Les platico: fui a una obra de teatro estudiantil al Cenart (Centro Nacional de las Artes); buscando la gratuidad atravesé la ciudad (yo vivo bien al norte del Defecito) y gocé una obra divertidísima de Darío Fo (No hay ladrón que por bien no venga), no del todo bien actuada pero sí bien dirigida, pues no perdió el ritmo en ningún momento logrando el dinamismo que esta comedia de enredos requiere.
Luego de las carcajadas atravesé la Plaza del Edificio Central en la que se exhiben las interesantes esculturas de Juan Soriano, en homenaje póstumo en su quinto aniversario luctuoso. En la Plaza de la Danza alcancé un poco del espectáculo Cortejo Huasteco, con danzas y música folclórica de la Huasteca Potosina.
Atraídos por el sonido del agua -muy similar al del oleaje del mar- de su hermosa fuente, mi acompañante y yo nos sentamos a fumarnos un cigarrito que nos supo delicioso, y que se le antojó a una pareja de novios que aprovechaba el lugar -que puede ser tan relajante como romántico, depende de qué ánimo se esté- y nos pidieron que les vendiéramos un cigarro, como una bocanada de aire contaminado no se le niega a nadie, se los obsequiamos; luego un artista bohemio (quien sabe de qué disciplina, pero tenía todo el look necesario para dedicarse a la artisteada) nos pidió fuego para encender su pipa, con lo que se comprueba que el mejor aliado para los lugares placenteros es el tabaco -je-. Era la mejor hora del día (mi favorita): ese momento en que el azul del cielo se hace más profundo, anunciando el pronto anochecer, y los mosaicos multicolores y los brotes de agua de la fuente, aderezados por el refrescante vientecillo -en uno de las tardes más calurosas de lo que va del año- volvió al momento mágico (hasta la luna nos sonreía, se los juro).
Ya bajo la noche, dimos un agradable paseo por las áreas verdes, en donde familias y parejas de enamorados se sentaban en los montecitos cubiertos de pasto. Llegamos al cine y nos devolvimos, y no pude evitar la tentación de recostarme en el fresco césped para devolverle la sonrisa a la luna mientras contábamos anécdotas (hasta que un policía nos invitó a retirarnos, al levantarme para seguir su indicación, vi una parejita oculta tras la complicidad de uno de esos pequeños cerritos, aprovechando cada centímetro de cercanía entre ellos... me dieron completa envidia, sobretodo porque a ellos el policía no los vio y no los urgió por abandonar el parque).
No tenía mucho que había ido al Cenart para escuchar una interesante conferencia sobre la historia de la música de la colonia en Latinoamérica con Aurelio Tello, en el marco de los festejos del Bicentenario de la Independencia (de hecho ahí saqué material para tres posts en este blog, uno sobre la zarzuela del Cóndor pasa, otro sobre la música folclórica venezolana y otro sobre Chabuca Granda); me tocó conocer al Cenart tras su inauguración, trabajar ahí durante las dos primeras ferias del libro infantil que se llevaron a cabo en sus instalaciones, escuchar a la genial Rita Guerrero (de reciente y sensible muerte), jovencísima y en el momento en que empezaba a ser reconocido su grupo Santa Sabina, y aplaudir con orgullo nepotista algunas actuaciones de mi hermano menor cuando era estudiante de teatro. Pero hasta hoy pude disfrutar sus instalaciones, libres de stands comerciales, de tumultos y de apresuramientos, así como del goce de algunas disciplinas artísticas de las varias que alberga, tanto para su estudio como para su exhibición.
Ojalá tengan la oportunidad de disfrutarlo igual.
Y si quieren leer (o releer) las entradas que inspiraron las sabias y amenas palabras del músico-historiador Aurelio Tello (una verdadera institución en el área), denle click a los siguientes enlaces:
ADENDUM:
Hace algunos años, los 10 de abril eran días de fiesta en mi casa por el cumpleaños de mi papá, que usualmente se celebraba con tremenda fiesta. Era un hombre muy popular, muy amiguero y al que le encantaba la fiesta y la convivencia (conbebencia, dicen algunos), bailaba (bien), cantaba (mejor) y contaba chistes subiditos de tono, a veces agarrándose a alguien de botana, provocando carcajadas intensas; contaba anécdotas muy sabrosas, discutía sobre política y contaba chismes de las figuras y celebridades que conocía, a veces, incluso, llegaba a venir alguna a la casa, como Isela Vega, Chava Flores o Los Angeles Negros. Era un tipazo, sé que dirán que no soy objetiva al ser yo su hija, pero en realidad sólo repito lo que dicen los que lo conocieron (como muchos, mi relación con mi padre fue compleja y no sólo tengo cosas lindas para contar de él... pero de alguna forma la memoria siempre privilegia sus cualidades, afortunadamente). Hoy en casa preparamos una mariscada en su honor y en su recuerdo. Perdonen la insistencia, ya se me hizo tradición recordar que lo recordé con esta entrada y que este poema es sobre él, pero no quiero -ni puedo- pasar esta fecha por alto. Hoy tenía pensado hacer una entrada contando algunas anécdotas de él pero ayer se me fue el avión e hice la entrada sobre la visita al Cenart, olvidando momentaneamente la fecha al publicarla.
Feliz cumpleaños papá. Te abrazo.
No tengo vergüenza, el CENART me queda relativamente cerca (mucho más cerca que a ti) y casi ni voy. La última vez que estuve ahí fue un Día Mundial de la Danza del año pasado. Me gusta su arquitectura, en la que encuentro alguna influencia barraganesca... hasta en el colorido).
ResponderBorrarGracias por el paseo, Bichi.
Tendré que desaflojerarme e ir más a menudo.
Algún día no muy lejano visitare el D.F e iré al CENART ...
ResponderBorrar:)
Y los 10 de abril creo que deberían ser día de fiesta, siempre.. aunque el no este físicamente.. está contigo
Un abrazo!
@marichuy
ResponderBorrara mí también me gustó ese toque "a lo barragán", aunque lamentablemente en esa década noventera como que se volvió lugar común urbano, pero la verdad sí es una delicia pasear por él y por las diferentes actividades artísticas que ofrece (y qué te puedo decir yo, vivo a tres pasos de la basílica y apenas fui hace unos meses después de mas de dos décadas)
=D
@...Diana...
hola!, gracias por pasar por acá, me da gusto leerte
=)
y tienes razón, todos los 10 de abril son de fiesta
un abrazo fuerte!
Feliz cumpleaños a tu papá... un poquitín retrasado.
ResponderBorrarEl CENART me encanta... ese y la Cineteca son dos lugares que no puedo dejar de visitar por mucho tiempo. Gracias por el paseo!
gracias Cuetz, yo también llegué un poco tarde a contestar tu comentario, pero te lo agradezco en el alma
ResponderBorrarun abrazo