viernes, 6 de diciembre de 2013

Mandela


"Reconciliar las aspiraciones de los negros con los temores de los blancos".
Nelson Mandela, después de salir de la cárcel tras 27 años, respondiendo a la pregunta "¿cuál será su fórmula?.


Si no me hubiera gustado tanto el rock en la adolescencia, a los quince años no me hubiera enterado de que Pat Benatar, U2, Peter Gabriel, Bob Dylan, Lou Reed, Bob Geldof y otros de mis músicos favoritos participaban en un grupo musical en contra del apartheid en Sudáfrica. Pero afortunadamente era una enajenadita que oía, comía y respiraba rock, y me bebí toda la información que pude sobre ese grupo formado por varios artistas afamados, reunidos bajo el nombre Artists United Against Apartheid. para cantar Sun City, en un esfuerzo parecido pero a la vez, muy distinto de We are the world, pues esta vez se pedía libertad, no caridad, crear conciencia, no chantajes. Así supe de Nelson Mandela. Y su lucha y su ideología se volvieron un referente para mí. Me asomé a la madurez siguiendo su labor democratizadora. Era la segunda mitad de los ochentas, la democracia parecía ganar batallas importantes: Berlín dejaba caer el muro, la Perestroika empujaba a una apertura en el régimen socialista, Solidaridad daba esperanzas de un cambio democrático en Polonia y se votaba en contra de Pinochet en Chile.




Nelson Mandela y Lech Walesa eran los nombres emblemáticos que se relacionaban a la libertad y la democracia, a derechos humanos y a la cultura del disenso. Exigir su libertad era parte de ese compromiso social que se gestaba en mi incipiente consciencia. Entre canciones de Silvio Rodríguez y consignas contra las autoridades, mi interés por Mandela se había ido cimentando,  Siempre lo admiré más que a todos, era un héroe contemporáneo. Cuando salió de la cárcel y no persiguió la venganza, sino todo lo contrario, fomentó la reconciliación entre una sociedad dividida por el apartheid, y refundó un país destrozado por la confrontación racial, quedé todavía más imantada por su personalidad. No se aferró al poder, no se aferró a la revancha, pero tampoco abandonó la memoria, no fue una amnistía, buscó se recordara la infamia y se honrara a las víctimas. Luego se dedicó a luchar contra el SIDA, a favor de los niños, a favor de la democracia que sembró. Y cada vez, la admiración por él crecía. Las ganas de ser, un poco, como él.



No podía vivir por siempre, noventa y cinco años ya fueron bastante regalo a la humanidad... pero deja un hueco tan grande que es difícil hallar contentamiento. ¿Cuándo surgirá otro como él?

Les dejo un enlace una entrevista con su biógrafo, John Carlin, en un artículo que se titula "El Nelson Mandela que yo recuerdo", donde lo describe generoso, lúcido, grandioso... "el más grandioso que haya jamás conocido". Me hubiera gustado usar ese título: "El Mandela que yo recuerdo... el que nunca olvidaré".

3 ideas en tránsito:

Ulisses P. Bolon dijo...

Malbicho querida,

Sé que sonará muy extraño esto que voy a decir pero... ojalá no volvamos a tener otro Mandela!. Eso sólo significará que la esclavitud volvió.

malbicho dijo...

si no tener otro Mandela significa que se han superado todos esos atavismos, yo también deseo que no haya otro... mientras quedan tantas luchas por ganar, espero haya cientos, por lo menos uno por cada una de ellas, de otra forma no veo cómo logremos obtener un mundo más justo

y mientras haya que comentar estos temas, u otros más felices, espero seguir teniendo la oportunidad de leerte y saludarte, me da un enorme gusto volverte a encontrar aquí, eres uno de los pilares de este blog, sabes que no hubiera Fanzín sin ti Ulisses, gracias por volver y gracias por ese saludo, que me devuelve la alegría

recibe un abrazo profundo, felices fiestas!

Anónimo dijo...

nelson mandela !!! el que entendio la verdadera enseñanaza de la lucha contra la discriminacion mil respeto por ti y por los que hoy queremos la paz aun si esperemos la paz moriremos de hambre !! :( :(

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Ideas en tránsito

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