sábado, 31 de enero de 2009
Échale un ojo: 20, 21, 22
Al beatle que todos traemos dentro: ¿cuál eres tú? (yo imagino que vuelvo a empezar).
A los paseos virtuales del Museo Británico, que celebró sus primeros 250 años este agonizante mes de enero (otra vez tarde, pero a tiempo -je-). Ahora que si andan por allá, échenle un ojo más de cerca.
Dios Hace la Parada
Quizá también se enteraron de los que empezaron a circular en España:
Pero seguro sí son primicia los que te llevan por el buen camino de el Señor:
Por cierto:
Recuerdan a Joan Osborne y su canción: What about is God was one of us?
Just a stranger on the bus (Sólo un extraño en el autobús) Trying to make his way home (Tratando de hacer su camino a casa)
viernes, 30 de enero de 2009
jueves, 29 de enero de 2009
Dossier: PENA DE MUERTE
En la entrada en donde, por medio de una tira cómica, definí mi postura contra la pena de muerte, Paul dejó un comentario con el que damos inicio a este dossier; justo cuando se inician los debates en el foro de la Cámara de Diputados, resultado de la iniciativa ante el Congreso de la Unión y la campaña mediática que promueve y financía el Partido Verde Ecologista -en cuyo sitio oficial dice tener el compromiso de que aprendamos a convivir con nuestras diferencias, además de proteger y respetar la vida animal (¿alguien más nota la ironía?)-, y en el contexto de un México vulnerado y agraviado por la violencia delictiva.
Dossier: PENA DE MUERTE, ARGUMENTOS EN CONTRA
Cesare Beccaria
La Pena de Muerte, como parte de un sistema punitivo, ha sido cuestionado desde el siglo XVIII, cuando surgió el embrión del movimiento abolicionista, con la publicación del libro De los delitos y las penas, en 1764, de Cesare Beccaria.
En 1946, el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas, creó la Comisión de Derechos Humanos, la cual debería elaborar un catálogo de los Derechos Humanos, así como un mecanismo internacional para su protección. El primer documento creado al respecto fue adoptado el 10 de diciembre de 1948 bajo el nombre de Declaración Universal de Derechos Humanos, que en el artículo 3 dice: "Todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y a la seguridad de su persona".
En la actualidad, organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, Coalición Mundial Contra La Pena de Muerte y Hands off Cain tienen como prioridad lograr la abolición de la pena de muerte en los países retencionistas que aún la ejercen, una de sus iniciativas es establecer el 10 de octubre como "El Día Mundial contra la Pena de Muerte".
La Iglesia Católica también condena la pena de muerte al considerar que "la vida humana es un don sagrado de Dios y que el hombre... no puede arrogarse el derecho de quitarla". Razones similares tienen la Iglesia Anglicana y la Iglesia Metodista, al igual que otras iglesias protestantes, para fijar la misma postura.
Algunas organizaciones internacionales económicas y políticas, como la Unión Europea o el Consejo de Europa, tienen como requisito para pertenecer a ellas, la abolición de la pena de muerte, o una moratoria, como el caso de Rusia.
Dentro de los principales argumentos en contra se esgrimen:
Los errores judiciales.
Conlleva el riesgo del error irrevocable. La aplicación de la medida no es viable en un sistema judicial penal imperfecto, la corrupción, las anomalías, la venalidad e incapacidad en las autoridades no permite darles el poder de decidir sobre la vida de una persona.
Las ejecuciones de inocentes siguen siendo una realidad frecuente en nuestros dias. En EUA, lo fueron 75 de las 487 personas ejecutadas desde que en 1976 se restauró la pena capital. El record lo tenía Illinois, donde 9 de las 11 condenas fueron erradas. Desde la introducción de las pruebas de ADN, se han liberado más personas condenadas.
Perversión de los fines del sistema penitenciario.
Quitar la vida supone renunciar a la preeducación y reinspección social. Es la negación y la privación de toda posibilidad de redención, readaptación y reinserción a la sociedad. Además que no se ataca al verdadero problema de la delincuencia, ni se corrigen los causales de la misma.
Injusta discriminación.
La pena de muerte es discriminatoria y a menudo se utiliza de forma desproporcionada contra las personas económicamente desfavorecidas, las minorías y los miembros de comunidades raciales, étnicas o religiosas. Se impone y se lleva a cabo arbitrariamente.
La inviolabilidad humana.
Por muy grande que sea el nivel de degradación de una persona, ésta nunca pierde el derecho fundamental a la vida ya que éste es el primero de los derechos humanos.
La degradación social.
