Domingo 14.
Mis muslos ya no se juntan, hay un espacio entre ellos. Por fin dan resultado los esfuerzos para bajar de peso.
Martes 16.
Mi mamá otra vez hizo pastel de carne con puré de papa. Parece que trata de boicotearme en esto también. Como cuando me dice que me veo bien, que no necesito bajar más. Lo bueno es que yo tengo mis trucos.
Viernes 19.
Nada me entra, soy una cerda. No me veo bien con nada. Prefiero no ir a ninguna fiesta, no me importa que todo el salón esté ahí. Mejor me quedo a ver la televisión, a ella no le importa como me veo.
Viernes 19. (10:30)
Una maruchan, un tazón de palomitas, tres cocas de lata, papas, una rebanada de pay de queso, un sandwich, galletas con chispas de chocolate y otro pedazo de carne que quedó de la comida. Mejor me hubiera ido a la fiesta. De cerveza y cacahuates no hubiera pasado.
Sábado 20.
Mi mamá se dió cuenta de lo que hacía en el baño. Lo bueno que se creyó que estaba indigesta. Lo malo que tuve que tomarme su té de tlanchalahua. Tuve que vomitar otra vez.
Miércoles 22.
Tengo que abastecerme de nuevas provisiones pues ya casi se acaban las que guardo abajo de la cama. La falta de dinero es un problema, tuve que decirle a mi papá que tenía que pagar un exámen y que necesitaba material de dibujo. Pero esta vez sí voy a hacer compras inteligentes, sólo refrescos light y pan de dieta... bueno, con lo que sí me voy a premiar es con chocolates, me los merezco después de tanto ejercicio.
Miércoles 22. (9:20).
Creo que esto se está saliendo de control, me comí casi todo lo que compré y sólo pude vomitar después de meterme una cuchara en la garganta. Mejor sólo voy a seguir con los laxantes.
Jueves 23.
No sé porqué escribí eso ayer. No puedo dejar de vomitar. Es tan agradable. Sentirme limpia, ligera. Libre. No lo cambio por nada. Hoy me toca pizza, tengo un cupón para la familiar al 2x1. ¡Qué feliz día!
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