lunes, 20 de septiembre de 2010

Cruda Bicentenaria


No creo ser la única que amaneció este jueves con la garganta irritada, el estómago revuelto y la cabeza como dentro de la secadora de ropa. Tampoco creo que haya sido la única en desear mantener los ojos cerrados a la realidad un ratito más. Por lo menos sé de uno que supongo quería que ese 16 de septiembre se pasara más rápido, poder esconderse de todos y olvidarse de la fiestecita: Don Jelipillo Calderas (FeCal, pa´ los cuates). Al final el costo de su noche mexicana se elevó a 580 millones de pesos (más IVA), con los que se pagaron los bonitos cuetes, los carros alegóricos, el vestuario, los carritos camoteros y todo lo que viste por la tele. La celebración total nos costó 280 millones, ¿de pesos?, no... ¡de dólares!, que contrastan con los 30 que se invirtieron en el bicentenario de la Independencia de Chile, que se festejó y conmemoró de forma austera en ese país, el cual tuvo un año muy castigado por desastres ocasionados por la naturaleza y errores humanos; sin embargo, el país chileno se encuentra en su mejor momento económico en toda su historia, y el ingreso promedio de sus habitantes es el mayor de toda América Latina, por el contrario a lo que ocurre en nuestro país, que a pesar de los constantes mensajes y cifras optimistas que se esfuerzan en repetir nuestros gobernantes para que entendamos que la economía ya va en ascenso, simplemente no se refleja en los bolsillos del ciudadano en las calles, con lo que el contraste del presupuesto destinado al festejo es todavía mayor. Encima, la fiesta anunciada como "la más grande del mundo en este año" no dejó contenta a la mayoría, pese a que hubo algunas cosas espectaculares y muy lucidoras, no fue un espectáculo a la par de los eventos mundiales que los organizadores extranjeros tienen como respaldo en sus currículums. Además de que las pocas obras públicas conmemorativas son el mayor ejemplo para resaltar la falta de planeación adecuada, siendo la muestra principal el monumento "Estela de luz", que se consideraba sería la obra referencial de este bicentenario, y estará listo hasta el final del año próximo por no tener las condiciones de cimentación adecuadas y el retraso en la entrega de los materiales para el haz luminoso, con la consiguiente duplicación del presupuesto inicial (y es que también son re-exigentes, si sólo se estuvo esperando esta fecha 200 años, ¿cómo quieren que se tenga todo listo al mismo tiempo?, tiene razón Lujambio, es una irresponsabilidad apresurar las cosas, mejor hacer las cosas bien aunque se tarde un poco más... yo creo que ese es también el argumento para retrasar tanto la democracia, la justicia y la equidad social: ¿para qué apresurarse tanto?, mejor ir lento pero pisando fuerte y responsablemente); al igual que el Parque Bicentenario en lo que era la Refinería 18 de Marzo, y que por falta de árboles no se pudo concluir a tiempo, el Archivo General de la Nación, que no verá la luz antes del 2012 (si es que no se acaba el mundo antes) y el Museo del Cine Nacional, que de plano se tuvo que cancelar. Es inevitable comparar nuevamente el Centenario y el Bicentenario en desventaja de éste, pues en el primero se realizaron 1 419 obras que se empezaron a inaugurar desde el primer día del mes patrio; aunque tampoco estuvieron listas todas, pues el Palacio de Bellas Artes se inauguró hasta más de veinte años después. Sin embargo, la pregunta más formulada en estos últimos meses (¿Hay algo qué celebrar?) habla también del descrédito que este gobierno ha tenido desde el inicio de su gestión, desde un principio cuestionado por la legitimidad tras un proceso electoral manchado por la falta de transparencia, lo que alimentó la duda y el reclamo del grupo contendiente encabezado López Obrador, y seguido por cientos de miles que todavía consideran ilegítimo el resultado oficial. Esta crisis de credibilidad se vio también durante la crisis sanitaria por el virus de influenza H1N1, que todavía sigue sin convencer a una buena parte de la población que fue real, y que en su momento provocó una rebeldía hacia las medidas tomada, así como una serie de especulaciones y teorías de conspiración (lo cual hubiera podido tener consecuencias de extrema gravedad). En la actualidad, la única acción que había logrado una aprobación mayor, se ha convertido en la crítica más aguda contra el gobierno calderonista: la guerra contra el narcotráfico, pues ante la opinión pública no justifican los aparentes aciertos, la tremenda cantidad de víctimas civiles y el clima cada vez más sofocante de inseguridad. Ahora, ese descrédito se refleja en la inconformidad por la manera en que se apropió de un festejo por eventos históricos que no combinan con su plataforma ideológica (como botones de muestra, la nueva polémica sobre la carta que envió a cada hogar mexicano, y en la que "desglosa" el significado del Escudo Nacional desde su punto de vista judeocristiano y usar a un traidor revolucionario como modelo de la colosal estatua con que se "homenajea" a los héroes anónimos... ¿dónde están los defensores de los símbolos patrios que apenas hace unos días se rasgaban las vestiduras por una caricatura?), y se refleja, también, en la falta de ánimo y entusiasmo por la fiesta, tan fallida y tan mal recibida como su canción emblema, que luego se desdijeron ante tanta crítica negando que fuera el tema oficial (del cartel oficial de plano ya no se habló nunca... ¿o será que se perdieron sus menciones entre los de los carteles del narcotráfico?). Y es que, de ese ramplón "shalalá", al "te quedó grande la yegua", a mí gusto el segundo queda mejor como himno bicentenario calderonista, ¿no creen?.