Lejos de ser una medida de justicia sólo constituye una forma de venganza social, lo cual es un retroceso en la evolución de la humanidad, pues es un homicidio premeditado a sangre fría por parte del Estado en nombre de la sociedad.
Es una medida impráctica.
Es costosa para el erario público (3.2 millones de dólares), además del costo social y psicológico; no hay pruebas de que tenga un poder disuasorio ni que contribuya a reducir la criminalidad, al contrario, genera una espiral de violencia; da una solución simplista a conflictos humanos y sociales complejos
No es cuantificable el daño físico al matar a un hombre, por lo tanto no es posible equiparar la ejecución del preso con el acto criminal que cometió, además de que tampoco puede establecerse el sufrimiento emocional de saber que va a morir de antemano. A los familiares de la víctima no se le devuelve a la persona que perdieron, sólo afecta a los familiares del condenado, quienes también son sometidos a presión psicológica.
Es usado como un instrumento represivo para suprimir la disidencia
La pena de muerte ha sido y continúa siendo utilizada como instrumento de represión política, como forma de silenciar para siempre a los oponentes políticos o de eliminar a las personas políticamente "molestas". En la mayoría de estos casos, las víctimas son condenadas a muerte tras juicios sin garantías, como culminación de un mal uso político.
Amnistía Internacional tiene, además, como principio de causa, evitar que sean condenados a la pena de muerte los enfermos mentales, pues gran número de ejecutados eran personas que nunca estuvieron conscientes del delito que cometieron.
Amnistía Internacional, Matar es Matar
BiBlografía:
Rincón del Vago
Historia del Pensamiento Criminológico
Ya
El índice del Dossier sobre la PENA DE MUERTE:
Argumentos en Contra
Argumentos a Favor
En opinión de Flor Berenguer
Asombro y Terror
Métodos
Nebraska, Milán y la Silla Eléctrica
La Opinión Social
Pena de Muerte, Y Tortura
Pena de Muerte, Y Tortura (contra las mujeres)
Dossier: PENA DE MUERTE, ARGUMENTOS A FAVOR
Ejercicio de la Legítima Defensa
Argumentos en Contra
Argumentos a Favor
En opinión de Flor Berenguer
Asombro y Terror
Métodos
Nebraska, Milán y la Silla Eléctrica
La Opinión Social
Pena de Muerte, Y Tortura
Pena de Muerte, Y Tortura (contra las mujeres)
Dossier: PENA DE MUERTE en la opinión de Flor Berenguer
Cuando estudiaba mi primera carrera profesional, la situación en casa era crítica en lo económico y familiar. Sin entrar en dolorosos detalles que afectarían a terceros, diré que me vi obligada a trabajar para poder estudiar.
Así las cosas, los empleos de medio tiempo para alguien que recién salió de la prepa no crecen en los árboles y con muchos esfuerzos conseguí el peor de ellos pero que al menos me permitía llegar a tiempo a clases.
Éste consistía en dar clases de literatura española a los presos de la penitenciaría para varones de Santa Martha Acatitla, la grande, denominada así porque allí se encuentran aquellos criminales que ya han agotado todas las instancias legales y compurgan allí su sentencia hasta el término.
Por las condiciones excepcionales de la secundaria técnica que opera al amparo de la ley de normas mínimas y remisión parcial de la pena, se me autorizó el empleo sin contar con el título de maestra normalista ya que agradecen al cielo que cualquiera se aparezca a cubrir las vacantes mal pagadas, peligrosas y encima lejanas.
Durante casi 5 años mi rutina diaria iniciaba de madrugada para llegar en 3 ó 4 camiones hasta el fin de Iztapalapa a checar tarjeta antes de las 7 a.m., dar mis clases, colaborar en las entrevistas para preliberación y realizar otras actividades de orden cultural. Salía de allí a medio día con una torta de frijoles y una concha tomadas del rancho carcelario para llegar a CU antes de mi primera clase a las 2 p.m.
Esos años departiendo con lo más granado de la criminalidad me autorizan moralmente a reiterar que creo totalmente en la pena de muerte y que considero indispensable revivir el espíritu original del artículo 22 de nuestra constitución que la señala para secuestradores, salteadores de caminos, traidores a la patria y asesinos con alevosía.
Estoy harta de escuchar las explicaciones bizantinas de los defensores de los derechos humanos que sólo se abocan a tutelar los de los criminales sin pensar que son las víctimas las que deberían quedar salvaguardadas de entes que no merecen el calificativo de humanos y menos aún de animales ya que estos matan por hambre o protección, nunca por el placer de hacer daño o generar una ganancia adicional al sustento cotidiano.
