La Cruzada de los Niños

Dicen que no pasó, pero si lo fue, fue en 1212, después de la cuarta cruzada. Hay dos versiones, la francesa, con Stephen de Cloyes al frente, y la alemana, con Nicolás. En ambas el niño es pastor, recibe la visita de Jesucristo quien le da la tarea de organizar una cruzada para liberar Jerusalen. La versión francesa dice que el niño primero se entrevista con el rey francés para entregarle unas cartas de Jesús, y es ignorado. Las dos historias coinciden en que la enmienda es organizar un ejército de niños que parta hacia Jerusalen, donde la pureza de sus almas hará huir a sus enemigos, tendrán ayuda divina para sortear las dificultades del camino y el mar se abrirá a su paso, como sucedió con Moisés. Niños pobres que huyeron de la miseria, el trabajo, el hambre y el maltrato partieron en compañía de niños de clase más acomodada que iban en busca de aventura, que seguían su fe o que obedecían el mandato de sus padres nobles, que imaginaban accederían a cargos en el gobierno; hay versiones que dicen eran más de treinta mil niños, que agotados, enfermos y hambrientos, arrasaban con los recursos de las poblaciones a su paso, con lo que se ganaron el recibiento hostil de los lugareños que protegían sus posesiones y cosechas. Por deserción o por muerte, el ejército se vió mermado y sólo dos mil niños llegaron a las costas (de Barbisi, los alemanes, y de Marsella, los franceses), donde rezaron dos semanas para que se abrieran las aguas dándoles paso. Lo cual no sucedió.

El obispo de Barbisi, en la versión alemana, les ordenó rehacer el camino a través de los Alpes italianos para volver a su casa, pero sin ofrecerles medios para hacerlo, con lo que la multitud infantil se dispersó, sin documentarse más sus historias. La de los niños franceses es todavía más cruel: después de las dos semanas de plegarias infructuosas, unos mercaderes les ofrecieron cinco barcos para transportalos a Tierra Santa, dos de ellos naufragaron, muriendo todos los pasajeros infantiles, los de los tres barcos restantes fueron vendidos como esclavos en Alejandría. Hay historiadores que dicen que en realidad no eran niños, sino que una traducción generalizó como pueri -niños- a los peregrinos, pues era la forma de la Iglesia para referirse a la población más humilde.

Por cierto, mañana se celebra el día de los Santos Inocentes en el calendario gregoriano, en remembranza de la matanza de los primogénitos israelitas ordenada por Herodes, tras enterarse del nacimiento de Jesús, quien dijeron sería el próximo rey de los judíos.