"Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña".
Kevin Carter.
Tal vez la historia la conozcan así:
Un fotógrafo ganó el Pulitzer por la foto de una niña víctima de hambruna, que se arrastraba hacia el centro de abastecimiento a diez metros de distancia, con un buitre detrás esperando ansioso su muerte para devorarla, el fotógrafo se suicidó después al no soportar la culpa por no haberla ayudado.
Así nos la han vendido. Y lo creímos todo. ¿Por qué?, quizá porque es más fácil expiar nuestras propias culpas al ver a otros pagarlas. Porque es difícil estar ante esta fotografía, en un sofá viendo la tele o frente a la pantalla del computador, con el estómago sin gruñir de hambre y con los labios sin partirse por la sed. Entonces, es un alivio acusar al fotógrafo de indolencia, de indiferencia, de frialdad: "¿Por qué no la ayudó?", nos preguntamos. "¿Cómo no la salvo?", nos decimos indignados, quizá realmente convencidos de que, de estar en su lugar, nosotros sí lo hubiéramos hecho. Quizá por eso su suicidio nos reconforta un poco... claro, y es que no es posible ser tan inhumano... tarde, pero lo alcanzó el remordimiento al final... porque la culpa de ser también un buitre a la caza de la foto llegadora, efectista y climática fue más fuerte.
Pero la historia no fue así.
Kevin Carter era miembro de un grupo de cuatro fotógrafos dedicados a retratar los conflictos de la Sudáfrica durante el apartheid (The Bang-Bang Club), ya había recibido anteriores premios importantes por su labor fotográfica antes de ganar el Pulitzer en 1994, incluso no era el primero del grupo en ganar el importante premio (su amigo Ken Ooesterbroek, considerado el mejor fotógrafo de su generación, ya había ganado uno en 1991); sus compañeros y él retrataban la brutalidad de la segregación racial en el marco de la rebelión en los guetos, se distinguían de la mayoría de periodistas gráficos que hacían la misma labor, por tener la piel blanca y una total entrega a su labor, sin importar el riesgo que corrieran (su lema era "primero está la foto, luego la seguridad"), de ahí el nombre que recibieron. Ejecuciones públicas, linchamientos, incendios provocados y tiroteos entre bandas o guerrillas, fueron algunos de los eventos que mostraban al mundo la violencia de los suburbios sudafricanos a causa del apartheid, para su exhibición y condena.
Tanto para aliviar la tensión de su profesión, como para ganarse la confianza de los guerrilleros con los que debían de tratar, los jóvenes fotógrafos fumaban marihuana y una mezcla más peligrosa: la pipa blanca, que mezclaba la yerba con tranquilizantes químicos, y que tiene efectos mucho más nocivos. Carter tenía, además, una personalidad muy conflictuada, con tendencias suicidas que años antes lo habían llevado a un intento fallido por terminar con su vida. Estaba también la exposición casi sistemática al riesgo de ser una víctima mortal de la violencia que retrataban.
En mayo del 93, Carter y uno de sus compañeros viajaron junto con una comitiva de las Naciones Unidas a Sudán, para capturar imágenes sobre la hambruna provocada por la guerra civil. En una escala hacia su destino final, pararon en la aldea de Ayod. Ahí, mientras la comitiva entregaba alimentos en un centro de abastecimientos, los dos fotógrafos aprovecharon al máximo los minutos que tenían para buscar imágenes, su amigo trató de retratar a los guerrilleros, Carter encontró a la pequeña niña en el suelo, entre buitres que esperaban su ración de carroña. Algunas versiones dicen que esperó veinte minutos en silencio, para no espantar al buitre, tratando de capturar el momento en que extendía las alas, pero otras dicen que sólo buscó el ángulo adecuado para encuadrar en la misma foto al buitre y a la pequeña. Su compañero, Joao Silva, cuenta que sí espantó al buitre y que al contárselo lo hizo llorando, diciendo que quería abrazar a su hija. Pero Silva revela un detalle más que cambia en todo la historia: la niña no se estaba arrastrando para llegar al centro de abastecimiento de comida, estaba defecando en el estercolero donde todos los refugiados hacían sus necesidades, no era la única persona ahí (y por lo mismo, no estaba desamparada ni en peligro inmediato de muerte), y el buitre no esperaba para devorar su cadáver, sino las heces que dejaría.
