domingo, 12 de agosto de 2012

Paseo Dominical a Nuestro Pasado Olímpico: México 68


Terminan hoy los Juegos Olímpicos en Londres, donde deportistas de todo el mundo intentaron superar sus propios límites; muchos lo lograron y además superaron los límites de los demás, esos serán los recordados por la historia al colocar su nombre entre los ganadores de medallas y poseedores de marcas olímpicas; otros más vencieron sólo sus propias marcas y su logro será recordado por los que son cercanos a ellos y quedará en los registros locales; otros muchos tendrán la satisfacción de haber representado al país y figurar entre los mejores del mundo, y sabrán que eso es un gran triunfo aunque muchos los consideren perdedores. Porque clasificar a unos juegos olímpicos ya es ser parte de una élite de deportistas de excelencia, y eso sólo lo pueden presumir muy pocos. 

En el caso de nuestro país, particularmente, tiene un doble mérito, porque carecemos de una cultura del deporte y los escasos triunfos que se tienen a nivel internacional son, generalmente, resultado de esfuerzos personales, por parte de personas tan inspiradas y automotivadas que no sólo cubren la mayor o la total parte de los gastos que su actividad deportiva acarrea, sino además lidian con toda la falta de cultura e infraestructura para practicar la disciplina que eligieron. Es fácil criticar la falta de medallas o las participaciones que aparentemente no obtuvieron triunfos memorables, pero la realidad es que inclinarse por la práctica profesional de un deporte, en este país requiere de algo más que disciplina, requiere de vocación para el martirio pues no se encontrará el apoyo necesario. Recuerdo lo que decía la madre de uno de los ganadores de caminata en los juegos de Sidney 2000, cuando una televisora la comunicó por teléfono con su hijo (Noé Hernández, que acababa de obtener la medalla de plata) y la señora le pedía perdón por no haberle dado lo suficiente, recordando cuando sólo le daba cinco pesos para su pasaje y después de abordar un camión en Chimalhuacán, él tenía que caminar todo el camino restante, atravesando buena parte de la ciudad hasta llegar a su lugar de entrenamiento, para lo cual salía de su casa a las cinco de la mañana para poder llegar a tiempo.

Los juegos olímpicos nunca han podido sustraerse a las intenciones políticas de sus participantes y sus organizadores, a pesar de que fueron reorganizados para fomentar la fraternidad entre naciones y la amistad deportiva, han reflejado los tiempos políticos que los acompañan. Así, Jesse Owens parece desafiar la supremacía aria que anunciaba el régimen de Hitler en Berlín 36; México 68 no muestra la protesta estudiantil (ni la represión que tuvo objeto) pero no puede evitar la manifestación del Black power; el terrorismo secuestró la fiesta olímpica de Múnich 72 y la guerra fría se adueñó de las primeras de los 80´s, así como el dinero le ganó al sentimiento cuando se celebraron los cien años de las olimpíadas de la era moderna en Atlanta y no en Grecia, su cuna ancestral. Londres 2012 demuestra en su inauguración el orgullo por su hegemonía sobre el desarrollo y la cultura occidental pero durante los justas deportivas se manifiesta justo que las hegemonías pueden romperse, así el sorprendente Usaín Bolt rivaliza con Michael Phelps el lugar del mejor atleta (ambos con logros deportivos extraordinarios), señal de que el poderío estadounidense puede ser quebrado por una pequeña potencia deportiva a la alza, de un país pequeñito que produce grandes atletas sin tener todo un aparato de fabricación de ganadores olímpicos en serie (o una maquiladora, como la que parece tener China).

Y volviendo al año de 1968, los Juegos Olímpicos en México marcaron un antes y un después en la organizacíón de los juegos, pues las ceremonias de inauguración y clausura fueron humanamente emotivas, y el pueblo mexicano se involucró mucho en la fiesta olímpica, por ejemplo, en la inauguración invadió el campo deportivo para saludar a los deportistas y su apoyo fue fundamental para que el competidor mexicano de caminata remontara del tercer lugar con que entró al estadio universitario, al segundo lugar, ganando la plata.

Entre otras anécdotas, no sólo el Movimiento Estudiantil fue un posible obstáculo para la celebración de los juegos, también hubo países que trataron de boicotear la participación de la URSS amenazando con no participar si ese país lo hacía, en protesta por su invasión a Checoslovaquia, y también hubo una campaña internacional que exigía que se le quitaran a México los juegos, no nada más porque era un país subdesarrollado, sino también porque se consideraba que la altura de la Ciudad de México era inadecuada para el óptimo desempeño deportivo, asegurando que para que los atletas visitantes se pudieran adaptar al pobre oxígeno deberían pasar seis meses y que no se podía esperar que se rompieran récords olímpicos sin provocar daños graves o fatales a los deportistas. Tuvo que hacerse una miniolimpiada previa para que los países participantes comprobaran que no era cierto. Finalmente se rompieron 22 marcas olímpicas.