En mis años de trato con criminales, violadores, secuestradores, asaltantes, pederastas, narcotraficantes, asesinos a sueldo, rateros y maleantes de toda calaña puedo asegurar que hay en algunas personas un gen maligno que impide toda rehabilitación y que la línea sutil del bien y el mal está totalmente borrada en sus mentes.
Para ellos no hay rehabilitación posible, sólo la destrucción de su malignidad pone a salvo al resto del mundo de esta mancha contaminante.
Con los pelos de la burra en la mano puedo afirmar sin temor a que nadie me contradiga que las cárceles no son centros de rehabilitación como cacarean las autoridades sino verdaderas universidades del crimen, sobre todo las prisiones mexicanas que tienen este sui generis sistema tipo Club Med donde el preso goza de mil canonjías siempre y cuando las pueda pagar y que son un verdadero insulto de corrupción para las víctimas a las que la justicia nunca les cumple.
El caso de Fernando Martí, este terrible secuestro que no sólo acabo con la vida de un jovencito de sólo 14 años, sino con toda su familia que quedó moralmente destrozada, vuelve a poner en el tapete de la discusión el tema y creo que ya hay que dejarnos de niñerías y aceptar que la realidad nos ha rebasado y que no vivimos en Disneylandia.
El diputado priísta Emilio Gamboa desde la Cámara de Diputados lanza la propuesta y yo estoy dispuesta a sentir simpatía electoral por cualquiera que saque de circulación a esos seres abominables sin entraña que no se tocan el corazón para jugar con la vida y suerte de los demás, porque no nos hagamos idiotas ¿alguien espera que años en reclusión rehabiliten a estos monstruos?
La opción que dan los defensores de los derechos humanos es la cadena perpetua que no lo es tanto ya que la pena máxima en México es de 40 años no acumulables y con la ley de normas mínimas y remisión parcial de la pena hablaríamos que en no más de 18 años el sujeto estaría en la calle delinquiendo de nuevo, eso, claro está, si no se fuga antes, tras vivir entre rejas de nuestros impuestos gozando de visitas familiares, conyugales, comida casera, televisión, celda privada y todo lo que su dinero le pueda comprar gracias a la rampante corrupción carcelaria.
No seamos inocentes, el Mochaorejas o estos judiciales de la banda de la flor no tienen rehabilitación posible como tampoco la tienen quienes actúan por compulsión como los violadores y pederastas, por lo tanto antes que una manzana pudra a todo el barril es mejor desecharla.
Por ello le invito a que presione por que la pena de muerte regrese a nuestro país. Ya se que los estudiosos del derecho, mismos que posiblemente no hayan pisado una cárcel ni de broma vengan a decirme que eso no limita la delincuencia, argumento que tal vez sea cierto en teoría pero en la práctica se ha demostrado que la mano dura ayuda bastante a evitar las reincidencias.
En esos avatares de mi rocambolesca vida, pasé un tiempo en Afganistán y Pakistán, países musulmanes que no se andan con cuentos a la hora de castigar el crimen.
Allí si robas, se te corta la mano criminal y la horca te espera en casos de asalto, asesinato o narcotráfico, con lo cual puedo afirmar que me sentía más segura al viajar al lado de los guerrilleros Mujaidines afganos que dejando mi carro estacionado en una calle céntrica de la Ciudad de México.
Por ello celebro y lo hago con mayúscula que el gobernador Perry de Texas no haya echado la pata para atrás a la hora de castigar a José Medellín, ese tamaulipeco indocumentado que hace 15 años tomó parte en la violación tumultuaria, tortura y muerte de dos adolescentes en Houston y al cual tan “valientemente” defendió a un costo millonario el gobierno mexicano aduciendo al hecho que cuando fue detenido él no solicitó auxilio consular ni se le informó del derecho al mismo.
Medellín, cínico en su confesión, esperó en el pabellón de la muerte por una clemencia que no tuvo para con sus víctimas tras alegatos legales que le prolongaron la vida 15 años. Finalmente la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos se puso de corbata a la Corte Internacional de la Haya e hizo lo que su ley dice en su país. Y de nuevo lo apoyo, ya basta de hacerle a la Madre Teresa de Calcuta con esta bola de desechos sociales.
Necesitamos mano dura, que delinquir no sea buen negocio, que la policía nos cuide en vez de hacernos sus víctimas y que en México el crimen no sea buen negocio.
Cuando pienso en cuantos Fernandos Martí hay por allí, víctimas de judiciales, policías, Afis y demás yerbas, reitero mi llamado a que dejemos de pastar mansamente como borregos y alcemos la voz con un ¡Ya basta! claro y fuerte que se escuche en el 2009 en las urnas, único lenguaje que entienden nuestros políticos Totalmente Palacio.
