"Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino".
Ap. 6:5.
La luz cegadora le impide distinguir quien habla. Sólo una voz lo guía, lo llama, lo reta. La voz le dicta la razón, le indica qué sentir, lo contiene. Lo convierte en su instrumento. Sumiso, asiente con la cabeza. Cede. Se abandona a la orden. Otra voz dentro de sí le indica el orden de sus frases. Acepta convertirse en marioneta. El juego de voces no lo confunde, alterna las órdenes recibidas y las obedece una a una.
Transmite el mensaje recibido. Sabe que esa es su misión: difundir la verdad, propagar el decreto. La voz -la externa-, le hace saber su satisfacción. Él también está orgulloso de sí mismo, sabe que frente a él hay alguien que lo escuchará y hará obediente réplica de lo que ha dicho. Y la mercancía se agotará en los almacenes, la temporada de rebajas ha comenzado.
4 ideas en tránsito:
Malbi
Tiemblo esperando al cuarto jinete
Saludos pre-apoclípticos
yo también -je-
saluditos pre-cumpleañeros (de alguna forma similares a los tuyos -je, -je-)
Ana Jarvis, estadounidense, fue la promotora del día de la madre el segundo domingo de cada mes, día del aniversario de la muerte de su propia madre. Tuvo un éxito enorme e inmediato. Pocos años después inició un movimiento para cambiar de fecha, en vistas del consumismo desmedido en que se había convertido el festejo... obviamente nada logró y la tendencia continúa, con la puntual ayuda mediática por supuesto...
cierto, no hay fiesta que tenga un origen más noble y que haya sido más desvirtuado (bueno, sí, la navidad, creo), no sabía que había tratado de cambiar la fecha, me imagino su frustración
Publicar un comentario
Ideas en tránsito