lunes, 22 de octubre de 2012

Continuando la Conversación sobre Bullying


Algo muy extraño me pasa con Blogger, que yo misma no puedo comentar en mis propias entradas, por eso mismo no he podido dar respuesta a los comentarios de El Signo de la Espada, Amatista y Marichuy en la anterior entrada Basta de bullying, con interesantes testimonios y experiencias personales.

Lo bueno es que esto me da la oportunidad de ahondar en el tema, que para tanto da. En principio les enlazo una entrada de un blog que es parte de una campaña permanente en contra de la pornografía infantil en la red, por una persona que hace un esfuerzo constante para denunciar los sitios que encuentra, y que en esta ocasión, con motivo del mismo caso de Amanda Todd que comentamos en el post anterior, comparte 10 consejos para explicar a tus hijos pequeños como protegerse en la red, al ver que en buena parte es la falta de precaución la que los vuelve vulnerables ante un depredador sexual que usa la Internet para sus actividades. También les enlazo a otro artículo en donde se dan Diez acciones concretas para controlar el bullying, todas son de sentido común... pero a veces es increíble como hay cosas que aparentemente son muy obvias pero tienen que señalarse para que alguien más las vea.

El Signo de la Espada comparte en sus comentarios su experiencia sobre el bullying que sufrió durante su vida escolar, la manera en que sobrevivió a él, y su conclusión, en la que afirma: "Así que no, el bullying no mata, lo que mata es dejarse."

Además de su testimonio, nos recuerda el también notorio caso de Casey Haines, conocido como Zangief Kid por su defensa ante el bullying que sufrió por años, y que se difundió viralmente al mundo entero mediante un video, retirado varias veces de Youtube por considerarse incitación a la violencia, pero retomado por los medios tradicionales y por los mismos usuarios que elevaron a Haines a un estatus de "héroe". Zangief es un personaje (grande y robusto) del videojuego Street fighter, y la comparación es porque en el video se puede ver a Casey Haines, un niño de 16 años, levantando a su acosador (un pequeño y delgado niño de 12) y estrellándolo contra el suelo después de recibir varios golpes y esquivar alguno. La verdad es que después de ver el video es difícil simpatizar con el pequeño bravucón, y lo más fácil es pensar que se lo merecía. Sin embargo, la caída pudo tener consecuencias graves pues hay un momento en que se teme que se rompa el cuello al estrellarse contra el suelo; está también la otra parte de la versión y de la historia, donde se dice que el pequeño acosador -además de sufrir un ambiente familiar muy difícil- también sufrió de bullying durante varios años, hasta que tomar la misma actitud agresiva contra otros pareció solucionar su problema, pero después del video ha recibido más ataques de los que alguien podría soportar.

Podría parecer una solución, que en algunos casos resulta, defenderse con los mismos medios que se usan para atacarnos. Pero la realidad es que no siempre resulta, y también se dan casos en que la violencia atrae más violencia, los casos más drásticos son las matanzas escolares. Los chicos que dispararon a sus compañeros, en los casos de Columbine y Virginia, eran víctimas de bullying, y fue su manera de "no dejarse". Pero hay otros casos de chicos que se defienden y esto atrae mayores ataques, más violentos y multitudinarios, para que aprenda la lección de no intentar rebelarse nuevamente. Supe de un caso de un estudiante de bachillerato, secuestrado en la cajuela de un auto, después de que él confrontó a sus agresores, retándolos; fue golpeado, apuñalado, maniatado y abandonado dentro de la cajuela, hasta que fue encontrado muerto, tanto por las lesiones sin atención médica oportuna como por la falta de aire. Cuando sus compañeros fueron interrogados dijeron que sólo querían darle una lección "para que aprendiera a no meterse con ellos". Leí en la red el caso de una niña de nueve años estudiante de un colegio privado, que tras enfrentar y denunciar a sus agresoras, fue sometida en el baño por las mismas, que la amenazaron con un cuchillo en el cuello por haberlas acusado con su madre, quien acudió a las autoridades escolares para exigir una solución. Precisamente el caso lo ventiló la propia madre al no obtener ninguna respuesta o acción favorable por parte de la escuela. Y al hacer el anterior post supe de un adolescente golpeado y apuñalado por sus compañeros que llegó a su casa arrastrándose, para morir en la puerta, y de un estudiante de secundaria al que sus compañeros arrojaron thinner en las piernas y prendieron fuego. Las agresiones cada vez son más violentas. 

El bullying no es nuevo, una muestra es como lo retrata magistralmente Mario Vargas Llosa en su libro La ciudad y los perros, publicado hace 50 años, donde incluso muestra a sus diferentes actores (el agresor, la víctima y los espectadores), sus perfiles, sus motivaciones, y el nada raro cambio de roles -como ya vimos en el caso de Casey Haines-, en donde el agresor puede volverse la víctima (o haber sido tal), y los espectadores, los culpables de agresión (en realidad, todos son víctimas). Lo que sí es nuevo, es la dimensión alarmante que está cobrando, en parte gracias a las nuevas tecnologías de comunicación y a la normalización de la violencia que estamos viviendo (y fomentando).