A estas alturas de mi vida, tan llena de altibajos, bueno, más bajos que altos, curtida por la crueldad de verdaderos pros, no siento que tenga ya nada que perder al intentar iniciar un movimiento ciudadano que responda realmente a lo que siempre hemos soñado y nunca hemos obtenido, como dice mi admirado Mario Benedetti: ”Te quiero en mi paraíso, es decir que en mi país la gente viva feliz, aunque no tenga permiso”.
Flor Berenguer (Periodista mexicana)
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En opinión de Flor Berenguer
Asombro y Terror
Métodos
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La Opinión Social
Pena de Muerte, Y Tortura
Pena de Muerte, Y Tortura (contra las mujeres)
Dossier: PENA DE MUERTE, Asombro y Terror
«El Gobierno Revolucionario debe a los buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los enemigos del pueblo no les debe sino la muerte»
Maximilien de Robespierre ("Teoría del Gobierno Revolucionario")
El actual debate sobre la pena de muerte en México trae a la mesa un sinnúmero de opiniones que abogan por las dos únicas causas posibles. Me asombra un hecho notable; más allá de estar a favor o en contra, el debate parece dividir a la sociedad mexicana en forma abisal: la sociedad civil – mayoría a favor de la pena capital – versus la sociedad política que cuenta con muchas voces en contra de la reinstauración de la pena de muerte en México.
Los argumentos utilizados en contra suelen estar cobijados por los Derechos Humanos y un código ético completamente sesgado a favor de la vida y dignidad humanas. Sin embargo éstos olvidan una parte fundamental: el valor de la vida, la dignidad y los derechos humanos de las víctimas y la sociedad general. Cada vez que se comete un crimen (léase: asesinato calificado, violación o secuestro) se piensa que la víctima es únicamente la persona quien recibe la agresión en forma directa. Sin embargo no es así. Cada crimen cometido es un atentado no sólo contra la vida de un individuo particular o una familia específica sino contra la sociedad en general. Prueba de ello es el clima de inseguridad que vivimos, de forma muy tangible en ciertas ciudades o zonas del país. Conformamos ya una sociedad acostumbrada a los hurtos, vivimos ciertos de los asaltos con violencia como una realidad cotidiana a la que nos tenemos que enfrentar. Esto sin embargo no disminuye en modo alguno el temor a ser ultrajado, secuestrado o muerto por un puñado de monedas. Lo que antaño fueron crímenes dedicados casi en forma exclusiva a obtener recursos de las fortunas de los más acaudalados, son hoy una amenaza grotesca para cualquiera de nosotros.
Todo lo anterior puede resumirse en apenas dos palabras: estamos secuestrados.
¿Dónde están nuestros derechos humanos?. Como sociedad y como individuos tenemos derecho a la vida y a la libertad. No somos libres porque somos presas del miedo y nuestras vidas no se parecen ni de lejos a la vida de dos generaciones atrás, de cuando podemos decir que se ataba a los perros con longaniza. Admitámoslo. El Crimen y la Delincuencia se convirtieron en una industria altamente lucrativa que ya rebasó a nuestro gobierno y está por rebasar en corto tiempo a toda la población, es decir, se convirtieron en enemigos del pueblo.
En nuestra sociedad que se dice democrática, pretender defender los derechos humanos de un criminal es no sólo incongruente sino hipócrita. Vulnera en su totalidad a la ciudadanía no nada más porque pone en entredicho su capacidad de decisión sino porque coloca los derechos humanos de un criminal por encima de los derechos humanos de toda la Nación.
El mayor temor de algunos que se oponen a la pena de muerte lo constituyen la ineptitud y la corrupción; condenar a un inocente a la pena capital y librar del castigo a los verdaderos responsables.
Para poder salvar ese obstáculo necesitamos gente de la talla de Robespierre, apodado por sus coetáneos El incorruptible. Sus ideales dieron origen en la Francia Revolucionaria a la llamada "Era del Terror". Éste no fue el azote de la población general sino de grupos muy particulares entre quienes podemos destacar políticos y religiosos corruptos, especuladores de mercados, traficantes de esclavos y acaparadores. Si bien Robespierre fue un acérrimo defensor de la abolición de la pena de muerte, debió valerse de este recurso cobrando la vida de miles de delincuentes y criminales para asegurar la defensa de las libertades públicas en la naciente República Francesa. Su campaña de terror y su incorruptibilidad –irónicamente– le granjearon la animadversión de políticos arribistas que temieron verse descubiertos en la ambición y orquestaron un golpe de estado en su contra asesinándolo.
Desafortunadamente Robespierre no se da en maceta y nuestra cultura dista mucho de la incorruptibilidad y la Ilustración. Pero esperar a la Segunda Llegada de Quetzalcóatl para enseñarnos un estilo de vida virtuoso tampoco es sensato.
