Barbie XL: Jessica Simpson y la Obesidad Mórbida

Hoy, todavía más que en los últimos tiempos, en que la obesidad es tema de medidas de salud a la par que problema estético, el sobrepeso se ha colocado en la cima de los tópicos de moda a causa de la silueta de Jessica Simpson, cantante estadounidense, notoria por su aceptable capacidad vocal, ostensibles límites intelectuales, y hasta hace unas semanas, estupenda anatomía.

La crueldad y la saña con que los medios se han referido a las libras de más que ahora tiene, ha provocado un debate público sobre el canon de belleza mediáticamente impuesto, tan irreal como dañino, pues se le considera el principal detonante para las hordas de jóvenes con trastornos alimenticios. Se asegura -no sin razón- que la talla de la cantante, sí bien se ha alejado de la perfección, no deja de estar dentro de los parámetros normales en una mujer de su estatura y que puede seguir considerándose atractiva. El juicio estético al que se le ha sometido, ha superado en dureza al que se le hiciera en septiembre del 2007 a la todavía más popular -y sexualmente icónica- Britney Spears, quién pretendió reincorporarse al medio del entretenimiento en la entrega de los premios MTV de ese año, pero, tras recibir la desaprobación del público y la posterior crítica de la prensa a su desempeño en el escenario y a su apariencia física, pospuso su promoción discográfica varios meses, cuando pudo ya lucir en forma.

Al mismo tiempo, los índices de obesidad infantil y de enfermedades que favorece (diabetes, hipertensión, apnea, etc.), que van en aumento entre la población no adulta, han hecho que salga al aire una campaña para evitar el sedentarismo entre los niños, con juguetes populares que sufren de sobrepeso. Y coincide también con la presentación del nuevo logo de Pepsi y la crítica hacia sus productos, parte de la mala alimentación de los estadounidenses, el país con mayor número de obesos.

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