Algo que tenemos que entender es el proceso del bullying, y como afecta a sus actores. Amatista nos cuenta que era su actitud la que la salvó de mayores ataques, y que incluso eso ayudó a una de sus compañeras. Y esa es una de las claves en estas situaciones. Como dice El Signo de la Espada: no hay que dejarse, pero más que una acción física, lo que hay que hacer es no dejarse derrumbar animicamente ante la intimidación y las agresiones, de la misma forma en que no hay que dejar que nos atrapen convirtiéndonos en cómplices. Pero esto no es fácil a una edad en que aún se está formando la personalidad, en que cuenta tanto la opinión externa y el sentido de pertenencia, y en que incluso se trae arrastrando un historial de vulnerabilidad emocional por el ambiente en que se ha crecido.

No hay que olvidar ese aspecto: el bullying habitualmente se centra en niños y niñas más vulnerables. Y no es su culpa serlo, y tampoco por serlo merecen las consecuencias que les atrae ser objeto de agresión.



Hablemos del proceso y los actores:

Los agresores (bullies, matones, abusones o como el lenguaje popular los identifique) comienzan un ataque sutil, mediante bromas cada vez más pesadas, comentarios irónicos, críticas cada vez más duras, o burlas aparentemente justificadas por las características o la conducta de los que son elegidos como blancos. Tanto los testigos como las víctimas aceptan esto como un juego sin consecuencias.

Las agresiones van subiendo de tono a medida que van teniendo aceptación y adhesión por parte del grupo, más compañeros se van sumando al "juego" de burlarse, embromar o descalificar a otros, hasta que estas bromas, burlas o insultos se vuelven sistemáticos sobre las mismas personas. Sólo para el agredido ha dejado de ser divertido y ha comenzado a ser una incomodidad real. La sensación de malestar aumenta a medida que el grupo que se divierte a su costa se hace más grande, y el grupo que ignora o atestigua los ataques tambien crece y continúa indolente. Sin embargo, a la mirada ajena, todavía parece ser una situación que todo el mundo puede o debe afrontar y superar (es común que se considere al bullying "cosas de niños", restándole importancia y normalizando la agresión). 

Esta es la parte peligrosa, porque "echar carrilla" a alguien está aceptado socialmente, y se considera "tener carácter" aguantarla , además que "ser soplón" y "rajarse" están igualmente condenados por el grupo social, tomándolo como traición. Por eso la indolencia de los espectadores (o bystanders, como los han comenzado a denominar): porque no perciben aún la gravedad de la situación, o porque tienen miedo de atraer hacia sí mismos las agresiones, o no quieren traicionar al grupo. Sin embargo, los espectadores no tienen un rol tan pasivo como pudiera pensarse, porque la agresión y la intimidación cobran fuerza proporcionalmente a la atención que reciben, es decir, a mayor público, mayor bullying... y menor posibilidad de que alguien interfiera (esto último es conocido como Efecto espectador). Y si se trata de bullying, los espectadores tienen también una participación directa, especialmente si parecen dar su aprobación mediante risas o animaciones al agresor (incitándolo para lo continúe o lo aumente), si lo documentan y lo difunden valiéndose de las nuevas herramientas multimedia, pero también si son parte del público silente.. con ese silencio cómplice que deja a la víctima en la indefensión. 

Por eso es tan importante romper el silencio, ya sea apoyando a la víctima para que los agresores y ella misma vean que no está sola (tal como hizo Amatista), o buscando (y exigiendo) la ayuda e intervención de los adultos responsables, exponiendo y denunciando la situación, para que pueda ser detenida. Esto incluso puede ser anonimamente, si se tiene el temor de atraer la agresión hacia el denunciante o si se percibe que se pone en riesgo su seguridad. Si la intimidación y la humillación se han hecho públicas por las nuevas formas de comunicación viral, es más fácil denunciarlas, pues en lugar de compartir el video o las imágenes del bullying con el resto de los compañeros, pueden ser mostradas a los adultos que pueden detener y corregir la situación, esa es la elección que el espectador tiene. Y esa es otra de las partes importantes de concientizar: el bullying necesita de la participación pasiva de los bystanders para continuar. El bullying es un asunto de grupo.