Es precisamente de esa corrupción y de malabarismos legaloides que se valen muchos para argumentar en contra de la pena de muerte. No puede ser sino un corrupto aquel que vota en contra de la pena de muerte para no sufrir sus efectos a causa de sus fechorías. ¿Acaso las corporaciones criminales operan solas?. No, por el contrario, lo hacen bajo el amparo de autoridades que a su vez deben cobijarse bajo la sombra de otro más poderoso, formando así un círculo de complicidades.
Ante este problema hay quienes se preguntan a quién debemos entonces aplicar esta pena: ¿al que secuestra, al que vigila, al que lleva la comida…? Observemos lo que sucede en otro escenario actual: cuando un ladrón roba en complicidad con los empleados de una tienda ¿se le consigna sólo a él?.
La obviedad de la respuesta es suficiente para sembrar el Terror.
Por esa razón hay quienes se valen de argucias políticas como tratados, protocolos y otros documentos internacionales que en la práctica no remedian la situación amén de provenir de gobiernos con problemáticas muy distintas. Dichos gobiernos a su vez promueven este tipo de pactos con la finalidad de asegurar la vida de algunos de sus ciudadanos acaudalados y clave de sus economías, de los cuales varios pueden ser claramente tipificados como criminales por sus acciones de lesa humanidad.
Muchos cuestionan la capacidad disuasiva de la pena de muerte y se remiten a las estadísticas que parecen no mostrar efectos positivos. Proponen mayores tiempos de reclusión, cadena perpetua o mejoras a los sistemas judiciales para evitar condenar a inocentes y exonerar responsables. Pero nuestra realidad es muy distinta, se envía y se seguirá enviando a criminales a lujosos palacios subvencionados por el pueblo y a gente inocente se le condena a una muerte lenta y dolorosa. Los pseudodefensores de los derechos humanos prefieren muchas veces cerrar los ojos ante esta realidad millones de veces más aterradora que abrirlos a la muerte de un criminal.
Hagamos un ejercicio de honestidad. ¿Podemos confiar en que un criminal acostumbrado a ganar dinero por millones en una sola exhibición se regenerará y se convertirá en un humilde carpintero?. Si los daños y pérdidas sufridos por la víctima no son superados en la mayoría de los casos, ¿superará el criminal recluso su rencor antisocial?. ¿Qué nos garantiza que no volverá a atacar?.
Más allá de estudios realizados que arrojan cantidades dispares de víctimas potenciales salvadas por cada criminal ejecutado, la simple lógica detrás de la Teoría de Conjuntos nos revela que la pena de muerte sí reduce el índice de criminalidad: por cada criminal ejecutado hay un criminal menos. En un conjunto creciente cada ejecución equivale a una resta, lo cual nos lleva a una predicción notable: cuanto más rápido es el proceso de resta, más disminuye el conjunto.
En este sentido cabe hacer la analogía de la sociedad con un organismo multicelular vivo. En él todas sus células trabajan, y las que no, son reemplazadas. Eventualmente algunas células enloquecen y crecen a un ritmo desmedido, se hacen recursivas y terminan por matar a las células alrededor poniendo en riesgo el equilibrio y vida del organismo completo. A este proceso se le denomina "cáncer" y la única manera de tratarlo es eliminar las células cancerosas.
Cuando extrapolamos esto a un nivel social y de interacción humana el asombro es mayúsculo. Creemos que aún es posible negociar con las células malignas y reformarlas, porque eliminarlas nos causa terror. Queremos hacer consideraciones éticas y se nos olvida que el imperativo ético es procurar el bien mayor.
A veces es necesario el sacrificio de algunos para asegurar la permanencia de todos.
Ulisses P. Bolón, ICrP.
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Asombro y Terror
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Pena de Muerte, Y Tortura
Pena de Muerte, Y Tortura (contra las mujeres)
Dossier: PENA DE MUERTE, NEBRASKA, MILÁN Y LA SILLA ELÉCTRICA
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Pena de Muerte, Y Tortura
Pena de Muerte, Y Tortura (contra las mujeres)
Dossier: PENA DE MUERTE, MÉTODOS
El condenado es pesado antes de la ejecución; ese factor determina la forma exacta de la ejecución, para asegurar que la muerte sea rápida. El preso es colgado de una cuerda atada alrededor del cuello y muere debido a la fuerza que, por la gravedad, ejerce el peso del cuerpo.
La inconsciencia y la muerte son causadas por lesiones en la médula, por la dislocación de una vértebra cervical. Si no, también muere por estrangulamiento o constricción de la tráquea.
