Mes del Niño

En México, el último día del mes de abril se celebra el Día del Niño. Las escuelas suspenden las clases y regalan con un convivio a los alumnos (las más generosas hacen el convivio un día antes y el 30 de abril les dan el día libre), comida al gusto de la mayoría (sandwiches, pizza, nuggets de pollo frito, hamburguesas, hot-dogs, tortas, tacos, helado, gelatina, refresco o aguas de sabores suelen conformar el menú), juegos, música, regalos y dulces convierten al día en uno de los más esperados para los estudiantes más jóvenes. Algunas familias continúan la celebración en casa, preparando algo para ellos. Ferias, funciones de teatro, de cine, de circo o de danza, cuentacuentos, festivales y espectáculos diversos se ponen a la disposición del público infantil. El gobierno y las instituciones obsequian juguetes y organizan eventos para festejar a los niños, especialmente a los de clases más populares. Siguiendo el clásico pensamiento de "el día de... no debería ser sólo un día", el del niño se dice también que debería ser todo el año, o por lo menos todo el mes (y la mercadotecnia es la que más lo pone en práctica, por cierto). Bajo esta -a veces cursi y no pocas  veces hipócrita- premisa, todo el mes de abril es Día del Niño. 

Y está bien.

Yo estoy de acuerdo con eso pues fui niña mucho tiempo... y creo que no dejé de serlo todavía (y por supuesto es algo que celebro). A medida que iba creciendo veía a otros más niños que yo ir creciendo después de mí. A través de los años -al compartir la responsabilidad de criarlos- hermanos y sobrinos me recuerdan todo el tiempo la magia que tiene la niñez para percibir el mundo. La felicidad de las cosas pequeñas. La sorpresa del día a día.

Y también de la vulnerabilidad que se tiene a esos años. 

Una increiblemente lista sobrina de cuatro años y un desarmadoramente tierno sobrino de tres, son los que ahora me recuerdan día a día de lo vulnerables que pueden ser. Una mala palabra o un golpe (así sea nimio y, por supuesto, accidental) pueden doler tanto. Un resbalón, un mal paso, un mal cálculo, un mal gesto -las más de las veces involuntario- y el llanto (y el dolor) aflora inmediata y desconsoladamente. Necesitan tanto cuidado, tanta consideración, tanto cariño, tanta atención, tanta paciencia que puede llegar a ser abrumador... y nunca puedo evitar pensar en los niños que no tienen tanta suerte de tener cerca a personas que se esfuerzan en proporcionarles lo mejor a cada momento. 

En El (micro)Fanzine (espacio en Tumblr, red social que facilita compartir contenido multimedia) este mes se lo dedicamos a los niños. Especialmente a los que se les orilla a una situación más adversa. Bajo las etiquetas #Mes del Niño y #Niños y Guerra (etiquetas independientes a Twitter, pese a iniciar con el mismo signo) compartiremos imágenes y contenido sobre las distintas realidades que los niños han tenido o tienen que afrontar. Las siguientes son algunas de las primeras que hemos puesto ya:

Los invito a que vean lo que iremos agregando durante todo este mes.

También acá en el blog habrá entradas referentes a la infancia (no necesariamente tan dolorosas), porque también en El Fanzín todo abril es el Mes del Niño.