El Rito de Una Buena Taza de Té

"El hombre bebe té porque le angustia el hombre. El té bebe al hombre, la hierba más amarga"

Guido Ceronetti.

La leyenda cuenta que el emperador She Nung (2737 a. C.) se disponía a dar un paseo en una tarde otoñal por el bosque y beber una taza de agua hervida, pues se había enterado que en unas partes de su imperio en que se tenía esta costumbre, padecían menos de viruela; descansando bajo la sombra de un árbol de té, las hojas secas cayeron sobre el agua caliente y el emperador percibió un aroma agradable y un sabor tan grato como reconstituyente.

Otra leyenda japonesa dice que Bodhidarma se molestó tanto por quedarse dormido durante una meditación, que se cortó los párpados para que no le volviera a pasar, y fue de esos párpados caídos de los que nacen las plantas cuyas infusiones quitan el sueño.

Pero la nacionalidad del té están en debate, disputándose entre las naciones de China e India, y según investigaciones, esto es porque el sitio de origen es el Valle de Assam, fronterizo en ambos países. El té es quizá la bebida más consumida en el mundo, y cada país y cada cultura tiene sus propios ritos: los chinos lo toman verde; los hindúes le añaden leche y especias; los árabes lo prefieren fuerte y con menta; los rusos lo preparan concentrado en un samóvar (como los argentinos en un mate); los ingleses le dedican un horario especial, los budistas toda una ceremonia y los franceses lo perfuman.

La planta del té tiene tres variedades botánicas, pero actualmente en todo el mundo se hacen infusiones de hierbas, especias, flores o frutas que popularmente también son considerados tes, y en cada cultura se les ha dado un simbolismo y un uso médico o místico particular.