Esta versión se comprueba con el trabajo posterior de dos periodistas, que después visitan la zona y sacan una fotografía similar, pero sin el efecto de la foto de Carter:
En cambio, la fotografía de Carter fue publicada en el New York Times, él fue nominado al Pulitzer, fue cuestionado y juzgado con severidad en todo el mundo por su deshumanización (al asumir que no había ayudado a la niña), murió su mejor amigo y compañero del Bang-bang Club, el talentoso Ken Ooesterbroek, cubriendo un conflicto en un barrio sudafricano que él dejó para ir a recibir aplausos por obtener el Pulitzer, sufrió una crisis personal agravada por su adicción... y días después de recoger su premio, conectó una manguera al tubo de escape de su coche, aparcado en la orilla del río en la que jugaba de niño, dejando en el asiento del copiloto una carta que decía: "Estoy perseguido por recuerdos vívidos de muertos, de cadáveres, rabia y dolor".
Todavía, la versión de que lo mató la culpa al no ayudar a la niña para no ser devorada por el buitre, continúa propagándose (a pesar de la difusión de la versión verídica, que incluye un documental premiado por la Academia de las Artes), ensuciando la memoria de un fotógrafo que denunció el apartheid y los efectos devastadores de conflictos bélicos en la población civil, arriesgando su propia vida y estabilidad emocional.
Inflexible juicio de quienes, lejanos a esa terrible realidad, se sienten con la solvencia moral para juzgar su ética y humanismo, desde la comodidad de un recinto techado, con la comida al alcance y con la tranquilidad de conciencia de quien nunca se ha visto orillado a tomar una decisión, mientras es confrontado con el sufrimiento y la violencia extremos.
14 ideas en tránsito:
Se supone que las personas que se dedican a eso tienen prohibido interferir ¿no?
Buena nota
"...un buitre detrás esperando ansioso su muerte para devorarla"
¿Y como saben que el buitre estaba ansioso? ¿Tenía una cara distinta de cuando esta tranquilo o como?
Es increíble el mitote que se puede armar e inventar a partir de una niña estreñida en un lugar donde no aun habían llegado los señores esos que rentan sanitarios portátiles.
Y digo estreñida porque por su posición y la manera a como se aferra a la tierra con sus manos, es difícil imaginar otra cosa.
malbichito, como siempre se aprende algo nuevo con tus post
saludos
¡Muy buena entrada! Punto de quiebre para reflexionar sobre la ética del fotógrafo, la de los medios, y la del espectador.
La labor del fotógrafo, en cualquier caso, es encomiable (¿se le critica acaso porque trae a luz lo que preferimos que esté a oscuras, para tranquilidad de nuestra conciencia?).
Los medios, por publicar la crítica (ante la primera falsa impresión), pero no difundir suficientemente una retractación, ante la evidencia inconfundible.
Y el espectador, ¿ante qué nos toca alzar la voz, y quejarnos? ¿Es necesario tener una moral intachable para denunciar las fallas en los medios? En cualquier caso, habría que informarnos bien antes de alzar la voz, en cualquier tema. Se habla de lo que se sabe.
Gracias por tu blog. Te soy asiduo desde hace meses, debo confesarlo, aunque recién me estrene en tus comentarios. ¡Saludos!
Malbicho...
Siempre que vengo aquí me voy cambiado, diferente. Soy otro...
Se dice que una imagen dice mas que mil palabras, pero a veces las imágenes nos muestran una realidad distorsionada, y el mensaje nos llega viciado.
Los reporteros son gente heroica. Nada que ver con los paparazzi. Son ellos quienes nos muestran el mundo en que vivimos en toda su salvaje plenitud. Por ellos tenemos imágenes que pueden ir de una boda real, hasta el exterminio de un pueblo. Ellos son nuestros ojos, quienes nos permiten ver el acoplamiento de dos ballenas, los restos de un pueblo incendiado, o el cadáver de un dictador. Se juegan la vida por la verdad y a veces son testigos de escenas apocalípticas. Ellos nos muestran lo mejor y lo peor de nosotros mismos, a veces sin protección alguna... Gracias a ellos podemos ver el infierno a través del ojo de los ángeles.
Pocas profesiones son tan mal apreciadas y tan mal pagadas... Cuando pienso que una foto de Paris Hilton sin calzones es mejor retribuida monetariamente que las imágenes de un conflicto armado, me indigno. Una amiga mexicana mía, Aranza, que trabaja en la agencia France Presse como representante de fotógrafos reporteros me lo ha dicho. Ella me ha explicado que esa profesión se ha venido a menos, pues vende mas Lindsay Lohan saliendo de una cura de desintoxicación o una Naomy Campbell barriendo las calles de Nueva York purgando su condena por agresión física agravada sobre un tercero que una foto del genocidio rwandes.
Y luego hay quienes vienen y, como tu dices tan bien, sentados cómodamente en el interior de sus hogares, juzgan a estos hombres con la ligereza de la frase "pásame otra cerveza"... y son los mismos que se conmovieron viendo salir el auto donde murió Lady Di de debajo del Pont de L'Alma, cuando era un (ciertamente desafortunado) accidente.