Aquí una imágenes que rescatan a la fiesta del olvido, para la rememoranza de los más viejos, y el descubrimiento de los más jóvenes (click en cada una para ampliar):

 La ciudad vestida de fiesta, para la fiesta olímpica:

El antiguo edificio del Banco Internacional, después Bital

El edificio de los Bonos del ahorro nacional, frente a la glorieta de Cuauhtémoc
(hoy se construye un complejo inmobiliario de lujo, ahí)

La fuente de Diana

La avenida 20 de noviembre, entrada hacia el Zócalo
El logo y el pueblo, identificándose con la fiesta:




El logo de Lance Wyman, autor de la iconografía... y él mismo ícono del diseño 

La ciudad vestida de fiesta, con los distintivos globos olímpicos, parte de la decoración citadina ideada por el equipo de Wyman:





El diseño urbano, módulos e identificaciones:






La famosa e innovadora iconografía de las disciplinas deportivas:



Otro elemento del diseño urbano que buscaba identificar las sedes olímpicas: el piso pintado con un novedoso diseño óptico:

Vista aérea del Estadio Azteca, inaugurado dos años antes

El Estadio Universitario en CU

El piso azul del Estadio Azteca, y la estatua "Sol rojo y sombrero" que se volvió su identificación,
la estatua era parte de la Ruta de la Amistad, exhibición escultórica al aire libre en diferentes vías


Las hermosas y memorables edecanes de la olimpiada, que incluso han inspirado obras teatrales
(a raíz de la muerte de una ellas, Regina, en la matanza del 2 de octubre)

Otros elementos de la decoración urbana, que no se le atribuye a Wyman, fueron "Los Judas", gigantescas esculturas que representaban las diferentes disciplinas deportivas y que se encontraban en las principales avenidas:





La gente y las figuras notables:

El ambiente en la inauguración

El Black power, los dos deportistas manifestaban su protesta por la discriminación racial
y su apoyo a las protestas reivindicativas de los afroamericanos.
Ambos deportistas sufrieron marginación y repudio a su regreso a Estados Unidos

El representante de Túnez, durante la inauguración

Norma Enriqueta Basilio, la primera mujer en encender un pebetero olímpico

Vera Caslavska, gimnasta rusa que se robó el corazón de México al usar el Jarabe Tapatío para su ejercicio de manos libres, también aprovecharía su estancia en el país para casarse en la Catedral

El Tibio Muñoz, ganador del oro en natación

La realidad: protesta estudiantil semanas antes de los Juegos Olímpicos, anunciados en la fachada de la tienda departamental Liverpool, en Insurgentes y Félix Cuevas.
La nota de una revista muestra el tratamiento que la prensa daba al Movimiento Estudiantil del 68

Fuentes de la mayoría de las imágenes: La Ciudad de México en el tiempo y Juegos de la XIX Olimpiada México 68. Dale click a cada imagen para ampliarla.

8 ideas en tránsito:

Unknown dijo...

El tiempo y los juegos de la XIX Olimpiada, en un México DIFERENTE Y LEJANO, MÁS SERENO, pero siempre más que dispuesto a dar la mejor cara, aún ciñéndose a la máscara del fuego pacificador que exorcisaba, de algún modo, la rebelión, o conseguía porponera...

malbicho dijo...

fritzio:
muy interesante tu comentario... a mí me da la impresión casi contraria, de hecho me parece que hay similitud con los tiempos actuales, en los que la sociedad civil insiste en la resistencia y los más jóvenes otra vez son los más combativos, al igual que también los medios y el sistema insisten en mostrar otra cara y ocultar a la vez que satanizar las protestas (logrando que gran parte de la población no las vea o no las secunde)... ya no lo puse porque no quería que el artículo se extendiera, pero quería poner que en la actualidad hay también muchas voces que critican la atención que se le prestaron a los recientes juegos olímpicos, diciendo que son enajenizantes o una cortina de humo para evadir la realidad social, al igual que en ese tiempo (yo creo que la difusión del deporte es necesaria para fomentar precisamente una cultura deportiva, tan necesaria y tan deficiente en nuestra sociedad)

saludos!!

Nuda dijo...

Estimada Mal he venido desde Twitter a leeros, sin duda haré vueltas después.

malbicho dijo...

Nuda:
feliz de poder leerte aquí también y ansiosa de volver a recibirte, mil gracias por tu visita y tu comentario

bienvenida al blog!

=D

Anónimo dijo...

Solo una cosa una foto es de la expocision de essex. este andy me va a matar cuando sepa donde fueron a para sus fotos

malbicho dijo...

No te quiero causar problemas ni molestias, dime cuál o cuáles son las imágenes de tu pertenencia y las retiro del post.

Te ofrezco disculpas y espero tu respuesta.

Saludos cordiales.

Diana. dijo...

Buenísimo post, como siempre.

Un abrazo.

malbicho dijo...

gracias Diana =), te mando abrazo

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