libro, de lo huevos, tengo una leve idea, ¿Es un sol, verdad? Y si, siempre regala no solo buenos libros sino una rica sonrisa que alegra a cualquier enfermo
¿Pero por qué no ir a la ciudad de la eterna balacera? Ahí te hubieran cuidado y con el clima seguro te hubieras sentido mejor, mucho mejor, espero que hoy con té y mucho limón esté mejor y puedas hablar...de cualquier manera yo seguiría tirada en mi cama, con cara de enferma, justo cuando llegue la familia que te abandono el fin de semana...para que se sientan un poco culpables por haber abandonado a la princesa de la casa (La reina es Mamá Bicho)
Pues, en cuanto leí lo de la canción de Milanes, pensé:Tantos años pensando a quién le dedico esta canción tan choteada por Guadalupe Pineda, pero es una de las primeras que escuche con él...y claro no podría ser más que a ti....
Eres una paseadora profesional...gracias por compartir tus días, y permitirnos leer "Tu querido diario"
Qué te mejores
Es la primera vez que escribo directo en tu blog, ya sabes... el sistema me pone trabas... tengo toda la intencion de llamarte, pero como no me has contestado te pregunto: como sigues? Y la verdad es que todo el dia he estado esperando una carta tuya, asi que eso de que no tienes con quien hablar... humffff. je. (Max Pineda)
ResponderBorrar*********
Wow, mi Malbi... una semana harto cultural e interesante. Y qué ordenadamente has transcrito todos esos acontecimientos. Creo que yo no podría.
ResponderBorrarMe da gusto leerte menos tristona.
Un abrazo
La tensión va en aumento en nuestra sociedad, eso es un hecho, esa misma agresividad que percibiste con las personas de a pie, igual se percibe en las calles con los conductores, esperemos que sea para bien y se canalize adecuadamente toda es inconfromidad interna de la gente.
ResponderBorrarQue mal lo de tu voz, eso es una perdida nacional, de las ulitmas voces que saben entonar como debe de ser "cielo rojo", no deben desparecer.
Oyes como que no entendi tu pseudoreproche, o es un albur, como esta eso de "que por el otro lado ya no tienes el placer", me ruborizas y sonrojas, que pensara la gente.
Jeje, si de que lado estas hablando, el placer ahí sigue intacto, sólo es cuestión de que me escribas, si no contesto a la primera, pues copy pastea y mandame un segundo correo.
Sabes que en este trabajo, tenemos más filtros y restricciones al internet (como quieren que trabaje uno a gusto).
Hola Malbi.
ResponderBorrarEstá padrísimo tu diario. Lamento leer que estás sin voz y con una gripe marca diablo. Espero que para cuando leas esto, ya estés mejor y no se diga más, yo invito la primera ronda de tequilas: no hay mejor remedio.
Oye y qué noche tan más espantosa la de la casa de campaña, sólo de leerte ya me duele el cuerpo.
Yo creo que la "niña encantadora" leyó con emoción y sonrojada sobre tu encuentro en la vida 1.0 y seguro estará feliz de que su regalo haya sido tan bien recibido. Supongo que ya escribirá ella sobre su versión de los hechos.
Lo de las viejitas, la señora exigiendo el pasaje y la chica de la puerta... dalayyyyyyyy! ja,ja,ja.
Un abrazo fuerte, recupérate pronto.
Ha sido un placer Yola.
@Menospausas
ResponderBorrarpues hasta eso no es lo peor, creo que sufro más cuando no tengo internet -je-, por lo menos acá se suple la comunicación con otros recursos, aunque también se me facilitó que no salí de mi casa, de tener que salir a trabajar o algo así, pues sí me viera visto más limitada
el clima de cuernavaca me habría sentado fatal, de por sí el calor de aquí se me hacía insoportable
y sí, la niña-sol es un encanto
=)
@Max
tú sabes de qué va esa queja -je-, pero de todas formas, gracias por insistir y esperar
@marichuy
sip, estoy menos triste, aunque lo melancólica una lo trae casi como apellido, no?, siempre encuentra uno por qué andar tristeando
ya empiezo a aprovechar mejor lo que esta ciudad ofrece, hace unos quince años también lo hacía, pero luego me agarró una especie de agorafobia y misantropía -je-, que me hizo sólo sentarme frente a la tele y de espaldas al mundo
saludos y gracias, tus palabras siempre son sanadoras
@Jaspo
cuál albur, no te me emociones -je-, yo no tengo la mente cochinota como tú comprenderás, lo que pasa es que he estado esperando una respuesta desde hace semanas y eso me hizo sentirme abandonadita, pero ahorita doy "reenviar" a todos los reproches que te he hecho vía mail -je-
y sobre lo del cielo rojo, je, je... no te he contado de la primera vez que me paré en un karaoke, que pago por esa rola y que me planto frente al micrófono en medio de aplausos expectantes... y ay nanita!!, parecía que estaban destripando a un gato, como que el micrófono impone o como que la pista estaba en un tono que no es el mío, ve tu a saber, pero yo misma no entendía porque se oía tan feo lo que salía de mí... ya tengo más experiencia en el karaoke y ya hasta empiezo a microfonear, pero para no errarle sólo me atrevo con las de paulina rubio y pablito ruiz antes de cantar palabras mayores -je, je-
@TeGe
yo de revivir esos recuerdos en la casa de campaña como que hasta adopto una posición a la quasimodo -creo que quedé así desde entonces-
la niña encantadora debe sentirse orgullosa de ser como es, porque de verdad que se tragó un ángel con todo y plumas, y su regalo está siendo devorado con total gula, y no hay página que no se le recuerde con total agradecimiento
un abrazote fuerte doña tege, y el placer fue mío
;)
de vuelta por estos lares y................ me dejas mudo!!!!!!!!!! mira las cosas que escribes cuando te falta la voz!!!!!!!!!
ResponderBorrarrecuperate