domingo, 11 de marzo de 2012

Una Oración por Japón


Hace un año, cuando se recordaban a las 192 víctimas mortales del atentado terrorista en Madrid, España, Japón sufría su mayor tragedia provocada por la naturaleza, tras un terremoto de 9.0 grados Richter que origina un Tsunami en la costa noreste, que a su vez provoca un accidente en la Central nuclear Fukushima.

Smile 220, Takehiko Inoue. #PrayforJapan

Un año después, la recuperación del país ha sido asombrosa, pero aún quedan en la memoria las impresionantes imágenes de la devastación, así como el recuerdo de la tensión durante esos días en que se iba descubriendo la magnitud del daño y la posibilidad de que el accidente nuclear tuviera consecuencias más graves. 

La información que llegaba era contradictoria, pues algunos medios parecían muy alarmistas frente a los tranquilizadores testimonios de personas que usaban las redes sociales y la Internet para desmentirlos, sin embargo, también hay las versiones que aseguran se ocultó información a la población civil para no aceptar el riesgo ante la comunidad internacional. Confieso no haber sabido cómo abordar el tema, precisamente ante esta última cuestión, teniendo la suerte de contar con la amistad de un rescatista internacional y conociendo su testimonio vivencial, que habla de un sector de la población japonesa damnificada y desatendida, ante la prioridad gubernamental de dar una imagen de estabilidad ante los mercados internacionales tras la larga crisis económica que el país había sufrido, no quise obviar su testimonio pero tampoco quería incomodar a los amigos japoneses de este blog en momentos tan sensibles. Además que fuera de eso, no tenía nada más que aportar a la información que ya saturaba la red. 

Sin embargo, sí tenía pendiente hablar de lo que sí es un hecho: la entereza del pueblo japonés. 

Japón recuerda a sus víctimas a un año del Tsunami

Y a un año de distancia, todavía conmueve la valiente y heroíca misión de las decenas de técnicos, bomberos, soldados y voluntarios que enfriaban los reactores inyectándoles agua para evitar una fusión descontrolada. Aunque también hay versiones que restan heroicismo a su labor pues aseguran no todos lo hicieron voluntariamente o movidos por el estoicismo, sino que ignoraban el verdadero nivel de riesgo, fueron coaccionados o tentados por dinero (incluso se dice algunos pertenecen a la mafia japonesa). Aun así su labor anónima significó no se afectaran cientos de miles de vidas.

De quien sí se tiene nombre es de algunos de los protagonistas de las muchas historias de supervivencia que se dieron en esos días. Uno de esos nombres es el de Hideaki Akaiwa, quien no esperó la ayuda de los rescatistas y él sólo se internó en las aguas que inundaron su ciudad, para buscar durante días a su esposa y madre, atrapadas en los escombros sumergidos de lo que antes eran sus viviendas. Tras el éxito en recuperar a su familia, continuó durante los siguientes veinte días sumergiéndose para seguir buscando a más personas atrapadas.

Por supuesto, en estas vivencias los que más participación heroica tienen son quienes tienen una preparación especializada en situaciones de emergencia, así, policías, bomberos y militares son quienes mejor reaccionaron tras los dos fenómenos naturales, como los miembros del ejército de la base aérea de Matshushima, que no sólo participaron de labores de rescate, distribución de alimentos, agua y abrigo para las víctimas, sino también levantaron el ánimo de la población damnificada con conciertos de su grupo musical. 

La historia de supervivencia del pueblo Fudai tiene un verdadero final feliz, gracias a la obcecada convicción de uno de sus alcaldes de años anteriores y a la oportuna acción de uno de sus bomberos en la actualidad. El alcalde Hiroshi Fukawatari se empeñó en construir un muro de más de 15 metros (incluyendo compuertas) alrededor del pueblo, después de atestiguar la mortal furia de dos tsunamis anteriores. Jurando que no volvería a pasar, su necedad se impuso a la negativa de todo un pueblo, que veía como un gasto excesivo la costosa construcción. Pero fue el único pueblo que resistió la embestida de las olas de diez metros del último maremoto, a pesar de que los pueblos aledaños también tienen una pared protectora. El otro héroe fue un bombero, quien acudió a cerrar manualmente las compuertas más pequeñas del muro, que no lograron cerrarse a distancia automáticamente. Los habitantes del pueblo se han volcado a la tumba del visionario y necio alcalde, presentándole sus respetos por la necedad con que salvó sus vidas.

