She calls out to the man on the street: "Sir, you can help me?
It´s cold and I´ve nowhere to sleep..."
(Ella le dijo al hombre en la calle: "Señor, ¿puede ayudarme? Hace frío y no tengo donde dormir...")
...You can tell from the lines on her face, you can see that she´s been there, probably moved on from everyplace ´cause she didn´t fit in there
(...Lo puedes decir por las líneas en su cara, puedes ver que estuvo ahí, probablemente ha sido echada de todos lados porque no encajaba ahí)
Another day in paradise, Phil Collins
La mirada brillante, límpida y transparente me traspasa. Me siento cohibida. El hombre que tengo enfrente mirándome me estremece. Me intimida. Y a la vez, me subyuga. Me intriga, y por eso lo examino yo también, con imprudencia. Él no parpadea, continúa mirando de frente. Yo recorro su rostro, me pierdo en el laberinto alrededor de sus ojos, en los surcos que han arado su frente sembrando experiencias, lecciones de vida. Me detengo en sus labios, cerrados como si los ocultara de mí, como si los mordiera. Me pregunto si lo que oculta es una sonrisa o unas palabras. Su mirada sigue fija en la mía. Vuelvo a ella vez tras vez, esa sí es expresiva. No ha pasado ni un minuto y ya siento que nos conocemos.
Pero él a mí no me ve, aunque yo lo haya sentido así todo este tiempo. Él sólo miró a la cámara.
Paso al siguiente rostro y siento casi lo mismo. Me maravilla la técnica usada para estas fotografías, las vuelve tan humanas, tan plenas de emociones. Uno tras otro los rostros de ancianos con piel castigada por el tiempo, el sol y la pobreza, recuperan la dignidad arrastrada por las calles, porque los retratos de Lee Jeffries se centran, principalmente, en las personas sin hogar, en las historias de la gente que vive, lucha y sueña bajo el cielo desnudo. Y los eterniza en una imagen con gran fuerza e impacto.
Jeffries busca, con esto, compartir y contagiar el cambio que él mismo experimentó cuando, siendo corredor del maratón de Londres en 2008, salió una tarde antes de la competencia para tomar fotografías de la ciudad, y se detuvo ante una joven para tomarle una foto cuando dormía en el suelo. En lugar de alejarse, se quedó cuando la joven notó que la fotografiaba, y platicó con ella, enterándose de su adicción a las drogas y su situación de calle. Tras esto su visión artística y su percepción de la vida misma cambiaron, obligándolo a cambiar, también, su actividad de fotógrafo deportivo para recorrer las calles urbanas, conocer las historias de las personas sin hogar que encuentra a su paso, y capturar su imagen tratando de reflejar lo que le han confiado. El resultado es una colección de rostros de impresionante y particular belleza, con miradas risueñas, profundas o dulces, que nos invitan a no sólo mirar aquellos rostros de niños y ancianos que evitamos con indolencia cuando andamos por la calle... sino también voltear la cara hacia la persona.
Lee Jeffries paga con algo de dinero a sus modelos, platica con ellos antes de fotografiarlos y se entera de sus historias de vida, dedica sus vacaciones (trabaja como contador público) a buscar más personas sin hogar en las calles de Europa y Estados Unidos, ha editado un libro con sus fotografías y las ganancias las dona a organizaciones que auxilian a las personas en situación de calle.
una entrada que se podría relacionar a esta, no sólo porque habla de fotografías con técnicas interesantes, sino también de miradas alternas, de personalidades afines, de empatía, de solidaridad, de historias y vidas detrás de los rostros sin hogar:
ResponderBorrarhttp://elfanzinedemalbicho.blogspot.mx/2010/01/miroslav-tichy-la-mirada-de-un-tarzan.html
Cuando crees conocer a alguien solo por internet y piensas que son alma gemelas por el simple hecho de sentir empatía, convivir o tener gustos o ideas afines, te sugiero mesura, ya que ni siquiera has tocado la superficie. Bienvenida a otro día en el Paraíso, o será Welcome to the Jungle.
ResponderBorrares muy cierto lo que dices, creemos conocer a alguien y sólo conocemos un lado del poliedro que es, eso pasa incluso acá afuera, en la vida 1.0, mucho más en la virtualidad, cuando hasta las cualidades pueden ser virtuales
ResponderBorrargracias por el consejo Neo, welcome to my jungle