Viendo un programa sobre los mayas y su complicado sistema de hieroglíficos mi madre me preguntó lo siguiente: ¿Por qué escribían tanto?. ¿Lo hicieron para dejar testimonio de su existencia?.
Estas mismas preguntas pueden hacerse sobre todas las civilizaciones antiguas que dejaron algún legado escrito. Sin embargo la pregunta más precisa puede ser no por qué lo hicieron sino para qué, cuál fue la intencionalidad detrás del motivo.
Para resolverlo es menester recordar el origen místico de la escritura.
En el principio fue la palabra, se encarnó en signos y habitó entre nosotros. En todas las civilizaciones los hombres aprendieron la escritura de la divinidad (su dios, o sus dioses). Algunas incluso llegaron a tener una deidad particularmente dedicada a la escritura. Comenzaron entonces a consignar hechos mediante grafías, pero no con una intención muy diferente a las que nos mueve ahora.
Aquellos hombres escribieron para perpetuar los mensajes divinos y para comunicar su pensamiento a los dioses.
Otros no tardaron en descubrir la efectividad de la palabra escrita, que dada su perdurabilidad resultó idónea para consignar los edictos del poder, y después para transmitir el conocimiento de unos, la sabiduría de otros, los pensamientos de alguno.
Hoy con nuestros adelantos tecnológicos es mucho lo que se escribe, pero muy poco lo que eso significa.
La Humanidad aprendió la escritura de los dioses para un fin más elevado que el chismorreo: para preservar la memoria de sus días. Después de todo, como dijo Borges “Recordar es un verbo sagrado”.
1 ideas en tránsito:
lo dijo neruda:
"Sobre la Tierra, antes que la escritura y la imprenta, existió la poesía".
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