sábado, 31 de octubre de 2009
De Cuando la Muerte Vino a la Ciudad
en la Ciudad de la Esperanza
no consigue un cuarto en renta
(para ninguno le alcanza)
Del Zócalo, un campamento
le sirve de alojamiento.
En balde compró una carcacha
para cumplir sus visitas
varada en la megamarcha
ni como llegue a sus citas.
Y desde un segundo piso
la muerte pide permiso.
No pudo entrar la flaca
ni a los antros ni a las discos
discriminada por naca
la sacaron a pellizcos
Pese a que iba muy catrina
acabó en una cantina.
Y es que la pobre muerte
ha pasado malos ratos
tiene muy mala suerte
ya ha sufrido dos asaltos
Mordida de policía rata
y secuestro en taxi pirata.
Desvalijaron su coche
(lo dejó sólo un ratito)
y le tocó en plena noche
operativo en Tepito.
Fue confundida en la lucha
Con los mara-salvatrucha.
A favor de lo mejor
le habló Serrano Limón
declarándole su amor
por supuesto, sin condón.
Y en las ruinas de Provida
fue contagiada de Sida.
“Ya estoy curada de espanto”
-pensó la ingenua pelona-
ne ha tocado sufrir tanto
que me he vuelto bien cabrona”
Pero venía lo más grueso:
la sesión en el Congreso.
Última en un sondeo
culpada de populismo
fue chamaqueada en video
víctima de sospechosismo
pero lo que le enchinó el cuero
fue ver atacado su fuero.
Ahí le enseñó la Padierna
y le aconsejó Bejarano
“Ólvidate de ser tierna,
pega y esconde la mano”
“Y sabe qué?, no se deje”
fue sugerencia del Peje.
Aprende del dinosaurio
sabio por viejo y por pillo
da de madrazos a diario
las clases las da Gordillo
Y serás presidenciable
vaticinó el innombrable.
Asimiló la enseñanza
la muy aplicada Parca
“no avanza aquel que no tranza”
lo volvió lema de marca
Dejó como buen chilango
de sufrir como en un tango.
Ni se acongoja, ni suda
"si la vida es carnaval
-filosofa la huesuda-
la muerte es un festival".
Y es que no estaba muerta
sino que andaba de fiesta
DFiesta en el Distrito Federal.
Nota: Quería ponerles otra entrada, pero el equipo en el que estoy no tiene el software para leer mi archivo, así que les dejo estas calaveritas que como se habrán dado cuenta ya están medio pasadas de moda, pero igual y les causan algo de gracia (si no es así, siéntanse en libertad de mentármela... pero eso sí, háganlo rimando para que vean que no es de "enchílame otra" y ya -je-), para el domingo les pongo las que van dedicadas a los comentaristas regulares y el lunes una que mandé a un concursillo (a ver si es chicle y pega).
Mientras, los dejo con dos animaciones muy ad-hoc para la época:
viernes, 30 de octubre de 2009
Calaveras y Diablitos
Estaba sentada en la sala oyendo lo discos de Gloria Trevi al revés, en mi búsqueda de algo que provocara verdadero terror, ya había visto las películas de Freddy vs. Jason y toda la serie de Crepúsculo, pero al diablito sentado en mi hombro ni los guiones malos le daban miedo.
Mi angelito se me cayó una vez que corrí para entrar al metro antes de que se cerraran las puertas del vagón; por consejo del diablillo no regresé a recogerlo y se quedó en la estación Chabacano, pensé que nos alcanzaría en la casa, pero tanta gente y tanto trasbordo lo han de haber confundido.
Curiosamente, el más afectado resultó ser el diablito. Nomás por fregar, a veces me da buenos consejos, como casi siempre hago lo contrario de lo que me dice, esas veces actúo mal sin querer, entonces se ataca de la risa y me hace burla, pero fuera de eso se aburre mucho; además ya lo regañaron por andar de bienhechor, del coraje, ese día estaba más rojo que nunca. La verdad es que extraña al angelito, dice que porque ya no tiene con quien pelear, pero sé que ya se había encariñado con él. Volví varias veces al metro y hasta le pregunté al policía, se me quedó viendo tan raro que hasta desistí, me senté en el suelo sin saber que hacer. Entonces ví que el diablito estaba igual de desolado.