Tras el tsunami, todo el mundo se volcó a sumarse a los deseos de pronta recuperación del país japonés, la leyenda Pray for Japan se repitió en redes sociales, canales de noticias, publicaciones y campañas de colectas. Bajo esa etiqueta, día a día el artista japonés Takehiko Inoue, conocido en el mundo occidental por su exitoso anime Slam dunk -centrado en jugadores de basketball-, lanza una sonrisa dibujada en un rostro construido por líneas y esperanzas, para mostrar la manera en que el país se levanta. Y es con las ilustraciones de su serie Smile que sumamos este blog a esa cadena de buenos deseos y saludos admirativos a un pueblo con una fortaleza de hierro.



¡Fuerza Japón!

8 ideas en tránsito:

nora (una japonesa en Japón) dijo...

Muchísimas gracias Malbicho ... muchísimas gracias.
Sobre nuestro gobierno (me refiero a Japón), no te preocupes que todos sabemos cómo es ;)
Malbicho, eres una de las personas que me gustaría conocer cuando vaya a México.
Un muy fuerte abrazo.

malbicho dijo...

Nora
será un honor y un verdadero placer Nora, ojalá sea pronto

te mando un abrazo a distancia para, precisamente, romperla

=)

Anónimo dijo...

Si no es una creación secreta , costoso de un blog ? También quieren intentar algo con ella.

malbicho dijo...

hola, quiero entender tu comentario pero no es muy claro, ojalá pudieras volver a formular tu pregunta (me imagino que usaste un traductor, pero no quedó muy entendible)

lo que entiendo es que preguntas si es muy caro hacer un blog, es así?, bueno, si esta es la pregunta la respuesta es que no, hay plataformas gratuitas en blogger.com y wordpress.com, por mencionar las más populares, también hay redes sociales que permiten "bloguear", como tumbrl.com y posterous.com, éstas son más sencillas y dinámicas, ideales para subir fotos, textos cortos, citas o enlaces a otros sitios; hay tutoriales que puedes encontrar en cualquier buscador como google o bing y que te muestran paso a paso

espero haberte sido útil, gracias por comentar

=)

Nash dijo...

Malbichito, linda entrada, entre tanta tragedia.

El pueblo japonés es, para mí, un pueblo dignísimo de respeto y admiración. Cada que me entero de la forma en que salen adelante, de muchas de sus políticas, por ejemplo, de educación y cultura, me causan gan admiración y, por qué no decirlo, un poco de envidia. Me gustaría mucho que así como somos de pachangueros, calurosos y luchones los mexicanos, también tuviésemos la fuerza y disciplina para salir adelante, para proponer en lugar de quejarnos, para cambiar el país.

En fin, me voy que me pongo sentimental, política y quejumbrosa, y ese no es el caso.

Abrazo1!

malbicho dijo...

Cuetz:
pues qué padre que una entrada te provoque tantas reacciones emocionales e ideológicas, y comparto mucho de lo que dices, ojalá aprendiéramos desde pequeños la importancia de la disciplina, no que se nos enseña precisamente lo contrario: que las reglas se hicieron para romperse y que está bien ser indisciplinado, y ojalá nos volviéramos verdaderos iconoclastas, que rompen moldes y paradigmas, pero no, apenas somos intentos de rebeldes resentidos de la autoridad

abrazo 1

=)

marichuy dijo...

Japón, pueblo y gobierno (sobre todo pueblo) dieron una gran lección al mundo. Hoy, como hace más de 60 años, fueron un pueblo digno y admirable.

PS blogger no me quiere. :P

malbicho dijo...

ni a mí

-je-

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