Cuando la víctima empieza a aceptar la culpa de la situación, pensando que se lo merece -al no entender por qué le está pasando eso y por qué nadie lo apoya-, es cuando el bullying le ha comenzado a causar un daño psicológico grave, como ansiedad, depresión, impotencia, soledad, autoestima baja, y sentimientos de rechazo hacia sí mismo y hacia la sociedad. Somos seres gregarios y la interacción positiva con nuestros iguales nos es necesaria, al faltar esta comenzamos a desarrollar una personalidad antisocial que nos limita en nuestro desarrollo personal, especialmente en las personas más jóvenes esto es resulta muy nocivo, porque parte importante de su maduración es sentir que pertenecen a su círculo social.

Hay dos tipos de víctimas: la que parece atraer y provocar la agresión con su conducta, por ejemplo, un chico hiperactivo que pueda ser considerado problemático, y la que parece aceptarlo con sumisión pasiva, convirtiéndose en la víctima ideal. Al final, es probable que ambos tipos de víctimas lleguen al mismo punto, en que, dicho coloquialmente, se ha matado su espíritu al sentirse aislado y vulnerado.

Esto es lo que se conoce como Indefensión aprendida.

Similar a lo que sucede con las mujeres víctimas de violencia doméstica, que simplemente no pueden salir solas del círculo de violencia en que viven con su pareja, perdonando y justificando las agresiones una vez tras otra, así también las víctimas de bullying llegan a creer que se merecen el acoso de sus compañeros y que no tienen forma de salir de la situación. Y de la misma forma en que es muy injusto considerar tonta a una mujer que sufre violencia doméstica sin lograr detenerla, también lo es considerar que los niños y adolescentes que sufren bullying son responsables de no salir de esa situación de acoso, y de las consecuencias trágicas que pudieran derivar de ella. Para explicar mejor el concepto de indefensión aprendida les dejo el siguiente video (son menos de cinco minutos, pero les garantizo que no lamentarán invertirlos para entenderlo más):

El bullying provoca que su víctima se inmovilice y se desequilibre en su confianza interna, algunos tienen mejores armas para defenderse de eso, pero no es culpa del que no las tiene carecer de ellas, cada uno es resultado de las experiencias vividas y del ambiente formativo, no elegimos la forma en que crecimos, no elegimos las circunstancias que nos formaron en los primeros años, que es cuando se define nuestra personalidad, así que si llegamos a la situación de bullying menos preparados que otros para superarla, no es del todo nuestra culpa.

Pero sí es nuestra responsabilidad crear las condiciones para que nuestros niños tengan mayor fortaleza, mayor confianza para pedir ayuda, y mayor asertividad para defenderse. Al igual que tengan la capacidad de empatía necesaria para que no se conviertan ni en abusadores ni en cómplices pasivos. Porque la realidad es que, en ocasiones, el bullying sí mata.

(Gracias por continuar la conversación, especialmente les agradezco a El Signo de la Espada y a Amatista, por los grandes aportes que dieron con sus testimonios personales, perdón por no darles respuesta directa en un comentario)

Artículo relacionado: Basta de Bullying

5 ideas en tránsito:

El Signo de La Espada dijo...

Para empezar quiero aclarar que lo de niño zangief no es por la corpulencia del chico, sino porque casi le hace "el martinete" al otro chavo, que es el movimiento más característico del personaje, el ciclón rojo, un luchador. Bueno, no es que sea tan relevante

Yo pienso que en nuestra cultura, la indefensión aprendida está muy arraigada.

Yo tenía un compañero que era buleado por muchos y cuando le dijimos que se quejara con el secretario académico nos respondió:
"ni que fuera mampo" (mampo es el término chiapaneco equivalente a joto)
Cuando le dije a mis compañeros que lo dejaran en paz me respondieron:
ah no mames, eso le pasa por pendejo y mierda que es.
Cuándo fue capaz mi compañero de enfretar a sus agresores? cuando llegó ebrio a la escuela.

La cosa casi se vuelve peligrosa: el buleado golpeó a uno de sus bulies en la nuca. Hubo una pelea 1 a 1 y el buleado perdió. Llamó a sus amigos de octavo (nosotros estábamos en séptimo) y mis compañeros me dijeron: "loco, van a venir los cuates del furcio, haznos el paro"
y yo respondí: "se los dije pendejos"
no hubo pleito grupal, pero sirvió para detener el abuso.

En resumen, este chico asumía su papel como el trapo de los demás, creía que yo tenía obligación de defenderlo y eventualmente él hizo caso de no deejarse, pero solo mediante la in ingesta de alcohol. Porque en su pueblo, beber alcohol "te hace hombre".

Amatista dijo...

Chicos y la sexualidad descontrolada y depredadores...esta es mi opinion puede o no estar acertada, pero asi es como lo veo yo...

Con respecto a estos chicos y chicas, muchos padres no controlan lo que hacen en la web, son el primer circulo de control y fallan.