Se ha utilizado en Egipto, Irán, Japón, Jordania, Pakistán y Singapur. o, si esto no es suficiente, por estrangulamiento, debido a la constricción de la tráquea.
La ejecución la lleva a cabo un único sujeto o un pelotón de varios hombres que se coloca frente al preso y dispara.
El preso muere por una o varias de las siguientes causas: lesiones de órganos vitales, como el corazón, lesiones del sistema nervioso central o hemorragias. Aunque en un disparo a corta distancia en la nuca debería producir la inconsciencia inmediata, el procedimiento puede durar más tiempo en los fusilamientos por un pelotón, en los que los soldados tiran desde una mayor distancia -y por lo tanto con menor precisión- y pueden haber recibido la orden de apuntar al tronco, más fácil de alcanzar que la cabeza. Aunque algunos presos pueden permanecer conscientes después de los primeros disparos incluso en las ejecuciones normales por un pelotón, algunas ejecuciones han sido concebidas para prolongar el sufrimiento.
El prisionero es amarrado a una silla en una cámara hermética.
Se comienza a liberar gas cianuro.
La ejecución puede tardar más si el condenado aguanta la respiración. Un médico monitorea sus signos vitales. Como en otros métodos de ejecución, los órganos vitales pueden seguir funcionando durante algún tiempo, esté o no inconsciente el condenado.
Se ha aplicado en Filipinas y en Estados Unidos.
La electrocución surgió en los Estados Unidos en 1888, alegándose que sería más humana que la horca. El condenado es atado a la silla, y se le colocan electrodos de cobre húmedos en la cabeza y en las piernas.
La piel cambia de color y la persona puede llegar a hincharse, orinar o vomitar sangre, hasta morir por paro cardíaco. La electrocución produce efectos destructivos visibles, al quemar órganos internos del cuerpo; los testigos presenciales siempre dicen que hay un olor a carne quemada.
Este método se aplica en algunos lugares en Estados Unidos.
El condenado es atado a una camilla.
Se le inyectan varias drogas por vía intravenosa: el tiopentanto sódico, que provoca la inconsciencia, un relajante muscular que paraliza el diafragma deteniendo la respiración, y cloruro de potasio, que detiene el corazón.
Se ha utilizado en Estados Unidos, China, Guatemala, Filipinas y Tailandia.
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Dossier: PENA DE MUERTE, Y TORTURA
Esta exhibición muestra los instrumentos que solían ocuparse para castigar a personas acusadas de blasfemia, posesión satánica o adulterio, (cabe mencionar que a los hombres no se les castigaba por este último delito).
También se castigaba a borrachos, discapacitados mentales y por supuesto ladrones o asesinos.
Lo que podría ser más horrorizante es la imaginación de sus creadores para causar el mayor dolor posible y exhibir a los acusados en su sufrimiento al pueblo como si fuera un espectáculo circense.
La exhibición muestra 50 diferentes utensilios de tortura, ya sea para Humillación Pública, Tortura para Confesar, Pena Capital y unos específicamente para mujeres, que está por demás detallarlos.
Pero lo alarmante es que muchos de estos artefactos se utilizan en nuestros días en cárceles y con prisioneros de guerra. De manera abierta o clandestina.
Sin ir más lejos, ¿qué está pasando en la frontera de Gaza? ¿Para qué son las armas si no para matar sin importar el tiempo o el sufrimiento en la agonía? A continuación cito uno de los textos que se encuentran dentro de la exhibición y que exhortan a terminar con las inhumanas muestras de crueldad que no deberían de existir en lo que nosotros mismos llamamos “seres racionales”.
“El objetivo de las muestras es lanzar un mensaje contra la tortura, pero también es un grito de alarma para el futuro (y para el presente), en un momento en el que se regresan de manera siniestra a los horrores de la crónica diaria. Temas como el antisemitismo, la intolerancia, el racismo, la violencia, la guerra. Este proyecto articulado según diferentes iniciativas culturales, representan un momento de reflexión una iniciativa de recordar para no olvidar”.
Una muestra en definitiva que quiere no solo ser un acto de acusación y de denuncia contra la tortura y la pena de muerte o cualquier tratamiento inhumano y degradante para el ser humano, sino también quiere llamar la atención sobre los países donde todavía las garantías y democracia son valores lejanos.
