Así es: resucitamos los paseos dominicales y lo hacemos justo en este Domingo de Resurrección, y lo hacemos con la leyenda del Cristo Negro, imagen que se encuentra en la primera capilla ubicada a la derecha de la nave principal de la Catedral Metropolitana, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, edificio que, por sí mismo, amerita todo un paseo cualquier día de la semana, pues es la más grande de Latinoamérica y su edificación se hizo a lo largo de tres centurias, empezando por el día en que Hernán Cortés colocó la primera piedra -tomada del mismo Templo Mayor de la Gran Tenochtitlán, después de su destrucción- justo en el cruce de las calzadas que conducían al centro espiritual de la ciudad azteca. Tanto en su fachada como en el interior, los elementos barrocos y neoclasicistas le dan una riqueza artística digna de admirarse.
Pero volviendo al cristo negro de rodillas dobladas, su imagen da pie a una leyenda curiosa, aunque lo más curioso es que existan de ella por lo menos dos versiones, permítanme contarles la primera que yo escuché, y que coincide con lo escrito en el libro Los cristos negros de México (Ed. Paulinas):
Un obispo muy querido por sus obras altruistas, es tratado de asesinar por un enemigo que unta de veneno los pies de una imagen de Jesús en un crucifijo, que todas las mañanas eran besados por el clérigo. Cuando, en su gesto habitual, el obispo trata de besar la imagen, ésta recoge sus pies para evitar el beso reverencial y absorbe el poderoso veneno tiñéndose de negro. El enemigo, que observaba todo para presenciar el asesinato, al ver el milagroso acto se arrepiente y confiesa su crimen, pidiendo perdón, el cual le es concedido.
Una variante de esta versión, en la que el enemigo es un ladrón confeso de un robo, que ante la exigencia para que devuelva el botín prefiere matar al sacerdote al que hizo la confesión, se puede leer aquí. El pueblo creyente, al enterarse del milagro, comenzó a llamar al cristo: "El señor del veneno".
Pero hay otra versión, recogida por Artemio Valle Arizpe, el escritor, historiador y cronista oficial de esta ciudad, en su libro Historia, tradiciones y leyendas de las calles de la Ciudad de México, en donde pone nombre y apellido a los protagonistas de la historia, aunque el hombre altruista no es un clérigo sino sólo un hombre muy piadoso, Don Fermín Andueza, y el que intenta asesinarlo es un hombre de igual alcurnia, Ismael Treviño, que, celoso de su popularidad o envidioso de su riqueza, decide envenarlo con un pastel que hace llegar a su residencia, para que sea consumido durante el desayuno, y para asegurarse y disfrutar de su muerte, sigue en su paseo habitual que culmina en el templo de la calle Porta Coeli (hoy Venustiano Carranza), frente a la imagen de un cristo, del que besa sus pies ensangrentados con devoción. El cristo, tras el beso, absorbe el veneno para salvar la vida del generoso hombre, ennegreciéndose como si hubiera sido tallado en ébano. También en esta versión el frustrado asesino se arrepiente y obtiene el perdón.
Dice la misma historia que una veladora inició un incendio en el que se quemó la imagen, y que la actual que se exhibe en la Catedral Mayor es la copia con que se reemplazó. Actualmente, el culto continúa en el Templo de Porta Coeli, en donde, otra imagen idéntica permite venerar al Señor del Veneno en su lugar de origen.
Y para terminar este paseo, me ayudo de Serrat -gracias a un comentario de mariajesúsparadela, que me recordó la musicalización que hizo al poema La Saeta, de Antonio Machado- para recordar la fe de mis mayores; espero lo disfruten tanto como yo.
6 ideas en tránsito:
post super interesante... graias por copartirlo con nosotros!
Bichi
Mira tú, no me sabía la interesante historia del Señor del Veneno.
Siglos ha, que no me paro en la Catedral Metropolitana; nomás de acordarme del Gánster -Norberto Ribera- que la tiene acaparada, casi como si la regenteara, se me revuelve el estómago y el poco rastro de ilusa Fe que aún tuviera, se me diluye
@Javier
qué bueno que te pareció así
=)
@marichuy
yo fui hace unas semanas -por primera vez!!!-, fui con alguien que la conoce bien y me impresionó lo bella que es
es curioso, cuando mi papá nos llevaba de paseo, lo primero que veíamos era el interior de las iglesias para admirar el trabajo artístico, también en semana santa aprovechábamos para ver la celebración y las misas del pueblo que visitábamos, pero justo en la catedral de mi ciudad no había entrado
tampoco he subido a la torre latino, cosas que pasan cuando la rutina te hace obviar las bellezas de tu localidad, no?
Pues yo creía que estaba negro porque la corona de espinas no se la pusieron lo suficientemente ajustada y se le había bajado al cuello ocasionando que la piel tomara ese tono oscuro.
Y despues sucedió lo que pasa con cualquier muerto por asfixia: se defecó (esto es un dato que cualquiera que sepa algo de medicina puede corroborar y no es algo que aparezca en las películas de Hollywood), así que eso hizo necesario la inclusión en el cadaver del gran pañal rojo y las piernas encogidas y muy juntitas, para evitar embarramientos.
¿Que MALBICHO? No me mires tan feo. Tu fuiste la que empezaste a compartir cuentos ¿que no?
Saludos.
El Chanate.
@El Chanate en el anonimato
HOLAS!!!!!!!
y luego dices que chuchito no hace milagros!!!, si fue el que te trajo hasta aquí -je-, dichosos los ojos que te leen, chanatiux, y mira que venías inspirado, eh?, hasta un guión de joligud te aventaste
y nadie te mira feo, soy una devota del arte y las tradiciones -así vengan de la fe y la religión-, pero aquí tu ateísmo no espanta a nadie
eso sí, te agradezco vengas a armar la polémica aquí...ya ves que eso siempre acarrea visitas y centenas de comentarios -je, je-
te mando un abrazo fraterno, un gustote leerte aquí (de saber que vendrías te tendría un pastel)
Gracias por el abrazo MALBICHO "SYNTEK" (lo digo por lo del pastel). Y no, no creo que sea algun milagro, principalmente por dos razones
1.- Seguido visito tu changarro
2.- No existen los milagros. Todos son trucos y propaganda exagerada.
Saludos y por favor visita el mirador de la Torre Latinoamericana. Esta chido. Por lo menos eso me pareció a mi.
Chanate.
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