Por eso lo quiero distraer, para que se le vaya la tristeza. Aunque para eso tenga que ver malas películas o escuchar todo el día a Los Fabulosos Cadillacs. Lo bueno es que es roquero, lo más fresa que oye es Fobia y Zoe, lo malo que cuando baila ská sus pezuñas me lastiman el hombre. La canción que más le gusta es la de Calaveras y Diablitos, dice que le recuerda a su amiga La Parca. “¿Qué?, ¿casi no habla?”, le pregunto con toda intención de impacientarlo, pero sin notar el sentido de mi mala broma me explica con total calma que es otra forma de nombrar a La Muerte.
-Quería conmigo –me cuenta, vanidoso.
No le creo, la verdad. No nada más es feo y con un carácter de los mil demonios, entre todos sus horrores está el estar pulgoso, siempre me pide que le rasque debajo de las alas, donde no se alcanza; por más que le insisto se niega a lavarse como si lo mandara a bañar con agua bendita, mejor se empapa en loción de azufre; eso y los gases que todo el tiempo se echa, hacen que la gente se pregunte de de dónde diablos viene ese olor.
Pero cuando está contento es bien chistoso. Se pone enfrente de las ráfagas de insecticida para embriagarse, ya intoxicado se abraza fraternalmente a las conexiones de electricidad ilegales diciendo que son sus primos; me jura amor y lealtad eternos, para comprobármelo se va con los otros diablitos de la oficina y regresa a chismearme los pecados en que han caído mis compañeros, y los pueda chantajear. Una vez a la semana le hago caso, para que no se me vaya a sentir, eligiendo las decisiones que no afecten mucho a terceros.
Afortunadamente tengo bastante sentido común. Incluso a veces me tocó corregir al angelito, que era muy prejuicioso para mi gusto. Sus consejos eran del tipo: “el mejor conceptivo es la abstinencia” o “así seas barrendero, busca ser el mejor barrendero del mundo”; tenía una filosofía que parecía haber sacado de libros de autoayuda o de manuales de motivación para vendedores. Eso sí, sus recomendaciones sobre dónde ir a comer sí eran muy buenas, en eso hasta el diablito me decía que le hiciera caso. Conocía dónde daban las mejores botanas, dónde despachaban mejor los tacos de barbacoa y dónde vendían los tamales más ricos y baratos; se ubicaba muy bien por toda la ciudad y me dirigía por atajos que ayudaron a quitarme la fama de impuntual; con amabilidad solícita aleteaba para refrescarme en los días más calurosos y me tranquilizaba tocando el arpa durante los embotellamientos y los días de corte. Y era divertidísimo oír cómo se peleaban entre ellos. Uno a otro se echaban en cara los errores de su currículum, enterándome de anécdotas que los ridiculizaban. Así supe que el diablito había ayudado a dar a luz a una parturienta y que el angelito había convencido a una viejecita de matar a sus nietos antes de suicidarse, para no dejarlos solos. Al principio me resentí con el cielo y el infierno por haberme mandado a sus representantes más incompetentes, pero luego me resigné al constante zumbido en los oídos de cuando hablaban con faltas de ortografía.
Pero ahora sin el ángel nos sentíamos perdidos, acalorados y malcomidos; esa orfandad nos unió más y se creó un lazo especial. Él se volteaba para no eructarme en la cara y yo le prometí que lo levaría a pedir calaverita, uno de sus pecados es el malichismo y lo emociona más el Halloween que el Día de Muertos.
Bueno, pero les estaba diciendo que trataba de atemorizarlo con las canciones de la Trevi al revés, cuando él me decía que le daban más miedo las versiones normales, tocaron a la puerta. Nos miramos con un signo de interrogación en la frente, nadie nos visita nunca. Abrí la puerta encontrándome frente a frente con La Muerte. Sin saludar, tartamudeé con torpeza: “A poco ya me toca”.