Según un informe redactado en Amnistía Internacional, son aproximadamente 140 países en el mundo donde actualmente se producen graves violaciones de derechos humanos. Estos abusos exigen una respuesta a nivel internacional, la protección de derechos humanos es una responsabilidad universal que trasciende los límites de nacionalidad, raza e ideología (ya sea política o religiosa)
Las tortura degrada irresponsablemente el código moral de quien lo aplica materialmente; de los responsables que la autorizan y de la sociedad que la acepta, explícita o implícitamente”
“Un utensilio básico del inquisidor era La Silla del interrogatorio, cuya heredera tecnologizada es la silla eléctrica. Los pinchos de la Silla de Interrogatorio sobre la víctima desnuda producía un dolor inenarrable, incrementado por el verdugo que sacudía al interrogado o le aplicaba golpes en brazos y piernas, y cuando se quería hacer más cruel la pena, se solía calentar el asiento que era de hierro.”
“El Aplasta cabezas es un aparato diabólico que todavía se usa de manera clandestina en nuestros días. El procedimiento consistía en colocar la barbilla de la víctima en la barra inferior, en tanto que el casquete era empujado hacia abajo por el tornillo. El final es predecible”
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Pena de Muerte, Y Tortura
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Dossier: PENA DE MUERTE, LA OPINIÓN SOCIAL
Encuesta Nacional de Vivienda. México, 2008 (dale click para agrandar la imagen)
Los testimonios
Huérfana a causa de la delincuencia, viuda por la muerte institucionalizada. Testimonio de el deudo de un condenado a muerte.
Isabel Wallace, quien lleva años tratando de esclarecer la muerte de su hijo secuestrado, investigando por su propia cuenta y contribuyendo a la detención de los secuestradores, se pronuncia a favor de la pena de muerte.
Isabel Betancourt, secuestrada más de seis años por las FARC, se opone a la pena de muerte.
Casos concretos de presos en el corredor de la muerte, algunos sin poder demostrar su inocencia.
Víctimas en contra de la pena de muerte.
Carta de familiar de secuestrado en Tijuana.
La opinión gráfica de un mexicano:
BiBlografía:
Apabe.org.mx
California Crime Victims
BBC mundo
El Universal
parametria.com.mx
monografías.com
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Dossier: PENA DE MUERTE, Y TORTURA (CONTRA MUJERES)
En ella especifican que durante casi 4 siglos alrededor del 85% de las víctimas de tortura y de muerte en la hoguera fueron mujeres. Acusadas de brujas o diferentes crímenes.
Pinzas y tenazas usadas en frío, pero casi siempre al rojo vivo se destinaban para lacerar o arrancar pezones, pero indica que “según la creatividad del verdugo” también podía utilizarse para otras partes del cuerpo.
El tan mitificado Cinturón de Castidad, utilizado hasta en forma humorística en nuestros días había sido diseñado para asegurar la fidelidad de las esposas mientras sus hombres salían a la Guerra Santa, sin embargo pocos datos se tienen de que se hayan utilizado durante periodos tan largos, pues la corrosión del metal rozando la piel y demás desechos, provocaba fatales infecciones de las que sus usuarias no sobrevivían. Sin embargo si se tiene nota de que eran utilizados por las mujeres que no soportaban el abuso sexual y los embarazos constantes.
La Pera oral, rectal o vaginal se introducía en tales partes del cuerpo abriendo y desgarrando por medio de un tornillo. La parte del cuerpo afectada quedaba….
Definitivamente estos son algunos de los métodos de tortura más aberrantes y desalmados que el hombre pudo utilizar contra sus semejantes, o ¿acaso no lo son las mujeres?
La intención de este artículo es destacar que este tipo de abusos y crueldades son aún utilizadas en nuestros días, en mayor o menos escala, con instrumentos de tortura o abusos que muchos hombres de diferentes posiciones sociales, culturas y religiones sigue aplicando como sometimiento a la mujer.
En los crímenes que ameritaban la gran variedad de torturas existe el adulterio que sólo se castigaba en mujeres, reconociendo que quien decidía el castigo era un grupo de hombres y protegían a su género.
La violencia física es una circunstancia que ha viajado con el tiempo y se aloja actualmente en nuestra vida, de manera más sofisticada, incluso silenciosa, pero a final de cuentas es un secreto a voces que grita desde la garganta de miles de mujeres que lo viven y lo soportan por que siguen pensando que son inferiores.
Colaboración de Gisela Zapata
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miércoles, 28 de enero de 2009
martes, 27 de enero de 2009
Piedra de Sol
Mironeando La Otra Piel.
Marcos Rey, dibujante hiperrealista, comparte los descubrimientos que hace, aprovechando la sensibilidad que tiene para filtrar los trabajos con mayor calidad, originalidad y aporte artístico.
Su propia obra es, también, sorprendente.
“Luna nueva”
Hilda Irma Pérez Ríos
Muerta,
como alguna vez temió estarlo:
Luna Nueva.
Es lluvia
que cayó de la neblina de mis ojos.