Me voy triste a causa del tratamiento injusto y de la incomprensión que motivaron tal vez el suicidio de este hombre, pero contento a la vez porque me has mostrado la verdad. Y por todo eso, mil gracias Malbicho.
La profesión más peligrosa (si lo sabrán los mexicanos) debe ser la de foto-reportero en tiempos de guerra. Esta historia que cuentas, ya la conocía pero no deja de ser interesante. Me acordé de Gilles Caron, fotógrafo en tiempos de del Kemer Rojo, a quien los rebeldes de aquellos años secuestraron y después asesinaron (él tenía 30 años). La gente que no está ahí, habla. Casi siempre sin saber.
Abrazo
Juzgamos, criticamos, condenamos, pero normalmente nos quedamos sentados con indiferencia ante muchas cosas.
En serio que respeto a todos esos fotográfos, sean del NatGeo o simplemente del periódico del barrio, como sea tienen el valor de estar ahí donde sucede la nota, y a veces ven cosas que en lo personal ni me atrevería, ni siquiera en fotografía.
Excelente post, ahora queda el aprendizaje, "investiga antes de juzgar algo". (eso es para mi)
Saludos
Yo por eso intento no juzgar a nadie aún conociendo circunstancias, ya que tambien estan implicitos los motivos y esos son mucho más dificiles de conocer.
Saludote y abrozote.
Si que empezaste sexoso el año ehhhh Malbi.
@jinshi0
se supone que debe ser así, pero si hay alguien en peligro de muerte no creo que haya quien exija le quiten la licencia al que dejó de lado la cámara para brindarle primeros auxilios (o quién sabe... hay cada gente)
hay un debate ético detrás de todo eso, tanto para defender la objetividad del que sólo funge como testigo, como para condenar a los que eligen fotografiar la acción sin intervenir en ella, como en el caso de los paparazzis que fotografiaron a lady di agonizante antes de prestarle ayuda
@Chanate
ese chanatiux!, deja saco la alfombra roja (bueno, en realidad sólo es un tapetito que ya es casi naranja) destinada a los very vips =)
en realidad la debilidad por la desnutrición es lo que hacía que el peso de sus cabezas venciera a esas criaturas, además de que también les provoca diarreas que les revientan el ano y les hace colgar un pedazo de tripa entre las piernas, así que seguramente no era placentero para ella hacer del baño sino lo contrario, tal vez haya sido el dolor lo que la hizo arquearse hacia la tierra, es más probable a que haya estado estreñida (aunque quizá comer sólido o de forma más abundante a la habitual después de quiensabe cuanto tiempo, si pudiera ser que la haya enfermado, pero eso es más difícil de saber)
los buitres suelen estar siempre ansiosos de comida cuando están a la espera de ella, no hay mucha paciencia en una especie carroñera, de por sí debe esperar a que el depredador o la naturaleza hagan lo suyo, y esa impaciencia la demuestran al rodear a la potencial fuente de alimento... aunque puede que este buitre supiera alguna técnica de meditación zen y estuviera pensando en su lugar feliz, quien sabe... hay de todo en esta viña del señor, verdad?
qué dios te bendiga y te guarde
=D
(posdatita: me da mucho gusto leerte y saludarte por acá)
@bertrosa
lo bueno que aprendemos todos, a mí es a la que más me sirve hacerlos pero me da gusto compartirlos y que encuentren aceptación entre ustedes
un abrazote mi osa
@vicho en ciernes
hola!, me da gusto saber cómo es uno de los lectores del blog, así que yo te agradezco que comentes, el tuyo también es muy interesante y tu comentario es muy enriquecedor, respecto a tu segunda pregunta (sobre el espectador) se me hace muy oportuna, creo que no es necesario que se tenga una moral intachable para hacer una crítica ni a los medios ni a las figuras públicas (como tampoco se necesita ser especialista en algo para dar una opinión), pero claro que hay una responsabilidad en la opinión o crítica que damos: hablar a la ligera, juzgar prematuramente, hacer juicios de valor (y especialmente de forma muy severa), así como promover prejuicios e ideas preconcebidas, por supuesto son errores que es necesario dejemos de hacer, como bien dices, hay que hablar de lo que se sabe... o por lo menos buscar informarse y pensarlo más al hacerlo, es agobiante la forma en que se opina sin hacer antes un análisis o en base a uno muy insuficiente
gracias por tu visita y comentario, de verdad me da gusto leerte y poderte saludar (espero me des más oportunidades)
=)
@le cid
qué padre que el blog tenga ese efecto en ti, gracias (es más de lo que esperaba)
por lo menos esta imagen sí requiere de más de mil palabras, y suscitó varios miles más para explicarla, entenderla, discutirla y aceptarla
