"La idea del homicidio inspira menos espanto cuando la misma ley da ejemplo y hace un espectáculo de él; el horror del crimen disminuye al no castigarlo la ley sino con otro crimen."
El Gobierno Revolucionario debe a los buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los enemigos del pueblo no les debe sino la muerte»
Maximilien Robespierre.
El Gobierno Revolucionario debe a los buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los enemigos del pueblo no les debe sino la muerte»
Maximilien Robespierre.
No tenía ni un mes de haber abierto este changarro, cuando se hizo un Dossier inspirado por un comentario de Paul RC (a ratos conocido como elProf y otras como Tano Fibo), sobre el tema de la Pena de Muerte. Todo a raíz de mi pronunciamiento contra dicha penalización en un post, cuando yo todavía era dueña y señora de este blog, pero a raíz de que lo compartí temporalmente con mi amigo Ulisses P. Bolón (una de las mentes más funcionales de la blogósfera mexicana, por cierto), él expuso sus razones para pronunciarse a favor, reforzándola con la opinión de la periodista Flor Berenguer, que se ha difundido en otros espacios e incluso por vía mail. Además de testimonios, estadísticas, métodos y otros datos, se incluyeron en entradas paralelas los argumentos en contra y a favor de la pena capital, siendo ésta última entrada la que más visitas recibe en El Fanzine... y la que hoy nos ocupa.
Los primeros comentarios fueron de una chica española, estudiante de Derecho, que, entre otras cosas, nos acusó de falta de objetividad al exponer los argumentos "desde una posición de ventaja y participación en el juego con trampa" y ..."manipulado para poner el énfasis en sus contras y minimizar sus pros". Afirmación que tajantemente objeto, pues puse especial esfuerzo en exponer todos los argumentos a favor y en contra que encontré, de manera imparcial, citando fuentes y enlazando a sus sitios de origen, sin manipular cifras ni citas textuales, pues mi intención con los dossieres es abrir el debate de los temas a tratar, y reservarme mi opinión para ponerla en los comentarios (como hice en el post de Ulisses). Así se lo hice saber a esa chica que lamentablemente ya no regresó después de acusar que siempre se hicieran páginas webs sin exposición de los argumentos abolicionistas desde el punto de vista de los capitalistas y no al contrario; lamento que encuentro absurdo pues si algo ofrece la Internet es la posibilidad de exponer la información que uno desee y con el tratamiento que uno elija, es decir, los abolicionistas no somos dueños de las herramientas para subir un contenido a la red, cualquier capitalista puede exponer sus puntos de vista y razones -de hecho así es, al grado que hay más páginas con contenido a favor que en contra-.
Afortunadamente, el debate no quedó en acusaciones y la chica expuso buenos argumentos, y aún cuando la presencia de anónimos grafiteros casi logran convertir la sección de comentarios en la pared de un baño público, ha continuado gracias a Hugo Quintana, bloguero de El Clarín, quien con los nicks de Atila y Anibal, ha expuesto sus razones para apoyar la pena de muerte. También alguien que no quiso identificarse dejó una pregunta interesante, la reproduzco textualmente a continuación:
Anónimo dijo...
ante todo desoa exteriorizar mi agrado con la pagina posee un debte muy interesnate solo quisera lanzar una interrogante espernado que alguin pudises esclarecerme mi dilema: es posible plantear que la pena de muerte es por si misma legal por el solo echo de pertenecer al derecho O debemos de entender que para que esta sea considerada como algo legitimo de los cuerpos juridicos las dispocciones penales deben de obedecer a algo superior (religion-moral)agradeceindo de antemano su atencion y su colaboracion
saludos....
Espero que algún lector versado en Ética o Derecho, o con una opinión propositiva sobre el tema pueda darle una respuesta útil, y me encantaría que visitaran la entrada para leer los argumentos de Hugo Quintana, pues refleja una preocupación común y una posición que se repite en la sociedad, como respuesta a la descomposición y al comportamiento delictivo que la afecta en todos los niveles. Me parece necesario que el tema sea parte del debate público, que se contemplen todas las aristas y que se puedan conocer los argumentos de la posición contraria a la propia antes de descalificarlos o cerrarse al diálogo. El tema es la vida humana y la seguridad de la sociedad, no es tema menor y no es válido un tratamiento superficial. En El Fanzine estamos por una cultura del disenso, es decir: disentir sin descalificar, con un diálogo incluyente y la apertura a la ideología contraria; por eso la invitación a que se sumen al debate con su opinión, que nunca estará de más ni será minimizada.