Volvióse amanecer,
en el que la Luna Llena
murió...
Muerte:
Llegaste esta noche,
la transformaste en flor marchita.
En hielo:
el polvo de la Luna vuelta nieve.
Viento:
tú retiras a la Luna del eclipse.
Tu Luna desaparece;
muere dentro de ti,
despacio...
despacio...
lunes, 26 de enero de 2009
Échale un ojo: 18, 19
Al Test Ideológico, para saber si eres un autoritario de izquierda o un anarquista neoliberal.
Al primer comercial de la mac, dirigido por Ridley Scott, titulado 1984 (justo el año en que salió) en honor a George Owell. Ignoro si un diseñador nos visita, pero seguro agradece que se empezara a pensar diferente.
Lumiére et cié. Tan lejos. Tan Cerca
1995. 41 directores internacionales. 1 cinematographe. 52 segundos. 3 tomas.
El ejemplo:
Wim Wenders.
Lumiére y Compañía.
domingo, 25 de enero de 2009
Cómo Subir y Bajar las Escaleras
Para bajarlas "descansadamente" es menester hacerlo como en este video tutorial:
sábado, 24 de enero de 2009
“Monólogo de una Luna Miserable”
Hilda Irma Pérez Ríos
Ayer miserable me sentí
por culpa del Día,
que no me dejó salir
y del Sol,
que no me dejó llorar.
Miserable
hice sentir a la Noche,
porque me faltó brillo.
Me faltaron fuerzas para reír
- para reírme del Sol.
Miserable fue el Tiempo
y la existencia reglamentaria de un día
y una noche...
Miserable fue el Viento
que no logró llegar hasta mí.
Somos independientes
pero al final formamos uno solo:
el Universo.
Son el Día y el Sol;
la Noche, el Tiempo y el Viento.
Miserable ayer me sentí
porque mi brillo no iluminó la noche;
miserable siento que soy,
porque soy La Luna,
que no tiene brillo propio.
Échale un ojo: 16, 17
"Las noticias sobre mi muerte han sido exageradas", dijo con su característica ironía.
A las normas básicas para aprender a conducir (y de paso les cuento: me dieron un trabajo y me van a dar un coche, no sé ni cómo se enciende el motor -je-, y ciudad chilangótica es el peor escenario para que yo me incorpore al tránsito vehicular y me estrene como cafre -je, je-; se tardó, pero el momento de mi venganza ha llegado -mhmjuajajajaaá!-).
Requiém por El Toreo Cuatro Caminos.
El Toreo antes
El Toreo después
El Toreo después del después
*Nauh Campa (hacia los cuatro rumbos): Por el norte hacia Azcapotzalco, por el sur a Chapultepec, por el poniente se iba hacia Naucalpan y al oriente conducía a Tenochtitlan.
Agradezco a D. Trejo (naucalpeño de origen) la sugerencia del artículo, confieso que no pensé que iba a ser tan interesante, entre la nostalgia y la historia, el Coso de Naucalpan deja un hueco profundo en el paisaje urbano.
viernes, 23 de enero de 2009
La Sobremesa: Susy...¿secretos del corazón?
Cuando el corazón de una hermosa joven debe decidir si quedarse con el novio que tras un trágico accidente queda paralítico, o el apuesto taxista, que cada semana se ofrece a llevarla al hospital para visitarlo. Y no es un taxista común, como esos panzones, malolientes y prietos que abundan en la ciudad de México, sino uno que se parece Rock Hudson, (que era de los galanes de la época, no hagan caras) que hasta de corbata y cachucha van manejando y de soslayo ven secar esas tímidas lágrimas que trata de ocultar la chica que aborda en el asiento de atrás.
¡Ah! ¡Qué dulces miradas se encuentran en un sorpresivo descubrimiento del amor más puro y tierno! ¡Qué inocente paseos por el campo, que abrazos más cálidos!
Que felices finales se ven cuando el amor culmina en “mis labios le dieron el sí mientras se unían a los suyos en un eterno beso”.
¡Aaaahhhhh! ... ¡Qué bonito! Esas historias llenaban de ilusiones a las jovencitas de los años sesentas que trataban de recrear con sus relamidos noviecillos aunque no siempre se prestaban a tanta melcocha. No que hoy en día… bueno ya parece que se van a conformar con tomarse la manita en el cine y sonrojarse si chocan sus manos en el bote de palomitas. Mmmm…¡qué va!
Esos tiempos eran mejores, diría mi abuelita el romanticismo, el cortejo a la novia, los malos entendidos y las reconciliaciones dulces. La dulce ilusión de que el mayor anhelo de las jóvenes es casarse con el hombre de sus sueños. Sí que eran otros tiempos.