jueves, 15 de enero de 2009

Dossier: OUROBOROS, EL REY SERPIENTE Y LA PLÁSTICA








Símbolo del eterno retorno y de la continua regeneración de la vida, el Rey Serpiente u Ouroboros es la imagen que mejor define el concepto cíclico del tiempo: el “Gran año” de los antiguos. Según esta tradición, el tiempo cósmico llegaba a su término cada vez que los astros volvían a su punto de partida. Desde ese momento (cada 15.000 años, según el cálculo medieval) el tiempo invertía el sentido de su avance y comenzaba a hacerlo en el contrario. Con el advenimiento del cristianismo dicha concepción fue suplantada por la doctrina del tiempo lineal, dotado de un comienzo (la Creación del mundo) y de un final (Juicio Final).

El Rey Serpiente también desempeñó una función importante en la tradición alquímico-hermética, en la que representaba el proceso de refinamiento de las sustancias.

Como motivo iconográfico, la serpiente que se muerde la cola se utilizaba para representar la eternidad, a menudo se asociaba a los dioses y a los símbolos que personifican el tiempo. La difusión que alcanzó el Renacimiento italiano está ligada al renacimiento del paganismo, promovido por el neoplatonismo de Pico della Mirandola y Marsilio Ficino. Príncipes y señores reproducían esta imagen en el reverso de las medallas para sintetizar, mediante un símbolo figurado, las cualidades de su temperamento intelectual, político o moral.

En la pintura existen dos grandes representaciones del ouroboros. La primera está en la obra de Luca Giordano, intitulada Antro de la eternidad, se pintó hacia 1685 y se encuentra en la National Gallery de Londres.


En dicha imagen, el ouroboros aparece mitad blanco y mitad negro, haciendo alusión a la unión de los contrarios (el cielo y la tierra) dentro de la totalidad originaria. Entre éste se encuentran las tres parcas que representan el destino asignado al hombre desde su nacimiento. Frente a ellas se encuentra Demogorgón que en el Renacimiento era considerado como el fundador de los dioses y el supremo guardián de las potencias ocultas.

En Alegoría de la Inmortalidad de Julio Romano (1520, Museo del Prado, Madrid) el ouroboros se representa al centro de la obra, simbolizando el eterno retorno y el carácter cíclico del tiempo. Debajo de él se encuentra la esfinge que representa la inexorabilidad del destino humano; sus garras nos recuerdan que el mundo está dominado por la muerte y por la transitoriedad, y las cadenas en su mano derecha aluden al yugo inexorable de Anakné (La necesidad), que pesa sobre la existencia humana. Arriba del ouroboros encontramos a El ave fénix, misma que representa tanto la resurrección en un sentido cristiano como la síntesis de los cuatro elementos cósmicos. A su lado hallamos una esfera armilar, simbolización del universo.


Colaboración de Ceguera Marchando.

El Fanzine presenta en el Dossier sobre el Ouroboros:

Fin y Comienzo
La Ciclicidad
El Símbolo
El Rey Serpiente y la Plástica
Referencia
Las Imágenes
Inspiración Visual

Complemento:

Ouroboros, El Círculo Infinito

La Corona de Ouroboros
Ouroboros y la Poesía de Gorostiza


2 ideas en tránsito:

Anónimo dijo...

Gracias Ceguera Marchando por el aporte, sabes lo que es para mí que hayas aceptado ayudarme en este tema, que para tí es tan significativo

le das lustre a mi blogcito

un abrazo!!

jinshio dijo...

ajaaa! con razón la serpiente es la mala del cuento

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