Pero no iba por mí. Iba por el diablito para invitarlo a salir esa noche de Todos los Santos. Nos contó que acababa de ver al angelito, quien había cambiado el arpa por un güiro y cantaba con un grupo musical, no recordaba exactamente el nombre, era algo de ángeles azules o negros, pero ahora sus consejos eran de soltar el listón de tu pelo. Ella le había preguntado por el diablito y él le dijo dónde podía encontrarlo. Con eso nos dejó en claro que el angelito no sentía el mismo apego que nosotros por él.
Me tuve que tragar mis palabras al ver la coquetería con que ella le hablaba, quedaron de verse apenas terminara su jornada y se despidió de mí con un travieso: “nos vemos”.
-¿Cómo la ves?, sí quiere todo conmigo –presumió fanfarrón, pegándose juguetonamente en la barbilla con su puño-; lo bueno que estos días deja la guadaña y el manto negro, y se pone bien catrina –dijo, mientras se vaciaba encima todo el frasco de su loción de azufre.
jueves, 29 de octubre de 2009
La Asadura
Dos viejecitos que no tenían que comer salieron a distraer el hambre en el quicio de su puerta, para tomar el aire nocturno; en su interior, cada uno lamentaba el ayuno de varios días que llevaban, entristeciendo aún más ante la nula posibilidad de saciarla en los días venideros. A lo lejos, vieron que un pequeño cortejo fúnebre se acercaba; cuando las tuvieron de frente, las personas que cargaban el féretro les contaron que enterrarían el cuerpo en la ranchería siguiente, pidiéndoles asilo por esa noche. Amables, los ancianos ofrecieron con gusto su casa, cediéndoles su cama y convidándoles un agua caliente aromatizada con hierbas silvestres. Cuando lo huéspedes se retiraron a descansar, el señor le sugirió a su esposa que le sacaran la asadura al muertito.
- ¿La qué? -preguntó la sorprendida mujer.
- La asadura, las vísceras. Al muertito ya no le sirve, pero a nosotros nos puede servir para no morirnos de hambre.
Fue precisamente el hambre lo que convenció a la horrorizada esposa de obedecer a su esposo, incluso, de ser ella la que abriera con seguridad el abdomen del difuntito cuando el señor se arrepintiera en el último minuto. Hígado, corazón, riñones y tripas fueron extraídos con precisión quirúrgica, lavados, hervidos, tasajeados, salados, guisados en chile guajillo y ofrecidos a los huéspedes a la mañana, quienes se despidieron agradeciendo el alojamiento y el delicioso almuerzo (tras el cual incluso la carga parecía más liviana).
Golosos, los viejitos comieron hasta hartarse y quedar dormidos en un sopor tan pesado del que no salieron hasta muy avanzada la noche, cuando comenzaron a oír a lo lejos una voz que decía una cantaleta, que se iba repitiendo una y otra vez, a medida que la voz se iba escuchando cada vez más cercana, cada vez más próxima. Incrédulos, confundidos en un inicio, escucharon la voz recorrer el sendero que daba a la entrada de la casa, la oyeron atravesar el patio, entrar a la sala, subir por las escaleras hasta llegar a la puerta de la recámara en la que ellos se encontraban abrazados, temblando de miedo, aterrorizados de escuchar la cantaleta que repetía: “Din, don… vengo por mi asadura”.
miércoles, 28 de octubre de 2009
Y Hablando de Muñecas...
Strange Dolls
Road Kills Toys
Y la que seguro serán los favoritos de Aurore Dupin:
Don Allan Poe, su novia Annabel Lee y su pequeño cuervo. (Mezcotoys)
La Sonrisa de la Muñeca
martes, 27 de octubre de 2009
A MÍ QUE ME LLEVE EL DIABLO
LAS FIESTAS SON DEL DIABLO
A mi abuelo le encantaba el baile. No podía oír que la música llegaba traída por el viento, porque no podía detener sus pies hasta que encontraba el lugar de donde provenía. Entonces bailaba toda la noche. En balde Doña Celsa, su madre, le advertía que las fiestas eran del diablo. El apuntaba las orejas como un radar para saber en que poblado era el baile y se iba a su encuentro. Una vez una alegre música lo despertó. Había baile bajando el cerro. Se calzó sus huaraches, se puso su pantalón largo de manta y salió silenciosamente del jacal donde dormían sus padres. Llegó a las faldas del cerro y la música parecía salir de una ranchería cercana, bordeó la colina pero la música no venía de ahí, sino de atrás del monte. Al llegar parecía que salía de la barranca. Llevaba horas caminando y de repente se acordó de su madre. Y echó a correr rumbo a su casa mientras pensaba en voz alta: "Ahora sí que me lleva El Diablo".