7 ideas en tránsito:

jinshio dijo...

shalalale! que circo más feo, costoso y sin pan
:´{ mira nada más que Hidalgo quiere su rebanada
y el pillo rateron no le da

muy buenos días :)

marichuy dijo...

Mi Bichi

Lo bueno es que a vivir en la Cruda Realidad ya estamos acostumbrados los mexicanos. Y sobre la cruda Bicentenaria, te diré: ya estoy empachada de la palabrita Bicentenario, harta es poco...

Lujambio está a tono con Jelipe, ignorante y contradictorio: anoche salió con la novedad de que el Coloso siempre no es cierto que está inspirado en el Guajardo sino que es alguien "sin nombre ni apellido", cosa que contradice al autor de la obra... ¿por cierto, cuánto cobraría por semejante esperpento? Al final va a resultar que nuestro amigo Uncornio tiene razón: lo único salvable del fiestón bicentenario hollywoodizado fueron los fuegos artificiales... efímeros como la dicha inicua de la celebración.

Y el país seguirá como va (del carajo), si no es que peor, con o sin "obras bicentenarias" (si es que algún día las terminan)

marichuy dijo...

Bichi, no tienes corazón:

Ya venía yo, lágrima viva y todo, a gritar GOOOOOOOOOOOOOOOOOOYAAA y nanais que me la quitaste. Regreso ¿el miércoles que es el mero día del festejo?

malbicho dijo...

@marichuy
jajaja

es que se me olvidó programarla pa ese día -je-

yo también salvo del festejo los maromas que hizo para no repetir tal cual el grito de Hidalgo en Dolores... con tal de no gritar "muera el mal gobierno" hasta se le fue la voz -je-

@jinshiO
shalalales!!!! -je, je-

pan y circo... nunca tan bien aplicado, verdad?

Persephónē dijo...

mal bicho no me canso de leerte!

gracias por escribir al pueblo! xD


ya chole con el bicentenario a mi tambien ya me tienen hasta %/%& dicen que hacen y nomas no hacen nada! en cuanto a la cruda tomate un suero de sidral con agua mineral xD

malbicho dijo...

@ℓμ¢ιәямαgα:
ja, ja... voy corriendo a la tiendita por esos chescos, lo bueno de todo es que ya prontito dejarán de decir bicentenario y dirán centenario a medida que se acerque el aniversario de la revolución -je-

gracias por tus visitas y tus comentarios, qué gusto me da que por lo menos a ti te complace lo que pongo

=)

RBC dijo...

Saludoss por el bicentenario de México.

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