Luto en el Cuadrilátero

En México, tanto el box como la lucha libre son dos de los deportes con más afición, y con más glorias nacionales. También son los deportes en los que sus representantes son figuras surgidas de la extracción popular, "del pueblo", de "la raza".

En 1934 nació “El Ratón” Macías, uno de los quince hijos de un zapatero de Tepito. Según la leyenda, a los once años se ganó su apodo en una lucha contra un rival de dos metros y cien kilos, del cual trató de escapar cruzándose entre sus piernas como lo haría un pequeño roedor. Pero él mismo diría en una entrevista televisiva, que fue un cronista deportivo el que describió así su ágil manera de escabullirse de los golpes contrarios.
A los dieciocho años se convirtió en campeón nacional peso “gallo” (53,5 kilos), categoría en la que se consagró como campeón mundial al derrotar al tailandés Chamrem Songikitrat el 9 de mayo de 1953.
“Todo se lo debo a mi manager y a la Virgen de Guadalupe”, fue la frase que se quedó en la memoria popular.

Andrés Alejandro Palomeque González, el hombre detrás de la máscara de Abismo Negro nació el 1º. de julio de 1971 en Villahermosa, Tabasco; en la lucha libre debutó en 1990, con la máscara de Abismo Negro no tuvo derrotas en las luchas de apuestas. Su popularidad aumentó también por sus participaciones en programas de revista (los más chafitas, la verdad), donde era conocido como el Fiscal de Hierro, al juzgar con severidad el talento amateur de concursantes de varias disciplinas. Pero su mote más representativo era el de El Rey del Martinete, su especialidad en el ring, donde pocos rudos dominan como él la técnica luchística, y fue característica su juguetona manera de usar un spray en aerosol para quemar a sus rivales. Su importancia en la lucha libre azteca es tal, que incluso le surgió un clon: Black Abyss, con quien tenía una encarnizada rivalidad.

El Ratón Macías murió ayer a los 74 años, a causa del cáncer de próstata. De Abismo Negro aún no se esclarecen las causas reales de su muerte en la madrugada del viernes pasado, cuando regresaba a la Cd. de México de una función en Mazatlán; al parecer murió ahogado en un río, después de bajarse de un transporte público por un ataque de ansiedad, pero otras fuentes citan que murió de un infarto al corazón.

Las muertes de estos populares deportistas enlutan los cuadriláteros mexicanos. Esos escenarios en los que tuvieron sus grandes triunfos, y que son también los escenarios donde el pueblo mexicano descarga la frustración, la impotencia y los sinsabores de su propia lucha cotidiana, la que sienten ganar junto a sus ídolos.