hay también un efecto de irrealidad entre la cámara y la escena, es decir, una vez escuché a una periodista contar que cuando grababa una escena violenta, hubo un momento en que apartó la videocámara y miró la realidad sin la intervención de la lente, luego dijo a su compañera: "ya no puedo seguir grabando"... había perdido la protección y la distancia que la cámara le daba
nada fácil su profesión, una vez una documentalista se alejó de una niña china recién nacida y desatendida por sus propios padres para provocar su muerte (ante la imposibilidad de tener más que un sólo hijo, la preferencia por un hijo varón causa este tipo de situaciones), impedida de actuar en beneficio de la niña sólo pudo irse llorando desconsoladamente, teniéndose que conformar con sólo hacer la denuncia visual del hecho
@marichuy
muy cierto, en el enlace que pongo sobre la otra fotografía de la otra niña retratada, hay una opinión interesante que pregunta qué esperaban los críticos de carter que hubiera hecho: espantar al buitre? (habría vuelto, y había muchos más), llevarse consigo a la niña? (a dónde?, por qué sólo a ella?)... la verdad es que lo que hizo fue lo mejor que pudo hacer: mostrarnos una realidad ignorada por el resto del mundo, de forma que no pudiéramos pasar la página tan fácilmente
en México hay una familia de reporteros de guerra, me hiciste pensar en ellos (buen tema para post)
@Amorphis
tristemente es muy real lo que dices: aún nosotros después de estos comentarios volveremos a olvidarnos de los habitantes de esta aldea de Sudán (que hoy día se separó en dos: Sudán del sur y Sudán del norte, terminando con veinte años de guerra y dejando un país empobrecido a niveles alarmantes), al igual que los que se indignaron con el fotógrafo por no haber hecho más por la pequeña, pero que con el tiempo se han vuelto a acolchonar en la indiferencia
@Jaspo
quiero comentarles a todos que te conozco lo suficiente como para poder afirmar que lo que dices es cierto... y que es una de las cosas que más te admiro y te trato de emular
feliz año mi jaspo, espero tú también lo hayas iniciado sexosamente
=)
de acuerdo con el cid y amorphis!!!!!!!!!tambien he platicado con aranza, quien pelea mucho por sus reporteros, porque parece que incluso a veces las revistas les "piden" de hacer fotos chocantes, mas que testimoniales de la realidad, ademas de que recortan los presupuestos para los reportajes de guerra pues consideran que fusilandose las fotos de otros hacen economias. y a veces ni siquiera quieren asegurar a los reporteros.
muy buena entrada, te voy a poner en mi muro!
Malby,
Pues vas a decir que copio en la hoja de los demás, pero encuentro esta entrada muy bien.
Muy instructiva en cuanto a la naturaleza humana, los a-priori y el espejismo que suele ser la información gráfica (me recuerda ese comercial del Heraldo: cuestión de enfoques), a veces todo depende de la manera de enfocar la encuadrar la foto y la hacemos decir algo completamente distinto a la realidad.
Conozco y soy amigo de Aranza también. Su novio era fotógrafo, y se suicidó a causa de una fuerte depresión. Ella lucha por los reporteros gráficos, sobre todo los corresponsales de guerra y trata de devolverles un poco de la dignidad que han perdido. Hace poco me platicaba que le proponían de ocuparse de fotógrafos de moda en otra agencia, y aun cuando el salario era muy bueno, después de dudarlo mucho, se quedò en la AFP, porque según dice ella, la satisfacción de hacer un trabajo necesario a la libertad de prensa y expresión, así como al derecho de la información de todo ciudadano del mundo no vale todo el dinero del mundo...
He he he... me da risa que hablamos de gente como si todo mundo la conociera! Pero es que aquí, en Francia, entre mexicanos nos conocemos todos.
No te esperes que le cid venga enseguida, le han sacado un diente roto y lo han tenido que operar. Está que da miedo!
Muy buena entrada Malby, insisto en ello.
@Pascal
gracias!
pues sí, las profesiones más valiosas luego son las menos redituables, incluso una edecán cuyo mayor mérito es lucir minivestidos de lykra gana más que un paramédico, no es de extrañar que la cariboba de paris hilton valga más en foto que la denuncia de conflictos raciales, pero afortunadamente todavía hay quien valora lo realmente importante
@periquín
pues ya hasta yo me siento orgullosa de esa amiga de ustedes, se necesita mucho corazón y mucho espíritu para una decisión así, qué bien que haya personas mexicanas destacando allá y especialmente con esa congruencia y profesionalismo, muy triste lo de su novio, ojalá ella esté mejor ahora
y ojalá también esté bien le cid, esas aventuras odontológicas son las que son de miedo
gracias, un saludo!
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