Y agradecemos que esa invitación la podamos dar justo en este día que se conmemora el nacimiento de Maximilien de Robespierre , El Incorruptible, de quien se liga su nombre inmediatamente a la ejecución por la guillotina y a la sanguinaria época del Terror durante la Revolución Francesa. Sin embargo, como bien señala Ulisses en su post, Robespierre fue un ferviente detractor de la pena de muerte y su discurso frente a la Asamblea Nacional en 1791 es una de las más brillantes exposiciones de por qué la pena de muerte es injusta e inútil. Injusta por la imperfección de la justicia humana, e inútil porque, a consideración suya, la pena máxima no puede ser la muerte sino el oprobio público.
Sin embargo, la aplicación de la justicia republicana durante el período del Terror para neutralizar a los enemigos de la República, lo harían justificar la pena capital (sólo en caso de invasión o de rebelión armada, aunque en la práctica eso provocaría ejecuciones en masa de todo aquel que se consideraba sospechoso de ser contrarrevolucionario). Y aunque sí logró la supresión de la pena de muerte para ladrones, asesinos y otros delitos comunes, e incluso se opuso a la condena a muerte de algunos adversarios políticos, el mismo Robespierre fue condenado a muerte y guillotinado junto a veintiuno de sus colaboradores y sepultado en una fosa común.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarBichi
ResponderBorrarUn tema apasionante sin duda. Yo, creo que ya te lo había dicho, estoy en contra de la pena de muerte.
Con Robespierre pasa como con Maquiavelo: la opinión pública, y la propia historia, se ha encargado de soslayar las cosas buenas que hicieron en pos de destacar sus aspectos más oscuros. Pero ambos dos, diría Fox, fueron hombres inteligentísimos, nada que ver con los polítiquillos y congresistas chafas de hoy día. Amén de que su forma de pensar y actuar, respondía a momentos históricos extremos.
"(...) de por qué la pena de muerte es injusta e inútil. Injusta por la imperfección de la justicia humana, e inútil porque, a consideración suya, la pena máxima no puede ser la muerte sino el oprobio público"
El de Maximilien Robespierre, me parece un argumento incontestable. Yo que no soy brillante y ni siquiera "una de las mentes más funcionales de la blogósfera", siempre lo he dicho: para un criminal… la muerte es un alivio no el castigo que merecería.
Saludis
-- no se que decir, estamos en un momento historico en que la muerte parece arreglarlo todo y las bases economico-sociales de nuestro pais (mexico) siguen intactas, es ahi donde se deberia incidir, guillotinar el sistema politico-economico corrompido de nuestro pais! Saludos Malbi!
ResponderBorrar@marichuy y jota pe
ResponderBorrargracias por comentar esta entrada, al parecer no despierta el interés de los lectores habituales, y es una pena, hice esta entrada con gran trabajo pues mi maquina no sirve, pero pensé que no podía dejar pasar este debate en fecha tan oportuna, y que se enriquecería con la participación de los demás
pienso que la pena de muerte sólo acaba con el criminal y no con el crimen, y es una forma en que la sociedad dimite en su responsabilidad, no se agotan las posibilidades para que un individuo logre reinsertarse, nos enfocamos sólo en un sistema de castigos y no de solucionar causales de la delincuencia, sí hay casos de rehabilitación exitosa y no es que sean excepciones, sino más bien, las excepcionales son las condiciones en que se permite a un delincuente acceder a otras oportunidades y opciones... cada vez los delincuentes son más jóvenes y más violentos, esto no nos dice nada?, hay una falla que se agudiza, al final, con la pena de muerte sólo se faculta al estado para matar a los que no pudo lograr que fueran funcionales en la sociedad, la misma que los excluyó desde un inicio
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=)
ResponderBorrarCoincido con tu opinión, la pena de muerte acaba con el criminal, más el crimen continúa, e incluso ayuda a buscr formas alternas de crimen para evitar ser capturado. También coincido con Robespierre, la muertes es un alivio, el verdadero crimen está en el oprobió.
ResponderBorrarLa verdad yo soy algo sanguinolenta.. a veces me da el usar el "ojo por ojo".. estoy como que a favor del código de Hamurabi en extenso, pero eso es por mis insintos psicóticos.. ya en frio creo que la violencia genera violencia, y la sociedad en la que vivimos tiene un grupo de leyes muy endebles y violentadas como para creer que se le va a aplicar el castigo correcto a la persona correcta.
Este es un tema sumamente interesante, felicidades y saludos!
es como tirar la basura, con el tiempo las consecuencias regresan como cachetada guajolotera
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