domingo, 18 de octubre de 2009
Paseo Dominical Cervantino
jueves, 15 de octubre de 2009
¡Pero por Dios Mamá!... Mañana será...
"A mis casí sesenta y cinco años de vida, nunca había tenido necesidad de andarme tocando los pechos. Son míos y nadie además de tu padre me los había visto y manoseado. !Ahora resulta que para que me entreguen mi apoyo económico tengo que hacerme una revisión médica que incluye un chequeo para detectar si no tengo cancer de mama. ¿pero cual cancer les digo?, ¡por quien me toman!, ¡ni que fuera una ramera, que anda ofreciendo sus pechos para que los manosee cualquiera!, !chingaos!... desde que falleció mi querido esposo ¡tu padres! "que en paz descance", no he permitido que nadie más me toque. A pesar del tiempo le debo respeto y asi será hasta que la flaca me llevé con ella...
¡Pero por Dios mamá!, no pasa nada. !No es para exagerar!. Es tan sólo una revisión de rutina que no te llevará mucho tiempo, además es algo muy normal en estos días. Inclusive tu misma puedes hacerlo...
¡Mira pues!... ahora hasta mi propia hija se va a poner en mi contra. Nomás eso me faltaba. He dicho que no y nó. Además ya pa' qué me revisó si ya todo esta de salida. Ni que yo fuera la de la mala suerte de salir con la enfermedad. Es más que se queden con su chingao apoyo, yo mejor me quedo así....
!Ay mamá, por dios!...
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Sale corriendo por la puerta principal del edificio, hace la parada a algún taxi al azar. No tiene tiempo de ver si el taxi más próximo viene vacio u ocupado, pues al tiempo que hace la parada busca desesperadamente en su bolso el celular que no ha parado de sonar. Se nota agitada y, no es para menos, vive en el quinto piso de un edificio ubicado en la zona central de la ciudad. Bajar diariamente las escaleras es una rutina a la cual aún no se ha acostumbrado. Aún así no le toma importancia al cansacio pues su objetivo primordial es llegar a la oficina sin retraso.
Logra llegar a su oficina con cinco minutos de ventaja, aprovecha el tiempo para darse una "retocadita más", mientras tanto va encendiendo la computadora quien termina por esperarla un par de minutos a que ingrese sus datos mientras ella se termina de arreglar. Revisa la agenda del día y una oleda de actividades le esperan desde la mañana hasta el anocher, los avisos le indican que apenas y tendrá algunos minutos para comer, por lo que ya ha pensado en solicitar comida rápida con tiempo para no perder ni un sólo minuto en trabajar.
Con un poco más de calma se baja del taxi, sube a departamento, entra y deja el bolso colgado en el perchero detrás de la puerta, los zapatos salen volando en cualquier dirección y lo único que sus ojos miran frente a ella es la reconfortante bienvenida que le ofrece el sofá. Descansa unos minutos, enciende el radio para enterarse de lo acontecido en el día a través de su noticiero favorito (y lo és precisamente porque el conductor es un viejo amigo suyo de la universidad que el paso de los años le han sentado bien y ha termido por verse con un tipo muy galán). Se siente sucia y decide tomar un baño y después irse a descansar... Entra la ducha y siente la primera redada de agua caer directamente sobre su rostro. Siente renacer. En el transcurso del baño recuerda una a una las actividades del día, hace un recuerdo de lo bueno y lo malo, y agenda en su memoria lo posteriori. Pierde el encanto de baño pues recuerda que aún tiene pendiente un informe por terminar. Sale de la ducha, se prepara el café, enciende la PC y comienza a trabajar nuevamente. Amanece dormida sobre el sofá tratándo de recordar en que momento apago la computadora. Insiste en el recuerdo, pero sabe qe en ese momento será imposible recordar.