Alguna que otra vuelta le aconseje a jóvenes sobre eso, pero yo tampoco puedo ordenarles o exigirles, así que les dije; es cosa tuya se responsable,no lo hagan no es bueno, es peligroso...cosas así..son una bomba de tiempo, adolescentes jovencitas y chiquillos muchos chicos tienen en la punta de la lengua cosas que yo ni decia a aquella edad...

El problema quizas sean los depredadores PERO PEOR son los padres que no tienen mas autoridad ni control sobre su prole...ellos ni saben que hacen sus hijos menores en la web o en la calle o jodiendo por el celular, NO SABEN y luego pasan las cosas y buscan responsables por todos lados, menos donde deben...que fue la escuela, que fueron los compañeros, que fue la directora la irresponsable, que la profesora, que el primo, que esto que aquello...todos menos ellos...estoy segura que quizas ya hayas tenido espantos y sustos sobre el tema...

Que fue el anime, que es la musica, que son la peliculas, que en la iglesia fallan....

Bueno luego te comento lo otro...pero cuando lei ese asunto se me quedaron estas ideas en la cabeza...

Que los padres vean que es lo que los chicos hacen, que no busquen mas culpables fuera de su resposabilidad y que atiendan a sus chicos..

¿Son los chicos inocentes aun? Sinceramente lo dudo...perdon, pero lo dudo...

Luego te comento el bullying..

Amatista dijo...

Esos niveles que llegan a hechos de sangre: quemar un compañero, ponerle un cuchillo a una nena, meterle en un sitio cerrado despues de pegarle etc..a mi ya me suena mas bien a ACTOS CRIMINALES. Pasa de la simple broma hiriente....cada caso es unico y particular tanto como lo son las personas, pero como se llega a ese punto...donde olvidan el valor y la dignidad del ser humano...la vida, la integridad..Para que se llegue a eso tal como lo mencionas se recorre un largo y gradual camino de desvalorizacion...¿Como nadie se da cuenta? ¿Como es que los padres no lo perciben? ¿La misma institucion? etc....

Queda como reflexion

El Signo de La Espada dijo...

Estoy de acuerdo con Amatista, creo que debe existir esa distinción entre bulliying y lo criminal (o debería considerarse crimen el bulliying? ) Changos, perdón por la diarrea mental

malbicho dijo...

por fin puedo comentar!!!!... gracias a adplus -je-, que quita la publicidad invasiva y ahora está mejorado y actualizado!!! -je, je-

bueno... ora sí:

Signo: sí es bueno que puntualices que no es por robusto lo de Zangief, yo no quise decir que lo era pero veo que también me faltó precisar mejor sobre su movimiento, y se presta a la confusión, qué bueno que tú lo aclaras

y no quiero dejar pasar tu pregunta: debería considerarse crimen al bullying?... mi respuesta es que justamente es lo que hay que hacer, y el objetivo de estos posts (y de las campañas que se están llevando), distinguir como criminal una conducta así, para que se tomen en serio las consecuencias que atraen sobre sus víctimas, y la alerta sobre la conducta de los agresores, claro que hay etapas y niveles de agresión, pero debemos empezar a distinguir ya cuando ha dejado de ser una broma pesada o una travesura y se ha convertido en una agresión sistemática, que se debe parar para que no llegue a estos niveles de violencia que indigna a Amatista y a ti (y a mí, por supuesto, y afortunadamente, a una gran parte de los que se enteran de ella)

creo que esta es la parte a la que quería llegar precisamente, la de recalcar el riesgo de esta situación, porque de alguna forma, responsabilizar a la víctima de no saberla detener o controlar, es victimizarlo al doble, como cuando se responsabiliza a una mujer de su violación por su vestuario, su comportamiento o "por andar de noche", así que celebro que hayas llegado a considerar esa conclusión, porque efectivamente, ese acoso y esa intimidación son criminales, aunque claro, no se trata de llevar a los niños a los tutelares, sino de alertar sobre su conducta y responsabilizar a sus tutores y autoridades competentes de contribuir para que sea corregida

agradezco tu diarrea mental -je-, así se pudo dar este segundo posto, gracias por eso y por tus comentarios

=)

Amatista:
lamentablemente todo contribuye a que sea silenciada y ocultada la situación, tanto el agresor suele ser manipulador y -es necesario decirlo- ladino, como los bystanders ayudan a ocultar o disfrazar la agresión, y la misma víctima, por miedo y vergüenza, también calla y oculta la realidad, así los padres son los últimos en enterarse, las autoridades escolares buscan reducir la magnitud del problema, para que no los dañe en su imagen, y los padres a veces contribuyen con su desatención e ignorancia, al grado que a veces son los últimos en enterarse o los primero en minimizar la gravedad de la situación

es una realidad muy complicada =(

de verdad te agradezco mucho tus comentarios y tus visitas, también gracias a ti se dio este segundo post sobre el tema

perdón a ambos por no haber dado respuesta antes =)

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