Matutino Express y la Protesta Antihomofóbica en Twitter

Todas las mañanas de lunes a viernes, los televidentes que buscan una opción para los noticieros formales, encuentran en Matutino Express las noticias aderezadas con el ingenio y la agilidad mental de Esteban Arce, conocido por el éxito que tuvo en la década de los noventas con el programa El Calabozo, en mancuerna con Jorge "El Burro" Van Rankin. Desfachatados, irreverentes y con una frescura inusual, marcaron un camino para nuevos entretenedores como Facundo, Omar Chaparro y otros de estilo similar. Pero desde entonces había críticas por el trato vejatorio que daba a personas con discapacidad intelectual moderada que acudía como público a su programa (fue ahí donde empezó el abuso hacia el ahora comediante Sammy), y de los excesos en las bromas, burlas y comentarios a invitados y colaboradores. Tras el éxito inicial, con el paso de los años perdió frescura y público y los dos conductores perdieron protagonismo, hasta que hace más de tres años Arce quedó al frente del programa que continúa con la línea que inició Víctor Trujillo con su personaje Brozo, en el canal 4 de Televisa y con un horario matutino, y que es la de presentar las noticias con humor y de una manera que se aleja de la formalidad de otros espacios. Sin embargo, mientras que con Brozo llegó a Televisa una apertura necesaria y acorde con el cambio que parecía llegar en el país, con Arce, Televisa regresa nuevamente al conservadurismo hipócrita. Defensor efusivo de la Iglesia Católica, Arce arremete casi en cada emisión contra la homosexualidad, esgrimiendo argumentos tales como "son una aberración de la naturaleza", "son anormales" o "son desviados". La descalificación incluye burlas a personajes de la cultura popular abierta o pretendidamente homosexuales, albures con sus compañeros de equipo, críticas agresivas a medidas como la ley de unión de convivencia, matrimonio entre homosexuales o adopción por parte de parejas de un mismo sexo, y como se aprecia en este video, negativa rotunda a los argumentos de otra posición contraria a la suya.

Pero no es sólo contra la homofobia que se pronuncia Esteban Arce, aduciendo información tendenciosa, sesgada y parcial, también contra el aborto, la despenalización de éste y la no criminalización de las mujeres que deciden sobre su cuerpo; al igual que contra la educación laica, los derechos humanos de minorías sociales, la posición abolista contra de la pena de muerte, la eutanasia, y otros temas que chocan contra su posición ideológica conservadora. Es decir, no sólo editorializa, mal común en casi todos los espacios informativos, sino además desinforma para sostener sus posiciones. Y exhibe cotidianamente una conducta discriminadora, sexista, misógina y clasista. Matutino Express es un muy mal programa informativo, no hay labor periodística relevante, las noticias son leídas directamente de páginas de diarios como el Publimetro, que se reparte gratuitamente en los cruceros; sus reportajes consisten en encuestas o sondeos a peatones en diferentes calles de la ciudad; rellenan el tiempo con bailes, bolitas sobre las botargas de anunciantes, videos bajados de Internet o bromas a los trabajadores del estudio de televisión. Además de Arce, quien sí tiene algo de gracia y agudeza verbal, el cuadro de conductores es bastante mediocre y se dedican, sin aportar casi nada al tema que se trata, a seguir la pauta que él marca, prueba de ello es cuando ninguno puede discutirle sus necedades o lograr que se calle o sea prudente. Un segmento de noticias presentadas con mayor seriedad corre a cargo del periodista Eduardo Salazar, quien ganó un poco más de credibilidad ante el público después de cubrir el conflicto armado en Irak.

El día de hoy, se propagó por Twitter el video en que discute con la sexóloga y el topic #EstebanArcefueradelaire, a manera de protesta por sus declaraciones homofóbicas, a media tarde se difundía su perfil en la página para contestar algunos mensajes (socarronamente, al inicio), admitiendo después que había tomado mal el debate y anunciando que fijaría su posición en una entrevista con la periodista Yuriria Sierra (en el canal televisivo de Slim). Incluso Azcarraga Jean dijo en Twitter que se tomará en cuenta la actividad de la polémica, pero refirió en una nueva cuenta de Twitter a un Esteban Arce que dijo era el verdadero, y que, curiosamente, se muestra aún más intolerante que el de la cuenta falsa.

Enseguida llegaron también los argumentos de que mejor se apagara la televisión y se abriera un libro, de que no merecía tanta atención y que hay problemas más graves como el hambre, el desempleo y el largo etcétera que todos sabemos como para ocuparnos de sus declaraciones; además de los que lo defienden por admirarlo (en un par de horas tenía 700 seguidores en la cuenta que resultó espuria y que desapareció al anochecer), también hubo quien criticó la intolerancia hacia él y quien alzó la ceja ante un supuesto linchamiento mediático.

Y es aquí donde entra la reflexión: no tengo nada en contra de abrir un libro, pero, ¿por qué se debe considerar el apagar la televisión como única opción ante la mala calidad de la programación?, la televisión es un medio que puede tener un buen uso, exigir calidad en los programas que transmite es un derecho que tenemos los televidentes, además del de tener acceso a un entretenimiento e información adecuados, sanos y constructivos. Otro argumento que a veces logra desviar la atención de un asunto en apariencia menor es el de decir que hay cosas más importantes que tratar. Siempre hay cosas más importantes y más perentorias, pero, ¿realmente es buena idea no curar una infección leve para sólo voltear hacia la enfermedad terminal?, y no porque crea que es leve la desinformación a la que se expone diariamente la audiencia televisiva, ni tampoco que sean leves las consecuencias, finalmente, esos televidentes son también los que acuden a las urnas, a las taquillas de espectáculos populares, los que se cruzan en las calles con quienes sólo leen libros y sólo aprecian los eventos artísticos y viajan junto a ellos en un microbús o en un avión. Y cada acción de ellos repercute en la sociedad entera, así que también debiera preocuparnos que mensaje recibe el que no apaga la tele. (Lamentablemente) la televisión educa (aquí una muestra de cómo hay gente que sí lo toma como líder de opinión, chequen los comentarios de esta página).

Y exigir que una persona que ocupa el lugar de un periodista o de un comunicador en un espacio informativo, para difundir información equívoca, tergiversada o manipulada para defender su ideología personal, y transmitir su odio, deje el espacio para un profesional de la comunicación, no es un linchamiento ni es acto de censura cobarde e intolerante, es el reclamo hacia la empresa televisora para que vigile el contenido de sus emisiones y respete la inteligencia de su audiencia.