El fin de semana el reloj sigue siendo su rival, entre las clases de baile, el curso de inglés que le exige la empresa, las compras para su casa, una comida rápida con sus papás, y demás termina por llegar a casa después de las 22 horas, cansada y sólo dispuesta a dormir....
La empresa donde ella trabaja ha implementado una semana por la salud y ha pedido a todos sus empleados hacerse una revisión médica. Por fortuna los gastos correrán por cuenta de la compañía. El obejtivo de la empresa es simple: "crear una cultura de salud en sus empleados".... La mayoría lo toma con ligereza. Todos organizan su tiempo pues muy a pesar se tienen que presentar a la consulta por ser requisito en la actividad.
Es su turno. Ella entra directa como siempre, se presenta y le indica a la doctora que vaya al grano y le explique lo que tiene que hacer. Su tiempo está medido por el trayecto que le permitirá llegar con tiempo a la comida que tiene agendada ya. La doctora toma su tiempo y comienza con una serie de preguntas, ella como siempre, contesta segura, sin titubear, sin ahondar en el tema, su respuesta es breve y consisa, límitada a lo que ella considera que la doctora debe saber.... Toca el tiempo de la revisión física. Se quita la ropa y coloca la bata que le hacen llegar... La doctora comienza la revisión... Ella se percata por primera vez de una pequeña molestia al momento en que la doctora posa sus manos sobre sus pechos para hacerle la revisión...-!Siente alguna molestia!... !siente algo extraño!- Sí me duele un poco, quizá deba presionar menos fuerte... - Pero si no estoy presionando fuerte, solo la exploro-...
Una semana después le son entregados los resultados de sus exámens a cada unos de los empleados. Como es confidencial, les hacen llegar estos hasta la puerta de su casa. Ella llega cmo siempre, agotada y son solo la idea de echarse a descansar. Hoy la recibe un sobre blanco que ha sido desplazado por debajo de su puerta: "CLINICA XXX". Entra deseosa de ver su contenido... el resultado le cayó fatal.... CÁNCER DE MAMÁ!!!
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El cáncer de mama va en aumento, principalmente en el norte del país. De entre los tipos de esa enfermedad es la principal causa de muerte en el sector, sostuvo ayer el titular de la Secretaría de Salud (Ssa), José Ángel Córdova Villalobos, durante la puesta en marcha, en el Instituto Nacional de Cancerología, de la Semana de salud del cáncer de mama. Es indispensable dejar de esperar a que lleguen la semana salud bucal, de detección oportuna de cáncer, de esto o de aquello. La salud no espera semanas, horas o minutos, sólo se presenta y ya. Es necesario hacer un poquito de conciencia y dedicarse tiempo para si mismo, para ir al médico, para autoexplorarse frecuentemente. No es posible que sigamos con la idea de que hay esperar hasta que esté enfermo para ir al médico. No es posible que te cuides a tí mismo.... ¿saben cuantas muertes se hubieran podido prevenir con una detección a tiempo?....
martes, 13 de octubre de 2009
¡¡4º BLOGSWINGER!!
Estoy en un equipo de lo más lento y casi me corren, pero mañanita me doy tiempo de venir a explicarles mejor. Gracias por su paciencia y comprensión.
ADENDUM
miércoles, 7 de octubre de 2009
Mi Tributo a Mercedes Sosa
A estas alturas su muerte ya es noticia vieja, pero de igual forma necesito rendir tributo a Mercedes Sosa, por mucho, mi cantante favorita (en el Canal 22 le harán un homenaje el sábado, en el recomendable programa MP3), su voz me causó un impacto insuperable, esa voz que León Gieco llamó "la voz de los desposeídos", e incluso hay quien considera que si Latinoamérica fuera mujer, esa mujer sería Mercedes Sosa. Esperemos que al igual que la cigarra, vuelva a estar aquí, resuscitando... y seguir cantando.